Fin de semana

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Kim Jisoo, como ya todos sabían, era modelo de pasarela, heredando el puesto de su madre, que luego de retirarse de las pasarelas había hecho habitual su hobby de cerámica, tomando cursos y perfeccionando sus técnicas, volviéndose ceramista. El señor Kim, había sido un empresario muy reconocido.

Chichu era hija única y se encontraba sola en la ciudad hacia ya dos años, después de que sus padres sufrieran un accidente aéreo y fallecieron. Por eso le había alegrado ver que Chaeyoung había comenzado a hacer cosas de alfarería, le recordaban a su madre y más al ver los detalles de cada pieza, que eran iguales a los que la señora Kim hacia.

Jisoo, había tenido la posibilidad de mudarse con sus abuelos maternos, o con una tía y sus dos primos, se llevaba más que bien con sus familiares, pero quería acabar sus estudios en la carrera de bellas artes, más allá de vivir del modelaje, optando por quedarse en su ciudad, prometiéndole a sus familiares visitarlos seguido y mantenerlos al tanto de todo.

Por supuesto que la muerte de sus padres le había pesado y era una herida que jamás cicatrizaría, de momentos le dolía seguir viviendo en la misma casa donde había vivo con ellos y fue cargar con mucho, cuando se tuvo que hacer cargo de todo, por ser hija única, heredando todos los bienes tanto de su papá como de su mamá.

Había tenido posibilidades de volverse la gerente en la empresa de su padre y dejar sus estudios, pero sintiendo no poder con eso, le dejo el cargo a su primo de confianza, Jung-hoon.

Ser una persona independiente, de carácter y decidida, teniendo sus valores e ideales claros, en la vida, le había ayudado a superar el duelo sin padecerlo al extremo, de sentir que se hundía sin encontrar salida. Los lloraba y todo parecía muy reciente, pero continuaba manteniéndose fuerte, secando sus lagrimas luego de recordarlos, y volver a levantarse para continuar con su vida.

Todo aquel que la conocía, sabía que era una chica con autoestima, que no tenía dificultad en expresar sus ideas y sus desacuerdos si algo no le convencía. Se hacía escuchar y por lo general conseguía todo lo que quería.

Había sido una niña malcriada desde pequeña, consentida por sus padres, tal vez por ese motivo no paraba hasta conseguir lo que se le ponía en mente, eso le había ayudado a mentalizarse salir adelante cada vez que se caía y hasta no conseguirlo no paraba.

Además si, había sido malcriada, pero sus padres la educaron para ser una joven que pudiera decidir por ella misma, sin dejar que nadie pase por encima de ella; educada de esa forma porque su padre creía que en un futuro se iba a hacer cargo de su empresa y para ser el jefe máximo de la misma, debía mantenerse rígida y no dejarse doblegar. Pero todos esos aprendizajes de todas formas, los aplicaba para su vida diaria, que la ayudaban a ser una mujer respetada.

Nunca había dejado que ninguna de sus parejas se crea con el derecho de tomar decisiones por encima de ella, manejándola o pensando que ella no fuera capaz de algunas cosas, motivo por el que las parejas no le duraban mucho, por su carácter y temperamento. Y esas mismas cualidades eran las que también la llevaban a expresar sus sentimientos hacia las mujeres sin miedos, sintiéndose segura de lo que sentía.

Por eso cuando Lisa más o menos por encima, le había contado lo que sucedía entre Roseanne y su novio, además de contarle sobre los padres de la menor, no podía creer como alguien podía ser capaz de dejarse manejar de esa forma. Queriendo enfrentar a Dae-hyun para defender a Chae, pero como está no quería hablar del tema con ella, no podía siquiera involucrase como amiga de Park, cosa que le hacia enfadar.

Sentía la necesidad de meter a Chaeyoung en una cajita de cristal y cuidarla, para que nadie más le haga daño. Cada vez que Kim se encontraba con Park, pese a sus tácticas que había utilizado para acercarse a ella, la miraba como el ser más preciado del mundo, como si tan solo con mirarla pudiera romperla, por eso posaba su mirada sobre ella de una forma dulce y delicada, pudiendo contemplarla por un largo tiempo sin aburrirse, queriendo acariciarla y consentirla, para que se sintiera mimada y protegida. Quería agarrar a Rosie y llevársela con ella, porque pensaba que nadie iba a poder cuidarla mejor.

Chaesoo: No es tan fácil soltar como parece.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora