Bailemos

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Había estado de arriba a abajo durante toda la mañana e inicio de su tarde, sus pies dolían ya que trataba de no usar tanto su planeador a menos que hubiese alguna emergencia a la que tuviera que llegar rápidamente, sin embargo para su buena y mala suerte no había ninguna. 

Ahora mismo se encontraba escuchando un pequeño conflicto que se había generado entre dos vendedores locales,  un par de guardias del pueblo lo acompañaban por si las cosas se tornasen intensas y tuvieran que recurrir a bloquear el chi de alguno de los hombres del conflicto, aunque fuesen no maestros uno nunca sabe.
El problema no era nada grave , y por ende nada de que preocuparse, pero Aang había prometido atender cualquier conflicto que se le presentase por más pequeño que fuera, aunque muchas veces se arrepintiera de sus palabras.

Escuchaba las quejas de ambos hombres y la versión de cada uno sobre como creían que el contrario les había robado mercancía, no obstante por más que trataba de concentrarse no podía evitar dejar que su mente divagara.
La voces a su alrededor se fueron perdiendo poco a poco y su mente se puso en blanco mientras comenzaba a parpadear lentamente, paulatinamente comenzó a pensar en lo que sea menos en la situación actual y fue así como cayó en pensar en ella, en su bella y encantadora novia a la que no había visto adecuadamente en los últimos ¿cinco días?

Suspiró para sus adentros cuando pensó en ello. Desde hace unos dos meses se encontraban viviendo en Crane Fish Town, sin embargo no había sido que hasta hace unos días tanto Aang como Katara estaban completamente ocupados por lo que no tenían tiempo para estar con el otro o para ellos mismos.

Eso ciertamente lo entristecía pero entendía el que ambos estuvieran ocupados, solo que la extrañaba. Para lo único en lo que se llegaban a ver era cuando llegaban en la noche a la pequeña casa que tenían a las afueras del pueblo, y muchas veces ambos solo llegaban agotados a dormir, y muchas otras veces ni siquiera se veían en las mañanas. 

La extrañaba, y añoraba tenerla en sus brazos como antes, pero había veces que las responsabilidades venían primero por lo que no había remedio. 

-Avatar Aang, ¿se encuentra bien?- le preguntó el joven a modo de susurro sacándolo de sus pensamientos mientras escuchaban los gritos y reclamos de los hombres de fondo.

-Ah si, lo lamento, es solo que estoy algo cansado, y no me he podido concentrar adecuadamente- se disculpó con el joven de traje a su lado mientras ponía su mano en su nuca y la frotaba en muestra de pena. 

-Si se encuentra cansado puede irse, ha hecho suficiente por hoy, además no creo que este problema pase a mayores- le dijo mientras veía de lado el escenario con ambos hombres reclamándose entre si pero sin intención de acercarse- No pasa nada, nosotros seguiremos con ellos. 

Aang se sintió aliviado y aunque por un momento creyó que estaría faltando a su palabra se dio cuenta que podía permitirse una escapada, aunque fuese por esta vez, por lo que le tomó la palabra al guardia y tras despedirse de él y su compañero se fue sin que los vendedores se diesen cuenta.

Comenzó a caminar por el pueblo con completa calma, como todo había estado tranquilo nadie requería su ayuda por el momento; pensó en que ahora estaba libre por el resto de la tarde y noche, tiempo que hacía tiempo no tenía, planeó que tanto podría hacer en el resto del día y lo primero en lo que pensó fue en Katara. 

Tenía enormes ganas de ver a la morena y poder pasar tiempo con ella, y pese a que no había hablado con ella desde anoche sabía donde encontrarla. Se dio el gusto de usar su planeador para así llegar más rápido a su destino y se lanzó hacia allá. 

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Luego de volar durante unos minutos llegó a la pequeña clínica del pueblo en donde Katara había estado prestando sus servicios de curación para los enfermos del lugar, de la mano de uno que otro doctor y enfermero. 

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⏰ Última actualización: Mar 30, 2021 ⏰

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