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El tercer mes Lisa ya no usaba chaquetas, suéteres, cardigans, ni siquiera hoodies.

Jennie no conocía la razón pero un día la vió entrando al estudio con sólo unos pantalones y una camiseta con el logo de CELINE. Le gustaba, si, pues aquellas prendas le daban una clara idea del increíble sentido de la moda de la pintora, pero aquella venda alrededor de su muñeca no le permitía admirarla completamente.

Seguía hablando, seguía insistiendo, seguía ofreciéndole ayuda y ella ignoraba sus palabras como su fueran débiles soplidos del viento.

"¡Lisa!" saludó al verla.

"Veo que estás sola." Dijo con una sonrisa antes de besar sus labios delicadamente, como si temiera romperla.

BigBang Tattoos no estaba recibiendo demasiada clientela ese día así que Jennie había pasado su día buscando frases para conquistar en internet. Ella no tenía el talento de Lisa para derretir corazones con un parpadeo.

"No ahora. Jamás podría sentirme sola si estoy contigo, Lisa."

Esperaba que funcionara, pero la pintora sólo se rió de ella mientras le apretaba las mejillas.

"¿De dónde has sacado eso, Jen?" Se burló la menor aunque una pequeña parte de ella había amado sus palabras. "Estoy segura de que es la cita de algún libro popular. Howe jamás habría dicho algo como eso."

"Acepta que te encantó."

"No."

"Lisa..." insistió con un puchero.

"Sólo un poco, pero creo que el hecho de que seas mi novia tiene que ver con eso."

"Me conformaré con esa respuesta."

Y Lisa le tomó la mano con ternura, pero la tatuadora no pudo evitar notar la venda en su muñeca. Siempre la notaba, le incomodaba pero la pintora no le permitía hacer nada.

"¿Dónde está tu chaqueta, Lisa?"

"En mi armario." Respondió con normalidad. No le importaban sus propias heridas. "El mundo sufre, Jen, y es por quienes lo hieren que tengo esta venda. Tanta gente que odio, tantas cosas que no puedo evitar... quiero que las vean. Quiero que las personas que odio las vean, y tal vez así puedan entender el daño que hacen todos los días."

Intentó contener las lagrimas. Le dolía escucharla.

"Por favor, Lisa. Déjame ayudarte. Existen otras alternativas, otras salidas, otras formas de expresar tu odio por esas personas." Suplicó mientas se abrazaba a ella, envolviendo sus brazos alrededor de la chica más alta, aferrándose. Quería que Lisa notara lo mucho que la necesitaba y lo mucho que le dolía, pero ella estaba cegada. "Por favor."

"El mundo está sufriendo, Jen. Si quieres ayudarme entonces debes ayudar al mundo primero."

No quería sonar egoísta con sus siguientes frases pero no pudo evitarlo. Ella solo quería, con desesperación, que Lisa dejara de hacerse daño.

"Salvándote a ti salvaré a mundo."

"¿Por qué lo dices?" Preguntó la pintora con curiosidad. Sus manos envolviendo la pequeña cintura de la tatuadora.

"Porque tú eres mi mundo." Susurró de manera tan débil que de no haber estado tan cerca de la pintora, esta no la habría escuchado.

Lisa suspiró dolorosamente al escucharla. Las chicas se separaron, sólo lo suficiente para que la menor pudiera mirarla con ojos los cristalizados.

"Lamento decírtelo pero... tu mundo se está cayendo a pedazos."

***

Jiyong le permitió marcharse temprano ese día. No había sido la mejor jornada.

La Tatuadora De Libélulas //JENLISA//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora