Eran las tres de la mañana y Kevin aún no había regresado y yo ya me empezaba a preocupar. No es que él me importara lo más mínimo, pero si no viene pensaran que le he hecho algo malo.
Interrumpiendo mis pensamientos entra Kevin por la puerta balanceandose. Yo enciendo la luz y al momento me alerto, tenía un ojo morado, el labio partido y varias magulladuras en los brazos.
-¿Qué te ha pasado?- pregunté incédula.
-El novio de Allison me ha pegado por no permitir que te pegara- dijo tranquilamente encojiendose de hombros.
-¿Qué?- Ese maldito imbécil…
-Que el novio de…- volvió a intentarme decir.
-Ya. Te escuché la primera vez- dije resoplando. Me acerqué a él insegura y lo ayudé a sentarse en su cama- Voy a por el botiquín, ahora vuelvo- le dije, a lo que él asintió. No tardé mucho en encontrarlo ya que casi nunca lo había usado y estaba en el segundo cajón de mi armario.
Cuando volví , Kevin parecía estar en sus pensmientos, rápidamente negó con la cabeza y me gustaría saber lo que está pensando. Saqué el agua oxigenada, el alchol , un poco de algodón y una pequeña venda. Cuando vió que me acercaba a él con las cosas, se aprtó a un lado para dejarme sitio en su cama. Me senté a su lado y acto seguido él me extendió su mano. Le limpié todas las heridas despacio para intentar hacerle el menor daño posible. Cuando acabé, lo retiré todo de su cama y lo volví a organizar, la verdad es que era un poco maniatica de la limpieza.
Cuando pensé que Kevin ya estaba dormido, susurré la pregunta que tanto me rondaba por la cabeza.
-¿Por qué lo hiciste?- entonces el se rovolvió en su cama y me di cuenta de que me había equivocado. Estaba despierto. Mierda creo que me ha escuchado.
-Porque creo que es hora de que alguien empiece a cuidar de tí- dijo encogiendose de hombros como si fuera una respuesta simple. Al poco tiempo noté como su respiración se ralentizaba y sonreía mientras mantenía sus parpados cerrados, cosa que indicaba que estaba dormido.
Me tumbé en mi cama y me arropé dispuesta a dormir. Recordé una vez más la respuesta que me había dado Kevin y me sonrojé levemente. Aunque bueno, no es que me viera, pero eso es lo que creo que me estaba pasando en ese momento.
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Me levanté a la mañana siguiente más despierta y decidida que nunca. Kevin tenía razón, bueno, en parte. Era hora de que alguien empezara a cuidarme, y que mejor que ser yo misma ese alguien, porque necesito cuidarme a mi misma, por mi, por sentirme mejor, y eso es lo que iba a empezar a hacer.
La verdad es que las palabras de Kevin me habían conseguido despertar y hacer que tenga ganas de vivir. Por eso les estoy agradecida, aunque está claro que no lo admitiré delante suya.
Me puse el uniforme que teníamos que llevar, con la falda por las rodillas y la corté hasta que quedó un poco más abajo de los muslos. Perfecta, ni muy alta, ni muy baja. Ma maquillé ligeramente y me alisé el pelo. Me miré al espejo y sonreí. Me gustaba mi nueva yo, o por lo menos el intento de ello.
Kevin ya se había despertado y preparado. Salí por la puerta, y como no, me encontré con la misma chica de siempre, ¿a que no adivinais quien? Si, Allison, la cual se acercó a mi en tono vacilante.
-Bueno, bueno, a quien tenemos por aqui, a la puta, o también conocida como Katia Zorra Young- dijo mirandome de arriba abajo.
-Ni puta ni zorra, soy tu envidia campeona- eso me salió del alma y sonreí con orgullo. No sabía cuando había salido Kevin de la habitación, pero me miraba asombrado , al igual que Allison.
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Shattered Dreams
Teen Fiction-Katia no puedes vivir asi durante toda tu vida- dijo intentando convencerme. Como odiaba cuando hacía eso y lo conseguía. -No es de tu incumbencia, vete ya- espete señalando la puerta. -Pues ven a divertirte conmigo, veras como te olvidas de todo...