Izuku: El hakukyuukou

Cap 1 Inicio de travesía

Hace milenios, el mundo estaba abundado de magia y sacred gears, los magos comunes eran los únicos de ocupar magia de bajos rangos, en cambio nobles como otras razas tenían la capacidad de ocupar las sacred gears, siendo poderes otorgados por Dios, aunque también los demonios se adentraron en este mundo en busca de esos artefactos, que por el poder del mismo Dios les negó y mando a sus ángeles a defender a los seres en la Tierra, empezando una guerra sin fin que hubiera durado milenios si no fuera porque un humano con el sacred gear "Sakusei Kaishi (inicio de creación)" . Llevando consigo el fin de la guerra como una alteración en los humanos siendo que empezaron a aparecer mutaciones en sus  cuerpos lo que llevo al nacimiento de los quirks, mientras que los mago y otras razas fueron cambiadas de mentalidad siendo gente un poco mas civilizada trayendo consigo una paz, aunque los grandes seres como los dragones y dioses fueron selladlos en sacred gears de partes de armas y armaduras, las cuales fueron guardadas por los seguidores de aquel mago que marco el fin de una era de varios siglos, empezando una nueva. 

Han pasado varios años de esa historia, que se cuentan entre las razas, quienes están camufladas como humanos, y sus magias o sacred gears, las hacen parecer una con variantes, dejando que los humanos creyeran que eran quirks y vivieran en calma, aunque la paz nunca es bien sostenida, la rabia, envidia, empezó a nacer en unos pocos a ser varios. Volviendo al inicio y el balance donde la luz no puede apagar toda la oscuridad, como la oscuridad no puede obstruir toda la luz, pero tras el nacimiento de la malicia, nacieron héroes que resguardan a los seres humanos, que de un titulo honorable, paso a ser una profesión donde todo aquel con talento o esfuerzo lo obtiene sacrificando cosas sencillas. No como aquellos hombres y mujeres que marcaron la historia y fueron merecedores de ese titulo. Pero no nos vayamos del tema. 

Es de noche y las cayes de Musutafu esta sufriendo unas de sus peores catástrofes jamás recalcadas en sus historias, en donde las calles se veían a los héroes resguardando a civiles, mientras que a ocultas de ellos los magos están resguardando el atormento sobre natural, el cual era un huracán mágico de categoría diez, siendo estos generados por los mismos dragones, siendo esto debido a que dos dragones antiguos que despertaron de sus sueños salieron al mundo, en busca de aligerarse, pero a la vez dejaron aquel huracán por el mundo.  

Con los dragones se veía a uno de ellos realmente cansado que se fue a una isla cercana para descansar, siendo este uno de color blanco con una belleza inigualable, su nombre es Albion, el dragón emperador blanco. Uno de los dragones defensores de su raza, aunque ahora se encuentra en la isla al lado de su hermano, como rival de toda la vida. Draig; el dragón emperador rojo. 

Vaya que el mundo a cambiado, y todo por un mago -comento draig, viendo a sus lados como el huracán se empezaba a calmar- 

Aunque no me guste, se nota la paz en estas zonas draig. No hay duda que hizo lo correcto -dijo albion con una sonrisa de nostalgia por ver la paz en el mundo, no como él recordaba. Siendo un caos de pura guerra y perdidas de razas- Por mi dejaría que ocupe mi poder nuevamente para dar esta paz al mundo nuevamente. 

Lo que llevaría a dar un ciclo de sufrimiento año tras año, como las cadenas del odio no se extinguirá. Son llamas, si enciendes una chispa, es chispa se hará un pequeño fuego, para terminar siendo una llamarada que extinga todo lo bueno 

Tienes razón, pero, sin algo que arruine esta balanza la paz es una tranquilizadora, porque sin odio no existe la bondad, como sin la bondad, no existe el odio, por es.......

No nos metamos en cosas de humanos, y vamos a buscar portadores para, ver quien de los dos es mas fuerte. Y recalcar que los pechos son mejores -interrumpió draig, ya que aunque siguieran con esta pelea de palabras, sabia que no llevaría nada, y tal vez llevaría a que la magia sea mostrada al mundo, cosa que no deseaba. Por nada en su sellada vida-