Cap. 2 nueva familia y una amiga

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Es una mañana muy iluminada, al horizonte se ve el sol salir con lentitud, pero en un sendero rodeado de plantas, y uno que otro árbol a la lejanía. Se veía/leía a un niño peleando con una espada contra un peli negro, pero algo que tenían marcadas en sus rostros eran unas sonrisas que muestra la diversión de ambos en este tipo de pelea de espadas de maderas. "Vamos ataca, que si solo defiendes te barreran el culo sobre el suelo" demando el mayor "como lo haces tu con la taza de baño" respondió el niño con gracia, pero al distraerse, se termino llevando una patada en su abdomen mandando al chico a rodar por el suelo. Dejando que él menor cubriera su abdomen con sus brazos mientras vomita algo de saliva "Buena jugada, pero mantén tus instintos en las batallas para que esto no te vuelva a pasar chico" "¿qué tienes en las canillas?......unas rocas o ¿qué?" "Me gustaría, pero esto es puro entrenamiento al romper mis limites que casi llegue a que mi cuerpo tuviera la resistencia de una roca.......... Aunque trato de ser mas resistente, porque no se cuando alguien venga y me restregué la cara en la mierda, así que si me llega a pasar ¿Qué debo hacer?" la sonrisa que abundo en el rostro de izuku fue tal que se levanto agarrando la espada de madera apuntándola al pelinegro mientras una sonrisa se mantiene en él infante "Entrenar mas duro, superar mis limites para que nunca me pase de nuevo" respondió con ganas el menor arrojándose con gran fuerza al mayor, quien correspondió la sonrisa "Esa es la ley mocoso". En el momento que ambos chocaron espadas empezó de nuevo el combate, solo que él mayor no se contenía ya que si lo hace, según él; es ser hipócrita a sus palabras y por ende no se dejaba ningún momento contener ante una batalla, menos lo haría en los entrenamientos.   

 Que sin saberlo aquél pelinegro le estaba influenciando en las venas del niño el sabor de una batalla contra gente, y contenerse es ser de débiles. Cosa que izuku no seria nunca

 Al pasar las horas, donde el anochecer se estaba por dar, un joven de 38años estaba viendo la batalla de aquel peli verde. Aunque nadie lo supiera a excepción de su amigo, a través de su mirada en la espalda de su hijo no había nada mas que una figura imponente como si atrás del niño hubieran pasado miles de espadas para pronunciar una palabra "Mi pequeño sword dragon" 

La lluvia se había calmado, el cielo despejado estaba a la muestra de todo. A excepción de la sombra de un hombre peli-negro que rondaba la zona a través de sus alas negras, su nombre es azazel, un ex serafín. Su edad no era identificada, pero en si el hombre había venido con un propósito y ese era la investigación ya que algo que vio tras la tormenta, fue al dragón emperador rondar por esta zona de Musutafu "Vaya......y pensar que esta ciudad eran simples valles antes de que ese mago apareciera.......bueno no puedo centrar en el pasado y mejor busco a aquel portador" hablo a la nada.

Pasaron las horas y no encontró nada, aunque le gustara seguir no podría mas con su magia de camuflaje. Así que en busca de un escondite se fue al edificio mas alto para sentarse sobre el tejado, dejando que sus parpados descienda para buscar la mayor cantidad magia o mas bien el rastro mágico que debió haber desechado el dragón tras su vuelo. "¿Cómo ese jodido dragón de gran.....ah ya lo encontré" al levantarse estiro lo mayor que pudo sus alas, para alzar vuelo en busca de aquel portador. 

Pero cuando llego sus ojos estaban abiertos por lo que veía, alrededor de aquel chico había como así decirlo un cambio de espadas salidas del suelo, o eso debió ver desde las alturas. Porque cuando bajo aquellas espadas que vio, no estaban, a excepción del chico de cabello verde con mechas plateadas. En la mente de azazel había un caos, pues a sus ojos en las alturas vio casi como un campo de batalla o una de espadachín, pero ahora no había nada. No sabia si era por fatiga o era real. Aun así en su mente tenia algo claro, aquel chico se lo llevaría y sabría donde seria ese lugar. 

Time skip

En una cama, un niño de seis años estaba abriendo los ojos con pesadez en los parpados. Pero cuando sus ojos empezaron a adaptarse a la luz, su reacción fue algo floja por así decirlo. Ya que levanto la mitad de su cuerpo, dejando a exponer una musculatura desigual a la de un niño de seis años.

Izuku: El hakukyuukouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora