Capítulo 14

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Estaba amaneciendo, el sol se hacía presente desde el horizonte para las personas en la ciudad, esto tristemente no lo podían presenciar los monstruos atrapados en el Subsuelo. Él rey Asgore ya se encontraba despierto, tomaba una taza de té mientras regaba sus flores—El día de hoy debería llevarle a Alphys lo que me ha pedido—recordó, poco después dejó su regadera a un lado y, aun con su taza de té en su mano, se dirigió hacía una de las habitaciones de su palacio, en la cual se encontraban resguardadas las seis almas humanas desde hace mucho tiempo. Cuando llegó, observó por un momento los contenedores y recordó que la finalidad de esas almas era poder salir del Subsuelo y que los monstruos pudieran volver a ver el cielo y tener una vida mejor, pero ahora, la determinación de una de esas almas ayudaría a que Frisk volviera a estar con ellos, Asgore tomó un sorbo de té, dio un suspiro y luego tomó uno de los contenedores eligiendo así una de las almas, luego salió de la habitación y se fue por un canasto, allí colocó con cuidado el contenedor y después se fue por algunas flores—Debo tener cuidado, seria aterrador y confuso para los monstruos verme llevar esto—pensó, pues no es de todos los días andar con un alma bajo el brazo. Así, con cuidado fue colocando cada flor en el canasto de modo que cubrieran el contenedor, al final, tomó el canasto dispuesto a ir al laboratorio de la científica Alphys.

Esa mañana, Alphys le pidió a Papyrus que no fuera al laboratorio, dijo que había ayudado mucho y que era muy importante que descansara, además, no quiere que nadie se entere de los datos que obtuvo la noche anterior hasta tener conclusiones seguras de lo que está pasando, aún seguía sorprendida con toda la información. Luego de lavar su rostro se fue por una taza de café, después se dirigió a su gran escritorio para leer nuevamente sus anotaciones.

El rey Asgore caminaba a paso lento por Hotland saludando a los habitantes con una sonrisa, a algunos les obsequió una flor dorada de las que cargaba en su canasto, con cuidado de no descubrir el contenedor que ocultaba. Después de una larga caminata, llegó al laboratorio, las puertas de este se abrieron dándole paso—¡Buenos días, Alphys! –saludó enérgico, la científica al escuchar su voz, se levantó de su escritorio para recibirlo—, b-buenos días, r-rey Asgore—respondió al saludo arreglando su bata—, he traído lo que me has pedido, traje algunas flores y una de las almas para que la revises—dijo el rey señalando el canasto que llevaba—, m-muchas gracias—agradeció Alphys tomando el canasto—, Asgore, p-por favor t-tome asiento—dijo—, ah, muchas gracias, hice una larga caminata y también saludé a los del pueblo, aproveché y obsequie algunas de mis flores—contó mientras se sentaba en una de las tantas sillas—, oh, r-realmente cuidas m-muy bien de t-tus flores—elogió Alphys acariciando con delicadeza los pétalos de una de las flores—, gracias—dijo Asgore con una pequeña sonrisa—. Bueno, ¿Lograste hablar con Frisk? –preguntó, mientras la científica llevaba algunas flores a un recipiente con agua respondió—, s-sí, anoche h-hablé con e-ella y obtuve i-información muy v-valiosa y r-realmente sorprendente, p-pero todavía no p-puedo darte d-detalles, pues e-es información q-que debo a-analizar, cuando t-tenga conclusiones t-te compartiré la i-información—, ¡Vaya! Me dejas muy intrigado—dijo sorprendido el rey mientras acariciaba su barba—, entonces, cuéntame cómo va la máquina del portal—, b-bien, e-estaba tan c-concentrada con l-los elementos q-que la e-equilibran que n-no me h-había dado c-cuenta de q-que algunas p-partes de la m-máquina se habían d-dañado, así q-que cuando t-tenga listas l-las flores y la d-determinación, arreglare e-esas piezas y l-la maquina e-estará lista—contó la científica—, me alegro mucho de tenerte como la científica real, tu trabajo es excelente—dijo el rey con orgullo levantándose de su silla, Alphys se puso un poco nerviosa, no esperaba ese comentario—, n-no estoy m-muy segura, p-por mi c-culpa Frisk no e-esta con n-nosotros—dijo un poco triste—, no te culpes, recuerdo bien que ese día en el que nos presentaste tu máquina pediste un voluntario y ella se ofreció, no contábamos con el accidente pero te aseguro que has llevado bien la situación—dijo Asgore alentando a la científica colocando su mano en su hombro, Alphys se sintió un poco mejor.

Esa tarde después de la escuela, Frisk y Kris regresarían a casa por sí solos, en la puerta de la escuela ambos se despidieron de Noelle, pues se irían por caminos diferentes. Empezaron a caminar, no iban apresurados, ambos disfrutaban de la compañía del otro, en el transcurso del camino, Kris confiado tomó la mano de su acompañante, a Frisk le tomó por sorpresa pero tomó su mano con firmeza mientras comenzaba a sentirse un poco nerviosa, Kris le dedicó una sonrisa.

Kris, ¿Podríamos comprar algo de beber? –preguntó Frisk, se estaban aproximando a la heladería en la que compraron helados alguna vez—, claro—asintió el chico, luego entraron a la heladería y allí mismo compraron dos refrescos, uno de fresa y otro de limón, después salieron y en la entrada del lugar se sentaron en uno de los bancos que había, Frisk colocó el pitillo en su vaso y dio un sorbo—. El día de hoy hace mucho calor—Kris asintió con la cabeza mientras le daba un sorbo a su bebida. Estos refrescos eran perfectos para ese clima, pues tenían suficiente hielo y un delicioso sabor dulce. Kris abrazó suavemente a la castaña, ella se dejó llevar y se apoyó en su hombro mientras miraban a su alrededor—. Te quiero, Frisk—musitó el chico esperando a que ella hubiera alcanzado a escuchar su pequeña declaración, Frisk levantó su mirada dejándole ver un pequeño rubor en sus mejillas acompañado de una sonrisa—, yo también te quiero, Kris—contestó mientras se acercaba lentamente a él para luego depositar un beso en su mejilla, luego mantuvieron sus miradas conectadas por un rato sin perder esa cercanía entre ellos.

Frisk admiraba las facciones de su acompañante, algo que realmente le gustaba eran sus ojos, eran de un verde oscuro brillante. Le dedicó una sonrisa mientras comenzaba a dar pequeñas caricias con sus dedos sobre su piel trazando figuras por diferentes lugares, Kris estaba fascinado, las caricias que recibía por parte de Frisk realmente lo relajaban.

Estaban tan perdidos que olvidaron el hecho de que el hielo de sus bebidas se estaba derritiendo.

Kris rompió la poca distancia que los separaba apoyando su frente en la de la contraria, tomó suavemente su barbilla y apartando los pocos nervios que tenía dejó un beso en su mejilla sintiendo la calidez de estas a causa del clima y, además del ligero rubor que mantenía desde hace un rato, ese acto tan sencillo era algo que quería hacer hace tiempo.

Amor De Otro Universo [Frisk x Kris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora