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☪ 『Alumno nuevo』
Todos en algún momento de nuestra vida hemos mentido. Ella mentía todo el tiempo, a sus amigos, a sus queridos y a ella misma.
En las mañanas cuando despertaba y se paraba frente al espejo, se repetía las mismas palabras hasta creerlas, pero ella sabía, que las mentiras no son para siempre, pues en algún momento de su vida la verdad saldría a luz y ella tendría que afrontar las consecuencias de sus acciones.
Hasta entonces, seguiría en su mundo de fantasías.
—¿Puedo pasar?— Pregunto recibiendo una afirmación.
Abrió la puerta torpemente cerrándola tras de ella y miró la oficina con detenimiento. Tenía esa maña de estar vigilante a su alrededor; un lugar amplio, limpio y elegante. Un piso de blanco puro, escritorio y sillones de ese mismo color, así como dos ventanas juntas corredizas y sus persianas correspondientes. Tres banderas de distintos colores en la esquina derecha a lado del escritorio: blanca, amarillo y rojo.
Un cajón cerca de la ventana negra y otro blanco. Varios libreros del lado izquierdo y una maceta junto a las banderas.
Sofisticado en toda la expresión de la palabra y, sentado en su escritorio estaba un bello hombre. Cabello rubio hasta los hombros y brillantes ojos azules. Hacía bastante tiempo que no se topaba con un hombre así.
Por lo que siempre que entraba a su oficina se sorprendía sin poder evitarlo.
—Buenos días, vine a entregar el permiso de mi salida— Se acercó entregándoselo. Ya que tenía que retirarse por asuntos personales, el director le dio ciertos permisos que tenía que entregar cada que saliera y no pudiera llegar a tiempo o tuviera que irse en horario de escuela.
