La luna poco a poco es interceptada por el sol y los grillos por los pájaros. Naruto, se sienta instintivamente sobre su improvisada cama la cual es el suelo, más su cabeza le lanza de nuevo abajo, quedándose con los brazos abiertos sobre él.
Mientras asume su resaca, asume los hechos de lo que pasó ayer mirando al techo.
Se atormenta, pero recuerda esa liberación al decir las cosas que ha estado callándose tanto tiempo. Y, aunque lo que prima es arrepentimiento, hay un sentimiento liberador.
El día transcurriría de una forma sorprendente y tristemente normal. No se suelen ver diariamente, así que iría a entrenar como de costumbre, aunque con la voz en su cabeza de si hoy no se verán porque es un día como otro más o porque le está evitando.
Igual quién la está evitando es él, y este será un debate interno que tendrá sobre los siguientes días en los cuales seguirá su rutina cotidiana, mientras en su mente creará debates y posibilidades que sabe de antemano que no van a suceder.
Una de esas noches, tirado en el suelo de su habitación mirando para el techo, decidió hacer la travesía: decidió tomar él el paso de ir a hablar con ella y, como un autómata, tomó rumbo hacia su casa.
Él sabía que tendría que volver a casa con la compra para hacer la cena, así que la esperaría en la puerta de la mansión Huyga.
Cada paso que tomaba le daban recuerdos de cuando se acercó por primera vez para pedirle salir oficialmente, esa voz gritándole que parase y diera media vuelta y otra voz gritándole lo contrario. El nerviosismo ante una conversación con esa chica de nuevo, le estaba matando.
Pero esta vez no era ilusión por lo que viene, sino un camino hacia un mal trago que habría que pasar.
Llegó a la puerta principal, y se apoyó contra el muro hasta que dos segundos más tardes, el nerviosismo le hizo dar vueltas en círculos.
Finalmente la oyó, unos pasos perdidos en el leve sonido ambientes de las calles en la noche. Sonaron al compás de su corazón que rápidamente se desincronizó y empezó a acelerarse.
Se quedaron mirando el uno al otro en la distancia.
Naruto, sacando una fuerza que no sabía que tenía, empezó a andar hacia ella:
- "No puedo hacer nada ¿y tú? – No pensó la frase.
Hinata le mira absorta.
- "¿No es por eso por lo que te enamoraste de mí? ¿porque siempre perseguía lo que consideraba correcto?"
Se muestra dubitativa, Naruto conoce la mirada de Hinata, y esta vez es cuestión de timidez, algo que no le pasaba con él en mucho tiempo.
- "Tenemos muchos deberes... ¿sabes? no podemos anteponer nuestros deseos a los demás" – Dice mientras pierde su mirada hacia abajo.
- "Pues si que podemos, porque es nuestra boda y va sobre nosotros" – Arranca Naruto con benevolencia.
- "Pero no somos solo nosotros... es la aldea, las otras aldeas, la política, la gente..."
- "Es decir que priorizas la "política" antes que nuestra relación" – Baja el tono en síntoma de decepción.
- "Naruto... ya no somos niños, no podemos permitirnos ser tan caprichosos" – Se limpia una lágrima que todavía no había caído de su ojo.
- "Así que eso es lo que piensas... que sigo siendo un niño..." – Hace una mueca que ni él mismo sabría describir lo que expresa y con la cabeza baja comienza a deambular alejándose.
Hinata no le detiene, más estuvo apunto mientras levantaba su mano hacia él, algo que no percibió. Naruto empezará a andar con la cabeza baja pensando en si eso es todo lo que quiere luchar Hinata por su relación.
Tras un rato con lo que Naruto no sabría decir si es tener la mente en blanco o inundada de recuerdos, su cuerpo empieza a coordinarse con su mente y las lágrimas empezarán a brotar.
Poco a poco comienza a secarse las lágrimas más por desdén, y no porque haya superado nada de lo que ha pasado y deja que su cuerpo llegue a casa mientras su mente sigue absorta en las palabras de Hinata.
No esperaba llegar aquí, pero ya se había dejado caer. El sonido ambiente de pocas personas, pero muy ruidosas, le sacó de su estado letárgico. Sin dudar ni sobresaltarse por donde estaba, pidió una botella de sake y se sentó en la mesa más alejada del ruido.
Empezó a beber, y poco a poco esa maraña de sentimientos empezaba a desentramarse, aunque no de una forma correcta, en ese momento si lo era para él.
Pasó por la tristeza, la ira, la incredulidad, y acabó en una especie de alegría macabra donde sonreía tontamente recordando toda su trayectoria.
- "Aish... quién te ha visto y quién te ve..." – Retumba en su cabeza.
Comienza a observar el fondo de su copa mientras la mueve en círculos con la vista algo nublada. Y, cuando pone más atención observa que hay una copa y otra botella más en la mesa.
Tras comenzar a ver doble, empieza a centrar su vista en un punto lejano, en el cual se interpone una mano chasqueando los dedos.
- "¡Eh!!" – Escucha Naruto a la vez que un sorbido.
Alza la vista como puede y observa a una mujer con el cabello rubio mirándole fijamente mientras termina su copa.
- "Ey, quinta, ¿qué tal?" – Habla mejor de lo que se esperaría.
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Naruto x Tsunade (acabado).
FanficNo sé qué estoy haciendo con mi vida. Es algo explícito.