Error de cálculo • Pausada

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— ¿Qué cloralex estás diciendo? — Levi vio como Eren y Armin se acercaban a su amiga para observar a la bebé.

— Bueno, fui a nuestro cuarto y sólo escuché un lloriqueo de bebé y la encontré en la cama de Mikasa y... y... y... — fue interrumpida.

— Sasha, cálmate. — Armin puso una mano en su hombro.

— Necesito sentarme. — Eren tomó a Mikasa en brazos y Sasha se sentó tras un asentimiento por parte de Levi.

— ¿Qué demonios pasó..., Hanjie? — el más bajo detuvo a la mencionada por cuello de su uniforme.

La había sentido temblar en cuanto vieron a la bebé, así que supuso que ella sabía lo que había sucedido y el que intentara huir silenciosamente olvidando que tiene un oído super desarrollado, le confirmó sus sospechas.

— Enano, suéltame. — intentó zafarse de su agarre pero el Ackerman era más fuerte, por lo que se estaba ahorcando.

— Nada de eso. — la jaló y la sentó en la mesa donde estaban los demás miembros de la Legión sentados. — Ahora me explicas.

Los amigos de la infancia de la azabache la habían estado entreteniendo haciéndole caras y muecas, pues la bebé al sentir el cambio de calor se despertó. La pequeña risa se escuchaba mientras los superiores tenían una pequeña discusión.

— ¿Por qué Mikasa es una bebé, Hanjie-san? — preguntó suavemente el rubio moviendo su índice derecho mientras la primera mencionada lo sostenía con su pequeñita mano.

— Fue un error de cálculo... — susurró desviando la mirada.

— ¿Qué? — nadie la había escuchado, pues fue tan bajito que sólo se entendió un sonido incoherente.

— Verán...

— ¿Me necesitaba, Hanjie-san? 

La mencionada sonrió al ver a la adolescente. — Llegas a tiempo, Mikasa, ¿recuerdas de lo que te hablé? — la chica asintió. — Bueno, ya está terminado y quisiera que fueras la primera en probarlo.

— O sea, que sea su rata de laboratorio.

— Si lo dices así... — la castaña desvió la mirada.

Mikasa suspiró. — Está bien, la ayudaré.

— ¿Qué mierda le diste?

— Espera, Levi. — regañó.

Mikasa tomó el frasco de dudosa procedencia, a pesar de saber que venía del laboratorio de Hanjie pero simplemente no sabía qué esperar como resultado, y lo tomó lentamente, extrañada por su curioso sabor y le regresó el frasco.

— ¿Y?, ¿cómo te sientes? — agarró su cuaderno de notas.

— Sabe raro.

— Mikasa, te pregunté cómo te sentías, no el sabor.

— Oh... Pues me siento bien.

— Habrá que esperar al efecto, me avisas cualquier cosa. Estaré tomando nota de la tardanza de la reacción en mi espécimen de prueba.