Capítulo 3: El reclutamiento

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En cuestión de dos horas llegamos a una base militar. María me despierta porque, como dice mi hermano, me quedo dormida nada más sentarme en un coche. Fury nos indica que subamos a un avión militar que ya estaba preparado y esperándonos. Hill es la encargada de ocuparse de mí al parecer, ya que es la que me indica que hacer y cómo hacerlo. No le hablo de mi miedo a volar y me coloco los arneses del asiento como ella me ha indicado.

El aparato se pone en funcionamiento despegando de la base militar y durante el tiempo de vuelo puedo observar a la agente Hill. Es una chica joven y guapa, de estatura alta y comprensión delgada. Su cabello es moreno y supongo que su largo está un poco por debajo de los hombros, ya que lo lleva recogido en un moño muy discreto. Lleva el uniforme de SHIELD, compuesto de un mono azul marino bastante ceñido con el logo en ambos brazos y un cinturón negro donde llega su arma reglamentaria.

Aterrizamos aproximadamente una hora después en la pista de aterrizaje de lo que parece un enorme barco en alta mar.

He sido capaz de disimular mis nervios y los sudores fríos que me provoca estar en el aire, con maestría. Faltan pocas horas para que amanezca y Fury le ha indicado a María que me asigne un dormitorio para que descanse. Hill me lleva antes hasta la enfermería, indicándole a una enfermera que me dé algo para el dolor muscular que ya empiezo a notar. La chica me entrega Ibuprofeno y una botellita de agua y yo agradecida me lo tomo.

Hill me acompaña hasta la habitación donde me indica que tengo un baño y ropa limpia en el armario. Una vez se va me doy una ducha caliente, cosa que mi cuerpo dolorido agradece. Me seco con una toalla, la cual enrollo en mi cuerpo y me seco el pelo con otra. Veo que el armarito del baño está equipado con todo tipo de productos, encontrando incluso gomina para mi cabello. Me la aplico y me lo seco con el secador. Terminado el arreglo de mi pelo, salgo del baño y me voy al armario en busca de algo que ponerme. Encuentro unas braguitas y un pijama gris de verano, compuesto de unos shorts y una camiseta corta cuya manga también es corta. Me visto con eso ya que la temperatura es muy agradable y no hace ni frio ni calor. Seguidamente me dejo caer en la cama, quedando dormida nada más tocar el colchón.

Despierto suavemente con la luz que penetra por la claraboya, indicándome que ya es de día. Me estiro un poco y abro los ojos perezosamente. Lo primero que veo es el rostro de Loki sobre mí y los restos de sueño desaparecen al instante.

- ¡Buenos días, mortal! ¿Has dormido bien? – me pregunta sonriendo burlón.

- ¡Oh, Dios mío! – exclamo por la impresión.

- ¡Supongo que te refieres a mí! – exclama fanfarrón.

- ¡Que más quisieras!... ¿Qué haces aquí? ¿Me estas acosando? – le pregunto molesta. Sé que no está aquí de verdad, pero me pone muy nerviosa que se proyecte cuando menos lo espero y en esta posición tan insinuante. Estar bajo su cuerpo, aunque no esté físicamente, me incomoda mucho.

- Tu hermano estaba preocupado por ti ahora puedo decirle que estas a salvo con el enemigo – me contesta irónico.

- ¡Que considerado!... – le digo burlona. - Tú nunca haces nada desinteresadamente – le acuso y él me mira pensativo durante unos segundos.

- Tienes razón hay un motivo – me confiesa pícaro. – Yo le digo como estas y él hace algo para mí –

- Lo hará de todas formas, lo tienes hechizado – le digo enfadada.

- Cierto pero así estará más concentrado en su cometido y no pensando en cómo estará su pequeña mocosa –

- ¡Eres odioso! – exclamo para ofenderlo.

- ¡Lo sé! Pero terminaras adorándome - me dice con una sonrisa y una mirada seductora.

- Eso nunca ¡Libéralo! ¡Quítale el hechizo! – le exijo molesta.

A través del Multiverso 2 (Loki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora