𝗕𝗟𝗔𝗖𝗞 | cuatro

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::selección::

Me había quedado sola por completo, el pánico abundaba en mi interior dejándome atrapada en pensamientos negativos que divagaban en lo profundo de mi subconsciente. Suspiré profundo tomando una buena postura, era ahora o nunca: toque la puerta y de inmediato se abrió dejando ver a un hombre alto y robusto: Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

Pensé que no vendrías, te he esperado por mucho tiempo -elevó una ceja- ¡Pero vamos! No te quedes ahí parada y entra -camino hacia un costado permitiéndome pasar.

Estaba realmente sorprendida, cada detalle de la oficina era realmente único y diferente lo cual que convencía aún más que Howgarts siempre fue el lugar en el que debí de estar.

Tu padre me habló mucho sobre ti, ahora veo porque -sonrió.

Espero que hayan sido cosas buenas -respondí

Debo confesar que me he quedo sorprendido al no verte aquí desde un inicio, tenia esperanzas grandes de tenerte aquí -anuncio sin ninguna expresión en su rostro.

Mi madre pensó que era una mala idea estudiar junto a James.

Tu madre siempre ha sido muy testaruda, eres como ella.

No sabía si debía halagarme con aquellas palabras pronunciadas por Dumbledore o simplemente ignorarlas, pues nunca antes me habían comparado con mi madre.

Dumbledore me condujo hacia una silla vieja de madera, en la cual me pidió que tomara asiento para después colocar sobre mi cabello castaño aquel sombrero del que tanto me había hablado aquel chico de nombre; Regulus Black.

Vaya, ¿pero que tenemos aquí? -cuestionó el sombrero, a lo cual provocó que me exaltara- Potter, Potter creí que el único era James.

Mi nombre es, Dabria -susurré.

Pero eso ya lo sé, una chiquilla expulsada de dos escuelas -rió el sombrero.

Miré a Dumbledore un poco avergonzada, pues se supone que el solo sabía que había sido expulsada de una sola escuela de magia, no de dos como había dicho el sombrero.

Ahora, ¿en que casa te pondré? -se cuestionó asimismo- Podrías estar en gryffindor donde están los valientes, slytherin podría ser en donde se encuentran los ambiciosos, en ravenclaw serías bienvenida donde gente astuta se aguarda y por último hufflepuff; una casa que te llevaría al éxito tal vez.

¿No se supone que eso deberías de saberlo tú? -cuestione, haciendo reír a Dumbledore.

Pero por supuesto que lo sé, chiquilla tonta.

Cada palabra que salía de la boca del sombrero me hacía sentir humillada y provocaba que me quedará sin palabras, algo que inusualmente solía suceder ante cualquier situación.

¡Hufflepuff! -anunció el sombrero.

Bienvenida a hufflepuff, Dabria.

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