†013.

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ᴄɪᴛᴀ

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Se mira al espejo con inseguridad. Aquel vestido negro que le queda pegado al cuerpo la hace sentir demasiado... ¿Sexy? No es ella, definitivamente no lo es pero si pretende que Junghyun no se escape de la cita al momento de verla, entonces tiene que lucir femenina, linda y si es posible, sexy. Un estilo muy alejado a su estilo despreocupado y cómodo.

— Entonces me dice: Si no le contestas te aplastaran como una hormiga. — Habla su mejor amiga imitando una voz gruesa y masculina. — O algo así, ¿Se habrá referido a mi tamaño? Soy pequeña pero tengo la fuerza de un león.

Lalisa se ríe. Desde que se encontraron hace unos 30 minutos no ha parado de hablar de aquel misterioso chico que se encontró en su universidad.

— Dudo que lo haya dicho por eso, solo es una forma de decir que si le das el suficiente poder para arrastrarte, entonces lo harán sin dudar. — Dice la pelinegra distraída. — Vaya, eso sonó inteligente, ¿Entonces que le dijiste?

— Mh, ¿Nada? Te dije, estaba demasiado ocupada teniendo un orgasmo visual.

Lalisa se da la vuelta con el ceño fruncido para ver a Jennie tirada en su cama con sus manos acariciando al pequeño Leo, su gatito de 4 meses.

— ¡Unnie!

— ¿Qué? — Se encoge de hombros. — Es la verdad, ese tipo era caliente como el infierno. Cuando era pequeña siempre me preguntaba a que se referían cuando en los libros describen a un chico como un Dios griego, ¿Y adivina qué? Lo acabo de descubrir. Ese chico es un maldito Dios griego, digno para hacer una estatua y ponerla en el museo más prestigioso de Francia o alguno de esos países elegantes. Todo una belleza, ¿Ya dije que es lindo?

— Lindo es lo mínimo que dijiste, Unnie. — Pone los ojos en blanco. — ¿De verdad crees que esto va a funcionar?

Las manos de la pelinegra se dirigen al dobladillo de su vestido en un intento inútil de bajar aún más la corta falda.

— Cariño, estas ardiente, pero si te sientes incomoda es mejor que busquemos otra cosa.

Jennie amaga con levantarse para ir a buscar un vestido más cómodo, pero el repentino grito de Lalisa la detiene.

— ¡No! Esto está bien. — Murmura volviéndose a acomodar el vestido. — Si no puedo aguantar esto, ¿Cómo se supone que sea una verdadera mujer?

— Bueno, no necesitas usar vestidos para ser una verdadera mujer, de hecho, ¿A qué te refieres con verdadera?

Lalisa observa a Jennie con un tono de preocupación.

After life; LizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora