Capítulo 3.

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—¿Carreras ilegales? —pregunta cuando le cuento la razón porque la policía me estaba persiguiendo.

—Correcto.

—Y.... ¿Dónde está tu vehículo? —arquea una ceja.

—En un callejón—respondo metiendo mis manos en los bolcillos.

—Vaya que gran lugar para esconder tu vehículo—ironiza—tal vez a un vagabundo le guste y salga por las calles en tu vehículo.

—Es una moto.

—Sigue siendo un vehículo—sonrió mirando hacia las personas que pasan por nuestro lado.

—Bueno, ¿quieres venir o no?

—¿Adonde? Si me quieres secuestrar te digo que el hermano de mi padre es de la PDI—rio por debajo.

—Linda si quisiera secuestrarte traería un auto, no una moto.

Entrecierra los ojos haciendo que su pequeña nariz se arrugue.

—Bien... creo que tomare el riesgo y viviré al límite esta noche—dice y me congelo por lo último que dice.

Flashback.

—¡Vamos Joe! — grita Mia desde el techo de mi casa.

—¡Estas loca.

—A veces tienes que vivir al límite, Joe. — dice y toma su skate, patina por el techo y salta del techo, cayendo en la piscina.

Fin del Flashback.

—Si, tienes razón— sonrió.

—Soy Lía, por cierto— me ofrece su mano.

—Joe, un gusto—estrecho su mano con la mía y siento un escalofrío por toda mi espalda, me mira a los ojos sorprendida y sonríe tímidamente antes de alejarse.

—Igualmente, Joe.

—Dime, Lía. ¿vives al límite?

—No, pero una persona muy especial me lo decía muy seguido—responde dejándome, pensando.

Lía tiene algo que llama mucho mi atención y más cuando dice la misma frase que Mia me decía siempre, me acerco un poco más a ella.

—¿Te gustaría vivir al límite esta noche, con un desconocido? — pregunto sin dejar de ver sus brillantes ojos de color canela.

—¿Vas a matarme?

—Si, te matare y venderé tus órganos—rio por su cara.

—¿Ya te dije que mi tío es de la PDI?

—Era broma, Lía obviamente no te matare—juego con un mechón de su cabello— no aun—sonrió divertido.

—Imbécil— me golpea el hombro.

—Para tu buena suerte no te matare, pero te invitare a vivir al límite por esta noche con un desconocido ¿aceptas?

La miro y creo que por la cara que pone lo está pensando, de seguro piensa en las mil maneras en la que la puedo matar.

—Bien, pero si intentas algo te meteré los dedos en esos lindos ojos grises, hasta sacarlos —advierte, apuntándome con el dedo acusador.

—De acuerdo chica saca ojos, ven vamos a vivir al límite por esta noche—tomo su mano entre la mío descaradamente.

Caminamos unos minutos hasta llegar donde deje mi moto, saco los cartones con los que tape mi moto y recojo el casco y salgo del callejón. me dirijo a la acera donde me espera aun con mi chaqueta puesta.

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