Capítulo 44

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—¿Haruki? ¡Dios santo niña me has sacado tremendo susto!— Dijo la mujer sonriendo de esa manera que solo ella sabía hacer, siempre tan comprensiva, siempre tan radiante. Era como ver una persona completamente diferente a la que conoció en la preparatoria, pero seguía siendo la misma. Seguía siendo esa heroína que le había revelado la verdad todos esos años atrás. Pero eso no importaba ahora, ya que Haruki, al escuchar las calmadas y felices palabras de la contraria solamente abrió los ojos como platos. ¿Había escuchado bien? Pellizquenla que parece que está soñando. ¡Alguien la había llamado por su nombre! ¡Alguien que no era Shinso la llamaba por su nombre! ¿Quién era ese alguien? Nada más que su única rival amorosa: Hikari. La mujer que había logrado conquistar el corazón del chico de fantasia mucho antes de que ella llegara. Esa chica era la que había dicho su nombre, y no solo había dicho su nombre, la había reconocido. No era ninguna coincidencia. La mujer extendió una de sus manos para ayudar a quien había caído felizmente, pero cuando Haruki volvió a ponerse de pie y recuperar su balance tomó a la contraria de los hombros y la sacudió levemente.

—¿Tú me recuerdas? ¿Tú logras recordarme?— Pregunto Haruki poniendo sus manos en los hombros de la chica, apretando a cada momento su agarre un poco más por la impresión. Tenía miedo de que si la dejaba ir la contraria se desharía en el aire y resultaría ser una alucinación enfermiza. Hikari, por otra parte, sonrió un tanto desconcertada y confundida. No era normal que la contraria estuviera tan exaltada, pero considerando que había estado fuera del país tantos años no iba a contradecirla. Cualquiera reaccionaría de esa manera al volver al país. La contraria se acercó hasta ella para darle un fuerte y cálido abrazo. Haruki, la chica que los había ido a representar a América había vuelto para tomar su puesto de heroína.

—¡Haruki, pensé que te habías ido al extranjero! Finalmente estás aquí,— La mujer hizo una pausa, se separó de aquel abrazo y la miró de pies a cabeza sonriendo impactada. Miro cada una de sus características, desde las caderas más anchas hasta el pecho más abultado. La pubertad le había dado fuerte a Haruki, y ahora que Hikari la volvía a ver es lo primero que notaba. —¡Pero mira cuanto has crecido, es como ver a otra persona! Mira que tan hermosa te pusiste, esas caderas y ese trasero tan tentador, dios santo te ves preciosa!— Dijo la chica sonriendo. Haruki estaba un tanto confundida, ya que, evidentemente, antes de todo el incidente Hikari y ella no eran las mejores amigas, de hecho, no se conocían mucho, pero, ahora, hablar de esa manera con ella le hacía creer que tal vez ella si se consideraba su amiga. —Es bueno tenerte de vuelta en Japón. ¿Qué tal América?— Dijo la mujer abrazando a la contraria nuevamente, aún llena de incredulidad de encontrarse nuevamente con la rubia, quien simplemente sonrió y devolvió el abrazo llena de felicidad. ¡Finalmente! ¡Alguien la conocía! Alguien que sabía que existía y entendía perfectamente quien era ella. Fuera quien fuera, por ahora todo era mejor que estar con aquel traidor.

—Venía a la reunión de Shinso, ¿tú también vienes? No me sorprendería que te necesitara, si nos ocupa a todos ¿por qué no llamar a la joven que tuvo que ir a América a trabajar durante una edad tan corta?— Dijo la mujer sonriendo orgullosa dándole un golpe en la espalda. La contraria simplemente negó con la cabeza, y, descifrando que esta era su única opción por ahora, simplemente la tomó de la mano, y comenzó a caminar nuevamente a la salida. 

—¿Podemos irnos? Ayúdame y sácame de aquí— Dijo la chica aún caminando. Hikari, por otro lado, paró de caminar y alzó una ceja un tanto confundida. Era sospechoso algo como esto, pero al  mismo tiempo parecía que no era algo realmente malo. Tal vez, y solo tal vez, Haruki tenía el corazón roto, después de todo intentaba escapar de la compañía de Shinso, él chico que le gustaba en la preparatoria.

—¿Hay una razon en especifico?—

—Te la contaré luego, solo ayúdame— Dijo Haruki apretando el agarre de la mano de la contraria, quien, después de rodar los ojos, suspiró y sonrió. Bien, Haruki necesita ayuda, y quién era ella para decirle que no. Simplemente no podía hacer eso, no después de que ella supiera casi toda su vida de adolescente, y no después de que ella haya sido quien le informó acerca de que no había vivido quince años de su vida.

—Bien, bien, como sea. Espero que Shoto me cuente lo que pasó después. ¿Algún lugar al que quieras que te lleve?— Dijo sacando las llaves de su auto y comenzando a caminar hasta el estacionamiento. —¿El hotel en el que te hospedas? ¿nuevo departamento? ¿Restaurante favorito? A donde sea yo te llevo—La contraria negó con la cabeza mirando hacia el piso. ¿Dónde iría ahora? ¿que se supone que haría? No había nada ahí que fuera suyo, y nadie la recordaba para decir que estudió en la prestigiosa Yuuei y obtener un trabajo de héroe. 

—No tengo ningún lugar al cual ir, así que donde me lleves estará bien.—

—Dios santo Haruki, eres un desastre— Hikari rio ante su propio comentario, y, después de abrir la puerta para que la chica entrara, se dirigió hasta el asiento del piloto para finalmente arrancar e irse.

[...]

—Power-Faker, no nos esperábamos tenerte por aquí— Dijo él hombre del bar mientras sonreía, a lo que la contraria simplemente devolvió el gesto.

—Si. Yo tampoco me esperaba venir a beber tan temprano en la semana— Dijo la chica de cabellos azabaches tomando un trago de su bebida mientras se recargaba en la barra. Estaba un tanto cansada, pero como siempre, no diría nada al respecto. El mal no se cansa, por lo que tampoco tenía la libertad de descansar.

—¿y Shoto?—

—En una reunión del trabajo de la cual me he zafado. ¿Podrías traerle a mi amiga un poco de… champaña?— Dijo la chica mientras analizaba levemente a la contraria.

—Ahora, debemos discutir qué es lo que sucede. ¿Qué pasó allá?—

—¿A qué te referías con que fuí a América?

—Shinso me lo dijo. No pudó borrar mi memoria, y cuando le pregunté por qué lo había intentado me dijo que fue porque tu te ibas a América, y no querías que nadie te recordará para que nadie te extrañara. Tu misma lo dijiste, ¿no?—

—No… De hecho es todo lo contrario.—

Con Un Hola -- Hitoshi Shinso X TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora