capítulo 33

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Harry se encontraba en casa de sus tíos, sentado en la cama de la habitación que su primo le había "prestado", se levantó lentamente, con cierta nostalgia, aún que no muy en el fondo estaba feliz. Se paró aun lado de la puerta mirando el interior del lugar, Hedgid estaba en su jaula, recargada en el suelo. Miraba una y otra ves el lugar, veía con tristeza las paredes blancas, las cuales antes tenían pósters y banderas de sus equipos favoritos de Quiddich, miraba la cama tendida a la perfección, pues a tía petunia no le gustaba las arrugas en las sábanas de la cama, veía incluso el armario básico, dónde solía estar su ropa, ropa que era de su primo y sus tíos le habían dado.
Bajo a la sala de estar donde lógicamente estarían los dueños de la casa, caminaba pasos lentos para poder verlos, quisas su reacción no sea buena, Pero era algo que incluso ellos querían, así que probablemente se alegren. Se paró delante de ellos, mirándolos, ellos apartaron la vista del televisor. Su expresión dejaba ver el cierto enojo que sentían por el.

- ya es hora - dijo Harry

- de ambas partes, supongo que estamos conformes, ambos logramos y cumplimos un objetivo - hablo Tía petunia.

- si, afortunadamente y con esfuerzos - contesto tío Vernon

- solo vengo a despedirme - hablo firme, pero no fuerte, pues aún recordaba que de algún modo sería agradecido, por los años que decidieron tenerlo.

Tía petunia se levantó del sillón y se acercó a el, con pasos dudosos. Lo miraba de pies a cabeza.
Sabía perfectamente lo que pensaba, era igual a su padre, apresar de los años y ella aborrecía a su padre.

- viviste en esta casa durante diez y siete años, y ahora te vas.

- saben a dónde voy, así que no habrá problema para encontrarme

- no planeamos buscarte... No en ese lugar...

- entonces, creo que está es la despedida - dijo decidido - a demás, así ya no los expondré a qué les pase algo a ustedes y puedan tener la vida normal que tanto anelan... Ellos

- se de lo que son capaces - hablo fuerte - esa noche en el valle, no solo perdiste a una madre aquella noche en Godirc's hollow... sabes, yo perdí a mi hermana.

Se armaron unos momentos de cilencio, pero fue un silencio incómodo, tal parecía que ellos no dirían algo más.

- adiós - hablo Harry

Y esas fueron las últimas palabras, las últimas palabras dichas dentro de esa casa. Harry fue a la entrada, dónde ya lo esperaban sus maletas y Hedwid, tomo ambas cosas, abrió la puerta y salió.

Una ves que salió de la casa, no había vuelta atrás, nunca más volvería, no miraría atrás, aún que los pensamientos llegaron a su mente, mientras comenzaba a andar por la calle, veía el cielo como comenzaba a oscurecer, dando paso a la noche, la cual Harry consideraría la mejor noche de su vida.

Y pensar que es esa casa había vivido gran parte de su infancia y una parte de su adolescencia, pero ahora, ahora podría irse, ya no viviría con regaños, podría ser libre. De algún modo recordó a Dobby, creeyo que sentía lo que el elfo sintió cuando el lo libero.
Ahora solo quería llegar a ese mundo mágico, quería llegar a iniciar su nueva vida, con la única persona con la que se ah sentido como en familia.

Llegó la noche y apresar de lo mucho que había caminado, su mente aún seguía llenando lo de pensamientos.
Después de todo tía Petunia no odiaba a su madre, o de lo contrario no le habría dicho lo que le dijo, no lo habría aceptado, no habría aceptado que viviera con ellos. Quisas muy en el fondo no lo odiaban, solo que le tenían cierto rencor o algo parecido, pues ere la representación de lo que tía petunia no le gustaba, o más bien algo que ella no tenía y el le interrumpió su vida normal. Perl lo lo más importante es que el era la representación de el mundo que le había quitado a su hermana, su familia.

El viaje en el autobús fue tranquilo, pudo dormir, no muy agusto, pero de eso a no dormir es mejor... Y aún mejor sabiendo que a el siguiente día resivbendo los gritos de tía Petunia.

Bajo del autobús descansado, relajado, pero sobre todo muy emocionado y esa emoción se duplicó en cuando vieo que enfrente de el ya se encontraba su padrino.

Siruis.

Corrió a el, dándole un abrazo lleno de cariño, no pudo evitar soltar algunas lágrimas, la emoción y la felicidad eran tan grandes, que sería inútil tratar de esconder la emoción. Sintió como Sirius correspondía a el abrazo y lo estrechaba entre sus brazos.

Ese sueño ya estaba realizado, por fin viviría tranquilo, por fin viviría con una familia.

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¿Cómo describir la soledad?, Podríamos describirla teóricamente y descrito de manera científica, sería que es un estado de aislamiento en el cual un individuo se encuentra solo, sin acompañamiento de una persona o animal de compañía....

La definición es correcta, solo que es muy diferente hablar de ella a vivirla.

La soledad es algo que vives, algo que ves, que sientes. Ves como todos pasan enfrente de ti pero nadie te mira, lo sientes, sientes el vacío, no solo a el rededor, si no en la mente, te llenas de pensamientos, por qué no tienes con quien compartirlos, y muchas veces son pensamientos malos, ideas malas, se convierten en negativas y ahí es cuando comienza el duelo, comienzan las preguntas, ¿Por qué tenemos que seguir las reglas?, ¿ Cuál es la finalidad de vivir?, ¿Es forzoso seguir aquí?, ¿Cómo podré seguir?, ¿Podré seguir viviendo?.

Quisas es un poco exagerado para este caso, pero simplemente la soledad no es algo que deba ser tratado con delicadeza.

Hermione se encontraba sentada en un columpio, el cual se encontraba en el patio trasero de su casa.
Era el lugar en el que más estaba durante la tarde, por las mañanas salía a caminar, después de la caminata, llegaba a su cuarto se ponía a leer cualquier libro y por las tardes le gustaba quedarse ahí sentada, pensando.

Quería retroceder el tiempo, quería saber en dónde se equivocó... Aún que suene tan tonto, no lo sabía, quería encontrar aquel día en el que todo cambio, cuando se definió todo... Quería cambiarlo... Pero a la ves no... Pues siempre pensaba, que de no haber echo lo que hizo, quisas jamás había tenido esos hermoso recuerdos con Harry, no habría sentido sus labios, no habría conocido etapas de el que jamás había visto antes...

Pero también quería cambiarlo, todo lo había perdido, por lo menos dentro del mundo mágico, el rumor se extendió por todo el castillo, todos se enteraron de absolutamente todo, muchos dejaron de hablarle y los que no le hablaban, susurraban a sus espaldas, y lo sabía, los había escuchado, escuchaba todo, por más sijilosos que fueran y la lastimaban. Ron, Ginny y los gemelos, no volvieron a dirijirle la palabra, durante todo el verano no resivio una carta y extrañaba eso, extrañaba todo.

Y Harry... Su querido Harry, ya no tenía esperanzas de volver a pasar tiempo con el, ya no valía la pena hacerse iluciones, solo saldría más lastimada. Era a quien más daño le había echo, las disculpas no servían, nada serviría, el se lo dejo claro.

El no podía vivir con eso y estába bien, está ves demostraría que lo amaba, pues está ves lo dejaría ser libre, aún que no fuera con ella, solo quería que el fuera feliz.

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Harry, fui yo "Tercera parte" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora