Recapitular su vida le resultaba bastante irritante, pero inconscientemente terminaba haciéndolo y siempre llegaba a la misma conclusión, "Vaya mierda". Abrió los ojos ¿Qué hora era? alzo su cabeza del escritorio y miro el reloj marcaba las 7:40 pm, las 7:40 pm del viernes. Los viernes siempre han sido días sin mucho trabajo, razón por la que acostumbraba a cerrar temprano, hace mas de 40 minutos se hubiera ido pero estaba esperando a alguien. Dudaba de que ese peliverde que le provocaba mariposas en el estomago se presentara. "La cagaste" eran las dos palabras que le retumbaron toda la semana hasta ese día, estaba inquieto, pero mas fue su inquietud cuando la perilla de la puerta se comenzó a mover. Si fuera un perro lo mas probable es que su cola estuviera sacudiéndose de un lado a otro con mucha euforia. Veía impaciente como la puerta se abría lentamente, su cara lo decía todo. Sorprendido, era la palabra perfecta para describir a Law.
Se trababa de Zoro, que entró como si de su casa se tratase, lo que vestía le pareció bastante provocativo al pelinegro. Llevaba una camisa azul abierta del pecho, un pantalón de cuero bastante pegado color verde oscuro y unas botas negras. Caminó hasta llegar al escritorio del medico que lo miraba deseoso.
- ¿Qué? - soltó en seco mientras tomaba asiento -
- Nada - se aclaro la garganta - ¿Cómo esta tu mano? -
- Bien, ya casi no me duele -
Un silencio incomodo se apodero del lugar.
- Permíteme ver tu mano -
- Si - le extendió la mano, ese contacto le gustaba a pesar que la mano del contrario estaba algo fría -
Realmente el peliverde no quería ir pero su padre lo obligo, incluso lo fue a dejar con tal de que fuera.
- Zoro, ve al doctor - le dijo -
- Nah, ya me siento bien - respondió sin muchas ganas -
- Si te dijo que fueras a revisión es por algo -
- Además, me da pereza tener que ir hasta allá -
- Zoro - había alzado un poco la voz - Si ese es el problema entonces yo te llevo - ya no tenia como excusarse - ¿A qué hora tienes que ir? -
- 7:40 - eso lo acababa de inventar, aunque parecía buena idea ir tan tarde, tal vez así tendría un poco de tiempo para sacarle respuestas al medico -
- Bueno - finalizo y siguió leyendo el periódico -
Paso el día, y cuando se acercaba la hora, Roronoa subió a su habitación a cambiarse, busco entre su ropa el pantalón y la camisa mas pegados que tuviera, batalló para ponerse el pantalón, cuando lo logró se miro al espejo, esa mierda de verdad le alzaba el culo. Se encogió de hombros para continuar con su labor, la camisa no le cerraba del pecho. "Ya que" pensó. Por ultimo se puso su par favorito de botas. Se visitó de esa forma apropósito era su forma de decirle a Trafalgar "te lo pierdes".
Al bajar Mihawk se le quedo viendo. Entendía lo de las botas y lo de la camisa, pero no daba explicación para el pantalón. "Quien soy para juzgar" se dijo a si mismo. Su padre se quedo esperando en el auto, su hijo ya estaba grande como para ir solo.
- Ahora regreso - dijo el medico que se levanto y justo como la primera vez se fue por una puerta del lado derecho -
Justo cuando se cerró la puerta, el peliverde se levanto y se dirigió al cuarto donde estaba el pelinegro, entro como si nada cosa que exalto al contrario.
- ¿No vas a decir nada? - pregunto entre dientes -
- No tengo nada que decir - lo miro directo a los ojos -
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;;- ʙʟᴜᴇ ᴅᴏᴄᴛᴏʀ
FanficZoro un joven que práctica Kendo a sufrido una lesión en la mano derecha la cual no quiere tratarse ya que cree que ir al doctor es una perdida de tiempo y que sola curará, pero en realidad solo está empeorando, sus amigos lo convencen de ir con un...