Cap 14

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Capítulo 14: El mundo se viene abajo

Estaba en la acera, el sol me deslumbraba cuando abrí los párpados. Detrás de mí se encontraba el centro comercial. Corrí hacia la entrada en busca de los baños. La gente que se quedó paralizada cuando dejé este mundo volvió a moverse como si nada hubiese ocurrido. Abrí la puerta de los servicios y me quedé petrificada, me acerqué al espejo para observar detenidamente mi reflejo. Toqué mis pómulos sin creerme lo que veía. Aunque hubiese crecido en la otra dimensión, mi cuerpo en esta, seguía igual. Seguía teniendo el aspecto de una chica de dieciséis años, pero ahora mi cabello lucía de un color claro. Mi pelo se había puesto blanco del todo, me había convertido en una albina.

- Ahora sé como se siente Cinco -reí de mi broma. Me acordé de mi madre que seguía en aquella tienda de ropa. - ¡Ostras!

Me di un golpe en la frente y salí disparada a buscar a mi mamá. Me la encontré en la puerta de la tienda con dos bolsas en la mano.

- ¿Dónde estabas? -preguntó indignada mi madre. Me dio las bolsas para que las llevara. – Llevo esperando una eternidad a que aparecieses.

No me pude contener más y la abracé.

- Te he echado de menos.

Me devolvió el abrazo dándome palmaditas en la espalda.

- Hija, que rara eres. -se separa y me hace una señal con la mano para que la siguiese. -No llevamos separadas ni una hora... En fin, volvamos a casa.

La seguí hasta llegar al parking subterráneo. Abrí el maletero y solté las bolsas en su interior. Volví a cerrarlo y me subí al coche. Estaba contenta de haber regresado a casa, echaba de menos mi antigua vida por muy aburrida que sea. Antes de que mi madre metiese la llave, para poner en marcha el coche, el suelo empezó a temblar. Me asomé por la ventana para ver como estaba el suelo de agrietado. Resoplé.

- Mamá, ¡tenemos que irnos ya! -grité preocupada.

Ella arrancó y el coche empezó a desplazarse por la carretera del parking. Sabía que no había tiempo de salir de allí, íbamos a morir aplastadas por el edificio. Paré el tiempo para evacuar el lugar y salvar muchas vidas.

- Ahora vuelvo -murmuré antes de teletransportarme al piso de arriba.

Los ojos se volvieron blancos, como cuando utilizo mis poderes. Me alegraba sentir de nuevo esa energía en mi interior, la añoraba. Todos los clientes del centro comercial tenían la expresión de terror en su cara. Con velocidad y superfuerza, llevé a unos cuantos a la calle. Así continuamente hasta desalojarlos, tardé media hora aproximadamente.

Finalmente volví al parking junto a mi madre, me senté en el asiento y me abroché el cinturón. Con un chasquido, el tiempo volvía a correr.

- Mamá, no hay tiempo. -me miró con los ojos llorosos. -Confía en mi no va a suceder nada.

Coloqué mis manos en el tablero del coche, energía blanca rodeaba el vehículo. Respiré hondo y nos teletransporté a la carretera del exterior. Mi madre gritó confundida:

- ¿¡Qué ha ocurrido!?

- Es una larga historia -salí del coche y con la puerta aún abierta la di instrucciones. -Ponte a salvo, ve a un lugar donde no haya edificios.

Tras decir eso decidida, cerré el coche.

- Espera, ¿a dónde vas a ir tú? ¿Qué vas a hacer? ¿Cómo es que ahora estamos en la calle?

Me bombardeó con todas esas preguntas.

- Mamá, no te preocupes por mí. Voy a estar bien. -hice una pausa mirando el caos a mi alrededor. -Sí, tengo poderes. Y mi trabajo es acabar con este caos y salvar a gente. Y ahora por favor, haz lo que te he dicho.

Misterio en Hogwarts De la trilogía de Núm. 8- Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora