Algunas casas guardan secretos, historias trágicas que no queremos escuchar y menos vivirlas en carne propia; pero esto no depende de nosotros, sino del destino: podemos estar en el lugar indicado, en el momento justo para despertar las energías-alg...
-Sinceramente no creo en nada de esas cosas que tu lees-le dijo Erika a su hermana Fernanda.
-Pues esto es lo que dice este libro-contesto ella.
Las hermanas se encontraban en su habitación, sus padres habían salido un momento, Erika tenia 13 años y Fernanda 16. Tenían poco de estar viviendo en esa casa, apenas medio año de haberse mudado. Era una casa pequeña, pero finalmente propia, lo que les permitía no seguir rentando como antes. Lamentaban que cerca de donde vivían no tenían vecinos, había pocas casa construidas en ese fraccionamiento. Pero no importaba, sabían que poco a poco llegaría mas gente; además, sus amigos del colegio no vivían tan lejos de ellas.
-Yo nunca eh visto un fantasma, ¡ni quiero verlo!-continuo hablando Erika-.Creo que solo existen en las películas de terror.
-No lose realmente pero esto de lo fantasmas me llama mucho la atención-contesto Fernanda.
-Por que estas demente-dijo Erika-.No tengo otra explicación del por que te gusta tanto.
-El próximo viernes iremos a la casona embrujada, cerca de la casa de Paco. ¡Sera muy emocionante!-dijo Fernanda.
-¿Que tiene de emocionante ir a una casa vieja, abandonada, seguramente oliendo a orines y donde, además, mataron a varias personas?¡Tu estas loca!-dijo Erika.
-Buenos, así como lo dices suena espantoso pero, ¿sentir algo de miedo?¡Deberías venir!-dijo Fernanda.
-¡No gracias!-contesto Erika-.Créeme que tengo mejores cosas que hacer que andar entrando a casas viejas y abandonadas.
-Eso lo dices por que te da miedo-dijo Fernanda-.Pero yo no soy tan cobarde como tu...
-Di lo que quieras-dijo Erika, con un tono molesto-Yo no tengo que probarte nada.
-Esta bien, pero no le vayas a decir a mis padres-le pidió Fernanda-.Ya sabes como se ponen, todo quieren saber. Si les dijera que iré a una casa embrujada no me dejarían ir.
-No diré nada, no soy una chismosa-respondió Erika.
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