Desire

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Tercera parte

Los clones restantes de Naruto se sentían frustrados ante la situación en la que habían terminado. Les enojaba saber cuanto tenían que soportar encerrados con alguien como Sasuke, desde luchar con no pelearse con uno de ellos o hasta batallar con los sentimientos compartidos con el verdadero Naruto.

Uno de ellos ya había desaparecido, eran menos en la pequeña cabaña, pero todo era mucho más incomodo debido a la discusión que vieron. No sabían como acercarse, pero tarde o temprano terminarían hablando, ya que el baño que estaban tomando no duraba una eternidad.

—Digas lo que digas, el primer clon desapareció muy rapído. Si fuera el real, terminaría con esta prueba de inmediato —comentó uno de ellos, viendo como el otro lucía menos preocupado.

—Sí, pero ellos prepararon tres clones, ¿cierto? —preguntó con tranquilidad—. La prueba continua, así que sí te comportas ni vas a desaparecer, datrebayo —explicó.

El menos sensato rectrocedió un poco avergonzado, le sorprendía ver la calma que tenía el otro de los suyos al hablar de ese tipo de temas y más que no se cuestionara las decisiones del verdadero Naruto. Él, aceptaba por completo ser un simple experimento que no podía opinar acerca de la toma de decisiones, estaba celoso del cuerpo real, eso era lógico, pero no podía dejar que sus impulsos de lucha acabaran con toda la ventaja que le tenía.

—Debe ser genial ser el verdadero —continuó hablando N1—. Nosotros los clones desaparecemos, mientras damos lo mejor de un tiempo limitado, pero al final el fruto de nuestro esfuerzo lo termina gozando el cuerrpo real. Bueno, incluso lo que pensamos unos simples clones, formará parte del real —se quejó, dejando caer su cabeza hacia abajo.

N2 se quedó en silencio al comprender la frustración por la que pasaba el otro, ninguno de los dos estaba contento con el acuerdo ya que tenían que seguir batallando con los sentimientos del verdadero Naruto. Aunque disfrutaban aquella ventaja que tenían, nunca antes habían estado tanto tiempo con Sasuke y mucho menos compartieron antes la misma habitación para dormir por mutuo acuerdo. Siempre era gracias a las misiones y debido a que se quedaban entre varios en una simple habitación tan solo para descansar.

—Pero ¿Sabes qué? —llamó sin mencionar el nombre de N2—. En este momento, nosotros le llevamos una gran ventaja al verdadero, ya que vamos a convivir con Sasuke bajo el mismo techo por un buen rato, dattebayo —habló con más seguridad que antes, esbozando felicidad al pensar en el lado bueno del asunto.

Ambos continuaron bañandose luego de que dejaran de hablar sobre sus dichas y desdichas, era claro que tenían una gran ventaja, pero también una gran batalla por la cual pasar.

Afuera del baño, seguramente los clones del azabache se encontraban haciendo la cena como habían acordado, aunque ellos debían cooperar para la entrada que conscistía en un platillo sencillo que era la especialidad de Naruto; ramen. Si el verdadero sobrevivía con ello era lógico que los clones de igual manera tendrían una pequeña clase de don para prepararlo, era sencillo, solo tenían que hervir los fideos y agregarle uno qje otro ingrediente o al menos eso era lo que tenían en su memoria que el real les otorgó.

Después de salir de la ducha y de varios minutos batallando en la cocina de la pequeña cabaña, amboa rubios sirvieron la parte que les correspondía de la cena, sintiendose unos verdaderos idiotas tras mirar lo que habían servido. Aquel ramen se veía crudo a simple vista y un poco insípido por la falta de ingredientes, algo poco apetecible a decir verdad desde la perspectiva de todos los que lo podían observar.

—Te pedí que hicieras algo simple, pero ni en eso eres bueno —declaró S1, mirando el platillo con una mueca en el rostro.

— ¡Ya no importa! —se denfendió, cubriendose el rostro avergonzado—. A final de cuentas, tan solo es una entrada, ¿no? —cueationó más para sí mismo que para los dos Sasuke.