El contrato

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Año 1998, Beijíng

Frente a un gran canal de agua, en cuya orilla había césped, árboles y bancas donde la gente que iba podía sentarse a descansar, esa noche se hallaban sentados un padre y su hijo.

—Hijo— comenzaba a hablar el padre, mientras ponía su mano en el hombro del niño —Era tu cumpleaños hoy y no pude comprarte ramen ni xiaolongbao— El padre estaba realmente apenado con su hijo.

—Está bien— respondió el niño —En realidad no tengo hambre— a lo que su padre le dio unas palmaditas en la espalda, luego siguió pensando en maneras de darle un buen cumpleaños a su hijo, aun cuando ya era de noche.

Mientras pensaba, una pareja pasó caminando frente a ellos tranquilamente y el padre, que tenía la vista en el piso, se percató del momento en que el dinero de los jóvenes cayó al piso y, asegurándose de que la pareja no volteara, estiró su pie para cubrir los billetes, volteó a ver a su hijo y le susurró "compremos xiaolongbao con esto".

El niño le sonrió y negó con la cabeza, se levantó y quitó el pie que su papá había puesto sobre ese dinero ajeno, lo tomó y comenzó a caminar para alcanzar a la pareja.

—Señor— llamó el niño cuando alcanzó a la pareja.

—Espera, hijo— trataba de alcanzarlo su padre, antes de que devolviese el dinero.

La pareja volteó a ver al niño y él, con una sonrisa les entregó el dinero que se les había caído, ellos le dieron las gracias y siguieron su camino.

El niño se dio la vuelta para volver con su padre, cuando una anciana lo alcanzó.

—¡Vaya!, Eres un buen chico— la anciana cargaba un gran canasto lleno de flores blancas —Tienes una frente ancha y ojos centelleantes, un rostro muy favorable.

El padre del niño se acercó rápidamente a su hijo, cuando escuchó a la anciana hablarle.

—¿Es tu cumpleaños hoy? — le preguntó la anciana de las flores —Dime el año y la hora en la que naciste— y mientras ella decía eso con una sonrisa, el padre la interrumpió.

—Oiga señora, no vamos a comprarle flores, siga su camino.

—Oh, querido— comenzó a hablar la anciana de nuevo —Tus primeros años serían desafortunados, por eso naciste de un padre como él— el padre del niño simplemente hizo una mueca y rodó los ojos, mientras que el niño escuchaba con atención —Pero no es una relación condenada, tener una vida dura al principio significa que tendrás buena fortuna en el futuro, te quitarás la mala suerte— la anciana le sonrió con sinceridad al niño.

—¿Mala suerte? —el padre quiso verse ofendido —¿Cómo puede decir semejantes mentiras, solo para venderle flores a un niño? —en ese momento, la anciana dejó de sonreír —Hijo, sólo espera, ganaré mucho dinero y te compraré un regalo de cumpleaños.

—¿Un regalo? —preguntó el niño dulcemente.

—¡Flores! — exclamó la anciana, mientras sacaba una bonita flor de lili blanca de su canasta —Las flores son para los cumpleaños— dijo, ofreciéndosela al niño.

—¡No voy a comprar flores! —exclamó el padre, molesto.

—Las flores también son buenas— le dijo el niño a su padre —Solo puedes arrancarlas para mí, en lugar de comprarlas, así que no hagas cosas peligrosas para conseguir dinero.

—Cielo santo— exclamó la anciana.

—Eres muy joven para preocuparte por cosas así— respondió su padre, mientras le daba palmaditas en la cabeza, para después volver a tratar de ahuyentar a la anciana con las manos, quien finalmente se rindió.

Hotel Del Luna (Adaptación YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora