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El pueblo ha hablado.

§

-Has sido una niña muy mala señorita Park~ -canturreo al mismo tiempo que empezaba a llevar sus manos por toda mi cintura- Me ignoró cuando le dije claramente que 'NO' me gustaba verla tan apegada con esa niña... Merece un castigo severo por desobedecer a sus mayores~

Sana trazaba largos viajes desde mi cintura hasta el borde de mi sujetador. Tentando, preparando. Al mismo llevaba sus labios hasta mi cuello, chupando y lamiendo toda la piel que estaba a su alcance, logrando sacar placenteros gemidos de mi garganta.

-S-Sana... -gemí al sentir como clavaba sus dientes-

-Para usted ahora soy la maestra Minatozaki, señorita Park.

Su mano izquierda dejó el recorrido que estaba haciendo por mi cuerpo para ir hasta mi espalda, buscando desesperadamente el broche de mi sujetador. Encontrándolo casi de inmediato y con una increíble maniobra lo desabrochó con solo una mano.

-Quiteselo -ordenó- Ahora.

Me quedé pasmada por algunos segundos tratando de asimilar todo lo que estaba pasando. Era la primera vez que alguien (aparte de mi madre) me vería desnuda. Aquello me tenía un poco asustada, y al parecer eso molestó a Sana ya que bruscamente lo retiró de mi.

-Cada vez que se niegue a hacer algo el castigo será peor, señorita Park -dijo mientras apretaba fuertemente mi seno derecho, haciéndome gemir audiblemente por la sensación- Eso, gime como la perra que eres para mí, señorita Park~

Nuevamente sus labios fueron a mi cuello, ahora sus dos manos estimulaban y amasaban mis dos senos.
Poco a poco deje de sentir dolor en sus bruscos movimientos para empezar sentir placer. Uno que jamás había sentido.

-Tenia pensado hacer esto más suave, incluso más... Romántico... Pero me hizo enojar, y tiene que pagar las consecuencias -susurró en mi oído, lamiendo mi lóbulo en el proceso- Vamos a disfrutar de estas delicias.

Sana liberó mi cuello, dejando un tedioso camino de besos y lamidas desde mi cuello hasta mi clavícula, para así bajar hasta el valle entre mis senos.

-Tu aroma me enloquece -dijo mientras pegaba su nariz a mi piel, aspirando y lamiendo- Tan adictiva...

Su lengua atrapó uno de mis pezones. Primero empezó con una pequeña succión, estirandolo suavemente, tomándose unos segundos para degustarlo completamente. Haciendome gemir varias veces.

Pronto esas lamidas se volvieron más salvajes, los obsenos sonidos que hacía su lengua cuando chocaba contra mi erecto pezón me estaban calentando rápidamente. Causando estragos e incomodidad en mi empapado centro.

Con mucha destreza, Sana se separó de mi y sentó encima del escritorio para luego girar mi cuerpo y apoyarme en sus piernas, haciendo que mi pecho quedará en sus muslos.

-Esa falda se le ve demasiado sexy -dijo mientras toqueteaba mis muslos internos- Pero lastimosamente se tendrá que ir.

De un fuerte jalón bajo la falda que tenía puesta y mis bragas hasta mis rodillas, dejando mi trasero desnudo y a su completa merced.
Al principio inició con toques suaves, caricias y apretones leves.

Lentamente mi cuerpo fue reaccionando violentamente ante los estímulos, con cada caricia en mi trasero rozaba velozmente mi entrada, haciendome suspirar.

-Sana, por fa...-Aagh~!

Una fuerte nalgada me interrumpió abruptamente. El ardor pronto se hizo presente en mi adolorida nalga.

𝑴𝒂𝒌𝒆 𝑰𝒕 𝑹𝒆𝒂𝒍 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora