𝑬𝒑𝒊𝒍𝒐𝒈𝒐

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Diez años después...

SANA POV

—¡Cariño, estoy en casa! -anuncié mi llegada a casa, quitándome mis zapatos en la entrada- ¿T/n?

En todo el lugar solo había silencio. El no escuchar el tan acostumbrado bullicio que hacía T/n al escuchar música cuando se quedaba sola me pareció totalmente extraño ¿Se habrá ido?

—Seguramente habrá salido -cuando terminé de hablar vi una pequeña nota en la mesa de centro, la tomé y leí lo que había en ella- "Salí con Jihyo para ver los detalles de su vestido de boda, regreso en dos horas" Psdt: Te amo. -T/n.

Al entender que T/n no estaba en casa y que tal vez demoraría un poco en regresar decidí encender el televisor y reposar mi estresado cuerpo en el cómodo sofá.

En la televisión no estaban pasando nada interesante, pero aún así seguí viendo aquel aburrido programa solo por qué tenía tanta flojera como para ponerme de pie y tomar el control para pasar canales.

Mientras veía como aquel sujeto se lanzaba a un lago congelado y casi se rompía la espalda por el impacto me fijé en aquella fotografía enmarcada en la mesa de centro.

Fue tomada un año después de que haya decidido dejar todo atrás y seguir hasta el fin del mundo a quien creía era el amor de mi vida. Y vaya que si lo era.

En un indeterminado momento mi visión se torno negra y luego nada. Me había quedado dormida viendo la foto de nuestra boda.

Ese día, mientras estaba de pie en el altar a la espera de que T/n apareciera por el largo pasillo arregle una y otra vez mi atuendo. El cual consistía en un vestido sencillo y simple de color beige ajustado al cuerpo. Estaba nerviosa, demasiado. Era el día de mi boda y yo no podía estar más ansiosa. Incluso Mina, quién debía de apoyarme como la buena hermana mayor vque era se estaba riendo disimuladamente de mi. Pero para mí fortuna aquella risa cesó cuando las enormes puertas de la iglesia fueron abiertas.

Allí, al principio del pasillo estaba T/n, tan hermosa y radiante con ese vestido blanco, de hombros descubiertos y ajustado a la cintura para luego desprenderse y abrirse como si de una cascada se tratase. A su lado iba Seulgi, tomándola de la mano y ofreciéndole esa sonrisa que su padre, el idiota que jamás se presentó para llevarle al altar nunca le ofreció.
Cuando empezaron a caminar en mi dirección Seulgi alzó su rostro orgullosa de ser ella la que llevara a la novia al altar. Y T/n, ella simplemente sonrió cuando me vio de pie esperándola.

La música era hermosa, las teclas del piano resonaban en una hermosa melodía que llenaba cada rincón del recinto. El talento de Dahyun con el piano siempre me pareció admirable, el día de hoy era maravilloso.

Con cada paso que ellas dos daban en mi dirección mi corazón palpitaba aún más rápido. Cuando ella estuvo junto a mí y Seulgi la entregó simplemente deje de respirar. La mujer que amaba y por la que alguna vez deje todo atrás estaba de pie frente a mí, con una hermosa sonrisa que siempre recordaré en mi mente.

Realmente no me di cuenta cuando la ceremonia transcurrió hasta el punto en el que debíamos de dar el sí. Estaba tan embelesada en su rostro que no me di cuenta de nada. Hasta que...

Minatozaki Sana ¿Aceptas a Park T/n como tú legítima esposa, a la cual deberás de amar, respetar, cuidar, apoyar y consolar en la salud, en la pobreza y en la enfermedad hasta que la muerte las separe? -preguntó el juez encargado de la unión viéndome fijamente-

Acepto -contesté, dejando el precioso anillo en su dedo anular-

Y tú, Park T/n ¿Aceptas a Minatozaki Sana como tú legítima esposa, a la cual deberás de amar, respetar, cuidar, apoyar y consolar en la salud, en la pobreza y en la enfermedad hasta que la muerte las separe? -preguntó nuevamente, viendo a T/n-

𝑴𝒂𝒌𝒆 𝑰𝒕 𝑹𝒆𝒂𝒍 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora