Capítulo VIII

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"La mitad de la alegría reside en hablar de ella"
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Después de la gran caída de Mateo continuamos con nuestro recorrido para regresar a casa, cuando al fin estábamos de vuelta en casa, me encontraba agotada y con unas ganas inmensas de entrar al baño pero apenas cruzamos la puerta de entrada de la casa Mateo corrió al baño, y aunque había mucho más baños ese era el único en la primera planta y realmente no me creía capaz de aguantar subir todas esas escaleras ese momento, y Mateo parecía que no tenia planeado salir de aquel baño, toque repetidamente pero lo único que escuchaba tras esa puerta eran balbuceos a los cuales no se les entendía nada pues por lo que podía escuchar pues de aquella llave no paraba de correr agua, por lo que deduje que se estaba lavando la cara con mucho esmero, pero aunque el se lavaba la cara con esmero yo moría tras esa puerta esperando para entrar a ese baño, pero no fue así, por más que ese espere esa llave no dejaba de decretar agua así que salí corriendo al segundo piso a mi habitación entrando a mi baño como si mi vida dependiera, no podía creer que había perdido tanto tiempo esperando para que Mateo saliera de aquel baño cuando yo misma podía subir esas escaleras y entrar a mi propio baño. Tome el traje de baño que Barnet me había comprado en aquella tienda, y vaya que aquella señora me tomo rencor pues el traje parecía que estaba entre los años 1900 y 1925, aunque apresar de todo era hermoso y no dejaba nada al descubierto mas que mis piernas que ya era suficiente patria mi.

Todos los chicos daban clavados para entrar aquella piscina interior y parecían disfrutar mucho del agua y del momento, y no paraban de llamarme para que yo también lo hiciera.

-¡Vamos Ada!-*Dijo Akim sonriéndome he indicándome son su mano que fuera con ellos*- ¿Que te cuesta?o es que acaso ¿te da miedo el agua?-

-No le da miedo, ni le cuesta nada Akim, lo mas seguro es que sea una ¡Gallina!, pío pío pío-* Akilhan comenzó a imitar el sonido de un pollo en forma de burla, lo cual me desconcertó*

-Akilhan amigo mío, ¿que no en vez de ser pío pío deber de ser cua cua cua cua?-*Dijo Michael como si fuera un experto en gallinas y pollos*

Y así comenzaron a discutir todos sobre como era el cacareo de una gallina, por lo que yo decidí recostarme en una de las tumbonas que estaban a un lado de la piscina mientras observaba su pelea y podía apreciar como se olvidaban completamente sobre mí.

-Un momento-*Dijo Abdel quedando se quieto, por lo que los demás imitaron su acción*-Ada, ¿porque no quieres entrar a la piscina?-*Pregunto de una manera dulce y amable*

-Que esperar Ada, o lo haces tu o ¿te lanzo yo?-*Dijo mientras salía de la piscina como solo Rajan sabría hacerlo para después jalar de mi y lanzarme al agua*

Comencé a patalear y a tratar de salir de aquella piscina pues lo que estos ignorantes no tomaron en cuenta es que yo no sabia nadar, y mis intentos por salir no servían de mucho hasta que Alikhan me saco de aquella piscina y comprobar mi pulso y respiración. Cuando al fin termine de recuperarme de aquel casi ahogamiento, ellos no se rindieron y me llenaron de inflables pero que volviera al agua y acompañarlos, lo que me hizo sentir ridícula pues ellos se creían instructores de natación y comenzaron a "enseñarme a nadar" según ellos, reíamos, pues aunque eran pésimos instructores eran graciosos, ya que a la hora de estarme entrenado se rindieron y comenzamos a jugar, lanzarnos agua, jugar con una pelota y yo imitaba animales marinos mientras caminaba por toda la piscina, hasta que ellos comenzaron a imitar a otras animales marinos, por lo que comenzaron a perseguirme pero al igual que yo caminaban pues nadar seria trampa ya que yo no lo sabia hacer, eso hasta que anocheció y decidimos salir todos de la piscina mientras reíamos y nos secábamos estando aun frente a la piscina pues los chicos no paraban de hacer bromas y decir chistes, así que e seguía manteniendo como su espectadora hasta que al fin pararon y nos dispusimos a ir cada uno a su habitación para tomar una ducha y poder bajar a cenar cómodamente.

Cuando todos nos encontrábamos ya sentados en el comedor nos comenzamos a mirar unos a otros pues no había ni un solo plato en aquel comedor.

-¿Quien hará de comer?-*Les pregunte mientras les sonreía*

-Yo supone que tu lo harías Ada-*Dijo Barnet con una sonrisa nerviosa mientras el resto de ellos asentía*

-¿Que?, ¿Porque yo?-*Dije con un pequeño semblante de tristeza*

-Yo cocine ayer así que a mi ni me miren-*Dijo Akilhan levantando las manos*

- Pero quemaste el pollo-*Dijo Michael sarcásticamente*

-Pues quemado pero comieron ¿no?, y si tanto te molesta cocina tu-*Le contesto Alikhan indignado*

Continuaron discutiéndose y ofendiéndose con palabras como -chacho de casa- y otras más, pero ninguna tan grave que pudiera romper su amistad pues a los 5 minutos ya se encontraban riendo y yo en la cocina intentando cocinar, pero resulta que no se ni prender la estufa, cuando al fin lo logre lance a un bistec al sartén que ya anteriormente había insertado colocándole aceite, pero al lanzar aquel bistec salto el aceito y yo salte con el pero yo salte hacia atrás para que este no me quemara, después de dejar por un buen tiempo ese bistec al fin me aventure a darle la vuelta y dejarlo la misma cantidad de tiempo para después retirarlo y continuar con el resto de ellos pues debía hacer ocho, cuando al fin termine de hacer aquellos bistec, saque una lata de frijoles de una alacena, los calente en el horno, serví los platos, una jarra de agua, y me dispuse a comenzar a llevar los platos al comedor y entregar se los a cada uno de los chicos, para que acto seguido yo me sentara y antes de probar mi comida apreciar como ellos comían pero pude ver como Abdel casi lo escupía.

-Ada no es por nada, pero ¿que te parecen unos cursos de cocina?-*Dijo Barnet picoteando su comida mientras me sonreía nerviosamente.*

-Mal agradecidos, yo empeñándome en hacer de comer y ustedes no lo quieren-*Dije dramatizando como si realmente me ofendiera, aunque no era así, pues sabía perfectamente que no era la mejor cocinera pues es la primera vez que me presento a una estufa. Mordí mi bistec y casi lo escupo, realmente estaba muy crujiente para no decir quemado, ahora entiendo la reacción de Abdel*

𝒜 𝑀𝐸𝑅𝒞𝐸𝒟 𝒟𝐸 𝒮𝒰 𝒫𝒜𝐿𝒜𝐵𝑅𝒜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora