𝒜 𝑀𝐸𝑅𝒞𝐸𝒟 𝒟𝐸 𝒮𝒰 𝒫𝒜𝐿𝒜𝐵𝑅𝒜

Capitulo lll

𝐿𝒶 𝓂𝑒𝒹𝒾𝒹𝒶 𝒹𝑒 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓈𝑜𝓂𝑜𝓈, 𝑒𝓈 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒         𝒽𝒶𝒸𝑒𝓂𝑜𝓈 𝒸𝑜𝓃 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓉𝑒𝓃𝑒𝓂𝑜𝓈.
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-Pero padre no crees tú, que aún falta un tiempo para que eso suceda-

-Y no crees tú cariño que es mejor prevenir que lamentar-* dijo mi padre mirándome directamente a los ojos con las cejas alzadas*

- Me temo que tu padre tiene razón, lo mejor será que comencemos con los preparativos-* dijo mi madre formando una delicada sonrisa en su rostro*

- Esta bien madre, ¿y como planearán dicha fiesta?-* mencione mirando a mis padres mientras llevaba a mi boca el postre que Olga me trajo*

- Preparáremos cariño, preparáremos-* dijo mi madre tomando un sorbo de aquella bebida que contenía su taza*

Después de una larga charla la discusión acabo, tendré que ayudar a planear dicha fiesta, lo cual no está tan mal ya que mi madre a puesto como excusa está fiesta para continuar teniendo más salidas con el fin de planear aquella fiesta.

Mi día continuo con bastante aburrimiento, nada fuera de mi rutina, tomar algunas clases, lecciones de mi Nana lo cual tomo mayor parte de mi día ya que cuando termine ya era la hora de la cena, y como es nuestra costumbre cené con mis padres, después de la cena simplemente me dediqué a ir a mi habitación para pasar el resto de la tarde leyendo.
Los días continúan igual a excepción de que mi madre cada vez quiere que salga más con ella para planificar la fiesta, lo cual comienza a gustarme, han sido días muy divertidos en los que convivo con mi madre, cada que salimos solo dedicamos una hora a planear la bienvenida y el resto del día realizamos actividades que mi Nana diría "No dignas de una dama", como por ejemplo la ocasión en que decidimos realizar airsoft literalmente perdimos en cuestión de minutos y mi madre se lastimó el tobillo por lo que tuvimos que comprar dos pares de zapatos, si dos, unos tacones para fingir que eran las zapatillas que llevaba puestas y que esa fue la razón de su lesión y las otras zapatillas  de piso cómodas las por las cuales inventamos fueron  compradas  para que no se volviera a lastimar y volver a casa, padre nos creyó pero Nana y las sirvientas no ya que por alguna extraña razón enumeran todo aquello que  habite en el armario de mi madre y mi padre, si existiera una familia de ratones hay estoy segura estarían enumerados.
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Mis inquietudes son muchas, ya que estamos a solo una semana de que aquellos hombres que se supone alguno de ellos debe de convertirse en mi esposo, aunque la más extraña y tal vez trágica noticia es que mientras este tiempo en el cual aquellos barones deben de cortejarme seré enviada a la mansión de Saratov la cual se encuentra a 11 horas de Moscú, lo que significa que estaré a 11 horas y 847.3 km de distancia de mis padres y esa idea no me agrada en absoluto estaré sola con 7 chicos total y completamente alejada de mis padres,y mientras esa fiesta será una bienvenida para aquellos barones para mi no será nada más que una despedida.

El día de hoy debía de ir a elegir un vestido perfecto con el cual destacara de entre todas las personas, uno que según mi madre les hiciera a todos ver que era la princesa de esa fiesta.

Al llegar a la tienda que mi madre a elegido me dejo sentada en un sofá mientras ella hablaba con todas las chicas que trabajaban hay y escogía los mejores y más bonitos vestidos, para ser sincera todos aquellos eran hermosa difícil de escoger solamente uno...