Darth Sacruss, la leyenda contada por nadie.

Gobrak-Volri

Gobrak fue un niño nacido en un planeta desértico con un relieve brillante, con muchos cráteres y un clima templado, pero con unos fuertes vientos de vez en cuando, Gobrak era el hijo único de una familia de tres miembros la cual era humilde y tenían los recursos necesarios para no pasar mucha hambre.

Gumad-Volri era el padre de Gobrak y su madre se llamaba Linha. Los dos padres eran personas simpáticas, tenían valores y eran personas de honor.

Gobrak a sus 8 años de edad quiso unos guantes para poder trabajar y no dañarse las manos, Gumad al ver las manos dañadas de su hijo se quedó pensativo y al amanecer se fue a la ciudad durante dos días a trabajar como reparador de cañerías.

Al irse a la ciudad a comprarle los guantes a su hijo, Linha y Gobrak se quedaron solos en casa, la única distracción que tenían aparte de trabajar era hablar y jugar a un viejo juego de cartas que tenían. Mientras tanto Gumad en la ciudad le sucedió algo, algo que no le conto a nadie, ni a su familia cuando este llegaría a su casa. A Gumad se le presentaron tres indeseables hombres mientras él trabajaba, Gumad al no conocerlos se extrañó de que se le acercasen con tanta confianza, estos le preguntarían a gumad:

-¿Que tal abuelo? No nos resultas familiar, me parece que en ningún momento te hemos visto en esta ciudad. ¿Eres nuevo e?

-Solo estoy de paso.

Respondería Gumad con seriedad, el ya veía las intenciones de esta gente, se podía oler de que iban.

- A si que nos estas quitando el trabajo a los pobres ciudadanos que vivimos aquí ¿e?

Gumad los miraría seriamente mientras estos se acercaban poco a poco hacia él, Gumad estaba esperando a que algo sucediera para saber actuar.

-No nos caen muy bien la gente nueva que viene a quitarnos el trabajo a los ciudadanos, ¿me comprendes verdad? ¿Así que y si hacemos un trato...? Tu nos das casi todo el sueldo que ganes aquí, durante tu estancia y nosotros no te matamos y te dejamos tirado en las afueras, ¿qué te parece el trato? Porque para mí es un muy buen trato.

Gumad no estaría dispuesto a morir, entonces lo que hizo fue decirles que se reunieran al día siguiente en lo alto de la obra con él, para darles el pago, a lo que el charlatán ya confiado le diría:

-Muy bien, al final vas a caerme bien y todo.

Cuando llego la hora de la paga el llegaría un poco más tarde que ellos, se quería posicionar cerca de las escaleras.

-Bueno... ¿tienes nuestra paga?

Gumad solo afirmaría con la cabeza, y les tiraría un sobre azul al suelo. Estos como Gumad, trabajaban arreglando las cañerías, se sabían el sueldo que les debía, al ver el sobre unos de los delincuentes le dijo a Gumad

-Ese sobre parece muy fino como para contener algo dentro.

En cuanto escucho al matón decir eso, Gumad salió corriendo lo más rápido que pudo del edificio en obras, estos le perseguirían hasta perderlo y no volverlo a ver. Gumad busco rápidamente una tienda en la que comprar los guantes que buscaba e irse de la ciudad lo antes posible, ya estaba cansado de estar trabajando y lidiar con idiotas. Al encontrar la tienda cogió los guantes que eran de unas pocas tallas más anchas que las manos de su hijo, dejo el dinero y se subió a su deslizador. Cuando volvió a su casa Gumad traía un par de guantes para su hijo, Linha no le regaño por haberle hecho un regalo al niño, pero también por haberse ido dos días. Gumad era frío e implacable y cuando se encontraba con su hijo cambiaba completamente, se ponía blando y comprensivo a pesar de que Gumad fuese una persona que miraba por sí mismo siempre.

Gobrak se puso muy contento al ver a su padre llegar y más contento se puso al ver que le daba unos guantes para él, ya que aun de ser un regalo que a muchos niños ni les interesaría, Gobrak a su joven edad ya sabía valorar muy bien las cosas y lo que puede costar conseguir algo, además de ser algo que el necesitaba para poder trabajar con su padre y ayudarlo. Gobrak valoraría y cuidaría muy bien de los guantes, ya que a pesar de ser una herramienta que el usaría mucho esta también se gasta y se daña. Gumad también le daría un poco del dinero que consiguió y le quedaba, por eso Linha no le discutió su ida.