2. ZOOLÓGICO

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- Bueno está bien, espero que se mejore... – dijo Petunia con algo de desdén. Dejó el teléfono y dirigiéndose a Vernon, dijo – Cariño, tenemos un problema...

- ¿Qué paso querida? – preguntó Tío Vernon.

- Los niños van a tener que venir al zoológico con nosotros – Dijo la señora Dursley y los miró a los mellizos con rencor – la señora Figg se torció el tobillo al tropezar con uno de sus gatos...

La señora Figg, era la vecina de los Dursley. Era una mujer mayor que vivía sola, por eso tenía montones de gatos. A los chicos no les gustaba mucho ir a su casa. Siempre hablaba de sus mascotas y les mostraba imágenes de ellas. Si les podía dar algo seguro estaba vencido o en mal estado. Una vez, les dio una torta de chocolate, "por fin algo decente" pensaron, pero se sorprendieron al notar que la torta estaba más dura y seca que un pan viejo...

- No mami ellos no pueden venir, van a arruinar todo – se quejó Dudley.

- Lo sé, mi angelito, pero no los podemos dejar solos, podrían incendiar la casa... - Dijo Petunia como si los pequeños Potter no estuvieran presentes.

En ese momento algunos objetos empezaron a temblar. Además los ojos de Megan se pusieron rojos, cosa que nunca había pasado.

<< - ¿Qué nos cree? ¿Incompetentes? – Expresó Megan a su hermano telepáticamente – lo siento queridísima tía – dijo sarcásticamente, haciendo una pequeña pausa para luego continuar– pero el único incompetente acá es su hijo - >>

Cuando Megan se enojaba o quería quejarse usaba la telepatía, ya que, era la única manera de decir las cosas que desaprobaba. Si se atrevía a decir algo y la escuchaban podría quedarse sin comer por una semana. Harry, en cambio, si bien desaprobaba muchas cosas, tenía que ser un caso muy excepcional para que se queje como lo hacía Megan. Con el tiempo, Harry, guardaba las quejas para él y dedicaba tiempo a calmar a su hermana que tenía un carácter más fuerte que él y se enojaba con mayor facilidad.

<< - Megan, tranquila, tú más que nadie sabes que no somos incompetentes – dijo calmado– Tranquila, no les prestes atención - >>

Lentamente, Megan, se calmó y sus ojos volvieron a la normalidad antes de que sus tíos lo notaran. Harry, suspiró aliviado, lo que le dijo a su hermana había resultado. Megan, suspiró, no aliviada, sino, derrotada por el egoísmo de los Dursley. Estaba triste.

[...]

Una hora más tarde, ya todos se estaban alistando.

- bueno, si estamos todos listos vamos al zoológico – dijo alegre la madre del cumpleañero, aunque, claramente, solo se refería a su esposo e hijo.

Ya todos estaban saliendo de la casa. Antes de poder entrar al auto, su tío Vernon los detuvo.

- Si ustedes dos hacen algo extraño, les aviso, que no comerán durante una semana. Están advertidos – dijo su tío con mala cara amenazándolos con un dedo.

- si señor – dijeron ambos al unísono calmados. Estaban convencidos de que esta vez nada malo pasaría.

Todos subieron al auto y este se puso en marcha. Mientras los mellizos Potter hablaban telepáticamente:

<<- ¿Por qué nos culpan siempre a nosotros de las cosas malas o extrañas que pasan? – Esta vez el que se quejó fue Harry - >>

<< - no sé – respondió Megan – nos tratan como si fuéramos basura y anormales->>

<<- Sí. Además para mí las cosas que nos pasan y que son raras seguro a todos les pasó alguna vez... - dijo Harry que no estaba del todo convencido de lo que decía>>

el tiempo define todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora