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—¿De qué carajos hablas, Eren? ¿Una fiesta?— El alto castaño caminaba junto a un ojiverde medio dormido por los pasillos de la escuela, llevaba un poco más de un mes en el pueblo y hasta el momento las cosas habían ido bien, tenia nuevos amigos, se había reconciliado con los de su antigua ciudad y acababa de entrar al equipo de futbol americano del lugar (sabia que el de ahí no era muy bueno pero le ayudaría a relajarse un poco) era medianamente social con los que no eran de su nuevo grupo, todo iba marchando bien, hasta que Eren le habló sobre la fiesta de primavera que toda la escuela estaba organizando a escondidas de los directivos y los profesores, pues la iban a hacer en una casa cercana y si se enteraban tendrían problemas si los vecinos se quejaban. —Paso, prefiero quedarme en mi casa a jugar Warzone, hace poco terminamos la mudanza y estoy algo cansado.
— Tienes que ir, sé que piensas que la vida aquí es una mierda y te enseñaré que las fiestas en este lugar son mucho mejores que las de los pijitos de la ciudad.— El más bajo por tan solo centímetros se detuvo frente a su casillero, arrojó su mochila dentro y metió su cabeza buscando algo. —Además, unas chicas del equipo de Volley quieren ir contigo, están buenas por si querías saber.— Le daba tanta pereza la fiesta de la que Eren hablaba, era divertido tomar y bailar con sus amigos de su antigua escuela, pero en Janssen no conocía a la mayoría de estudiantes, no era porque fuera antisocial o vergonzoso pero no quería estar quitando chicas que no tenía idea de quienes eran de encima suyo, estaba consciente de que era alguien guapo para las del sexo femenino pero no tenía la mas mínima intención de tener una relación o enrollarse con alguien en ese momento, suficiente había tenido con su exnovia, que aunque tuvieron una bonita relación y que terminaron en buenos términos, no le emocionaba mucho el volver a estar con alguien.
Después de encontrar lo que buscaba, Eren se fue a su clase que no era la misma que la de él no sin antes volverle a insistir que fuera a la dichosa fiesta ese fin de semana, todo su grupo iría y probablemente no tendría con quien hablar mientras ellos se emborrachaban, lo pensaría después, total que es lo que podría pasar. Pasó a su casillero para copiar la acción de su amigo y dirigirse a la clase que le tocaba, tomó asiento en un pupitre de la parte de atrás esperando a que la clase comenzara, sintió su celular vibrar en su bolsillo trasero de sus jeans negros, lo sacó con pereza para ver que tenía varias notificaciones pendientes en Facebook. Escuchó unos gritos graves seguido de risas de alguien fuera del aula, levantó la vista encontrado a un chico alto y con algo de músculos, vestía una camisa negra de manga larga y cuello alto junto con unos pantalones del mismo color, su cabello era castaño claro y a simple vista ondulado, pero lo que más resaltaba en él eran sus ojeras, como si no hubiera dormido bien por semanas, en cuanto entró al salón unas cuantas chicas fueron a recibirlo como si fuese una especie de celebridad.
