Capítulo 5: Amistad inmortal parte 2

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-Starx, te doy las gracias por hacer mi sueño real, ahora podré defender a todos cómo hacía mi padre, me gustaría que pudiera verme -dijo Caspian sonriendo.

-Idar fué un gran caballero, pero Caspian recuerda que la guerra es peligrosa, tú pueblo sólo a sufrido una, yo he estado en millones, ten mucho cuidado, el campo de batalla no es un simple entrenamiento, es un juego a vida o muerte, verás a los tuyos morir -dijo Starx.

-Los rebeldes al señor fueron castigados, tú sólo mataste a uno Starx, aún sabiendo que no debías, lo hiciste para vengar a mi padre, por eso te aprecio Starx, quisiste hacerme lo más feliz posible, es increíble pensar que un jinete del apocalipsis adoraba a un niño sin futuro, gracias Starx, gracias por estar a mi lado -dijo Caspian.

Starx miró al cielo y comenzó a ascender y se despidió de Caspian sonriendo.

Pasaron 170 años, Caspian y los elementales habían aumentando todo su poder superando todos a 3 de los jinetes del apocalipsis, Caspian logró igualar a Adán el hijo de Jahvell más poderoso, este acto de superación hizo a Caspian merecedor del título del Rey de los mortales, su esgrima era perfecto, su poder se podía notar por todos los territorios, era el mortal que consiguió superar a los dioses.

Días después de su nombramiento, Zalgo convocó a los elementales a una reunión.

-Caspian, mi mejor guerrero, me gustaría hablar contigo -dijo Zalgo.

-Claro que sí mi señor -respondió Caspian arrodillado.

-Antes de eso debo darles una explicación porqué estoy en guerra con mi hermano Scar -dijo Zalgo.

-No hace falta señor, seguiremos sus órdenes sin importar el motivo -respondió Caspian.

-Adoro tú lealtad, pero así seréis conscientes de lo que se os viene, para comenzar, no soy de este planeta ni mucho menos de esta línea temporal, hace demasiados años, tantos que vuestro cerebro explotaría al intentar contarlos, Scar nació antes que yo, él heredó el aspecto de mi padre pero sólo con dos brazos, curioso porque los infinitos tenemos cuatro, aparte nació con una gran cicatriz en el pecho de ahí su nombre, después nací yo, nunca me llevé bien con el pese a ser mi hermano, él era callado y serio sin embargo yo era bromista y juguetón, su poder superaba al mío con creces y eso me envidiaba, mis padres se dedicaban a conquistar mundos y así hacer crecer su reinado del terror, en uno de esos mundos adoptaron a un pequeño ser el cuál sería mi hermano pequeño, siempre jugábamos y nos divertíamos, Scar no hablaba con nosotros y no pensaba aceptar a un no infinito, al cabo de seis mil años una guerra estalló entre mi especie y todos murieron excepto mi familia la cual asesinó mi hermano para proclamarse Dios del multiverso, al morir mi madre heredé la destrucción pero cuando murió mi padre mi hermano obtuvo la creación, dos elementos que nunca deben colisionar, mi hermano menor Razark obtuvo el poder infinito, el elemento del poder, Scar acabó con el por completo y estuvo apunto de hacerlo conmigo, pero nuestros poderes chocaron y destruyeron el multiverso, creando así un reinicio, nuevos planetas y galaxias se formaron en el nuevo multiverso, llegamos a enfrentarnos cuarenta veces y esta será la cuatrigésima primera vez que nos enfrentaremos y última, por eso os reuní, para evitar este bucle infinito, una vez que muera Scar vosotros seréis la máxima autoridad después de mi en todo el multiverso, les otorgaré la vida eterna para que me sirvan por toda la eternidad, ahora Caspian, te nombro mi sucesor, una vez que decida abandonar el puesto de Dios del multiverso te lo concederé a tí, te he dado una de las espadas de mí padre, con ella eres más poderoso que un Dios supremo, pero debes sacar todo su poder, hazlo y venceremos a Scar -explicó Zalgo.

Los elementales estaban alucinados y asustado, a su vez hubo otro ser que escuchó esa conversación, Sintrodius, el jinete de la Enfermedad, asustado fué rápidamente a avisar a Jahvell.

-¡Señor, señor! -exclamó Sintrodius.

-Que razón tienes para acudir a mí sin permiso ni autorización, espero que sea algo grave si no serás desterrado -dijo Jahvell muy enfadado.

Sintrodius asustado comenzó a temblar.

-Señor... Zalgo planea traicionarle -respondió Sintrodius.

-Dame una explicación para creerte rufián embustero -dijo Jahvell.

-Le escuché decir que los druidas serán la máxima autoridad después de él y que planea crear otro reinicio multiversal y ser el único Dios, dijo que si no lo conseguía de todos modos acabará con todas las deidades y será él el único y respetado Dios -dijo Sintrodius.

-¿De verdad dijo eso? -preguntó Jahvell.

-S-si señor, no tendría motivos para mentirle señor -respondió Sintrodius.

-Adán, da la orden a los jinetes y acaba con todos los druidas, yo me encargaré de Zalgo y Scar -dijo Jahvell seriamente.

Adán asintió sin pensarlo y convocó a los 4 jinetes.

-¿Qué? Debe de haber un error, los druidas jamás se opondrían al señor -dijo Starx.

-¿Cuestionas las decisiones del señor? ¿Acaso quieres morir? -preguntó Adán enfurecido.

Starx mostró una risa perturbadora y alzó su mano.

-Excalibur... -dijo Starx.

Un resplandor de luz comenzó a caer sobre Starx y la Excalibur apareció en su mano izquierda.

-Prueba a matarme necio, Excalibur protege a su amo de la muerte haciéndole inmortal hasta que el desee -dijo Starx sonriendo.

Adán nervioso decidió enfrentar a Starx, este parecía estar muy confiado pero justo antes del enfrentamiento un estallido en el mundo mortal se notó por todo el territorio.

-¿Qué és eso? -preguntó Liziel.

-Aprovechemos ahora para eliminar a los druidas -dijo Parca.

Starx enfurecido decidió detenerles y descendió a avisar a Caspian.

-¡Caspian! -exclamó Starx.

-¡¿Qué ha sido esa explosión?! -exclamó Caspian.

Los jinetes llegaron y comenzaron a arrasar las aldeas y pueblos.

Caspian sorprendido y enfurecido avisó a los elementales.

-Caspian, debes de esconderte, yo me encargaré de ellos -dijo Starx.

-¡No! ¡¿Por qué hacen esto?! ¡Siempre honramos a Jahvell?! ¡¿ahora ordena matarnos?! -exclamó Caspian.

-Cree que Zalgo y los druidas van a traicionarle, se ha propuesto acabar con ellos cuanto antes -dijo Starx.

Caspian parecía asustado, contemplaba el cielo, había una silueta brillante, parecía un caballero dorado, tenía la estatura de un dios, conforme se acercaba en su pecho podía verse una gran cicatriz, era Scar que ya había llegado a combatir con su hermano.

-¡Zalgo! ¡Sal de tú escondite! ¡Esta vez te mataré sucio traidor! -exclamó Scar.

Shisubeki Kamigami : Yõso no keiseiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora