Ocho

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Después de la tormenta, viene la calma ¿No es así? O tal vez; después de la lluvia aparece el arcoíris. O quizás; estar en plena escena de una tormenta te terminara causando una fuerte gripe por dos semanas.

Sea cual sea la frase que pueda describir el momento por el cual Luke y Michael estén pasando, lo único que conseguirían es un gran resfriado.

Parados en medio de la carretera se hallaban los dos chicos. Era evidente que nada ni nadie los terminaría atropellando ya que por el tiempo que había recorrido esa carretera, no se habían topado con ningún otro vehículo o con otra persona que no fuese el vendedor de aquella tienda.

Las gotas que provenían de las densas nubes grises caían cada vez más fuerte contra el asfalto del camino y contra los cuerpos de los dos chicos.

Michael buscó refugio entre los brazos de Luke quien de forma instantánea abrió paso para que el teñido pasara sus brazos entre su cintura y apoyara su cabeza entre el espacio de su barbilla y su cuello.

—Es enserio, Michael. Slenderman debe de estar observándonos detrás de esos árboles –insistió nuevamente el rubio.

Michael se separó de su cuerpo y observó los labios de Luke. Estos habían tomado un tono rosa producto del frio.

—El único Slenderman aquí eres tú; Eres alto, tus piernas y brazos son largos y tu rostro esta pálido.

­—Mis brazos no son largos —se quejó tomando sus extremidades superiores.

—Olvídalo —dijo regresando al vehículo. Estaba empapado completamente y su salida a la lluvia fue una pérdida de tiempo.

—Espera —dijo Luke evitando que Michael entrara al auto.

—Tranquilo, no subiré al auto si mi ropa esta mojada, si eso es lo que te preocupa.

—¿Qué? No, Michael. Me hiciste bajar del auto solo para ¿nada? Yo sé que quieres algo, no lo eches a perder ahora.

Como respuesta, Michael se encogió de hombros.

—No, olvídalo. Cambiémonos de ropa y vayamos luego de aquí. Sólo quiero tomar ese maldito vuelo que casualmente perdimos y volver donde los chicos. Sólo estamos perdiendo tiempo.

Sin pensarlo dos veces, Luke se encaminó hasta donde estaba Michael. Posó sus dos manos en las caderas del teñido y atrajo su cuerpo hacia él.

—Dime que no me quieres —insistió.

—¿Qué? Estas demente —intentó zafarse de su agarre— Sabes que te quiero, no puedo contradecir mis sentimientos.

—Entonces, ¿Por qué te comportas tan frio de un momento a otro?

—¡Estamos en medio de una tormenta prácticamente perdidos! ¿Cómo quieres que reaccione?

—¡Que no estamos perdidos, joder!

—Es que no me puedo sacar de mi cabeza que si estamos perdidos.

Luke quitó sus manos de las caderas de Michael y las subió hasta su cuello. Acercó su cabeza a la de él y se inclinó un poco para estar a la altura de los labios del teñido.

—Dime que esto te hará a olvidar por un momento de que estamos perdidos.

Involuntariamente Michael cerró sus ojos y Luke procedió a juntar sus labios con los de él. Al principio los movimientos eran suaves, de apoco comenzaron a tomar un sentido más apasionado. Los roces de sus manos también tomaron partida de este juego; Las de Michael fueron directamente hacia la cabeza de Luke jugueteando con su rubio y húmedo cabello y las de Luke, bajaron desde el cuello del teñido hasta sus caderas, nuevamente.

Michael retrocedió unos cuantos pasos sin separarse de los labios de Luke e intento abrir la puerta del asiento trasero. Al no tener resultado, se vio obligado a detener el beso.
Luke hizo su intento de abrir la puerta, pero a diferencia de Michael, este consiguió abrirla.

—¿Y ahora qué hacemos? —pregunto Luke.

—¿Qué te parece si nos deshacemos de nuestra ropa mojada y entramos al auto? —sugirió Michael.  

Rápidamente, Luke se deshizo de su remera y con algo de dificultad se deshizo de sus pantalones. Michael con mucha más dificultad se quitó sus pantalones y los dejo en la maletera del auto junto al resto de sus prendas mojadas. Rápidamente cogió las cobijas que había utilizado la noche anterior y se envolvió en ellas.

—¿Y para mí? —pregunto Luke al ver que Michael había ocupado todas las cobijas.

—¿Acaso no podemos compartir las mismas? —se subió al auto y esperó a que Luke hiciera lo mismo— Ven, no te morderé si te acercas a mí. 

Luke se adentró en el vehículo cerrando la puerta detrás de él. 

 —O quizás si —concluyó Michael. 

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N/A: Lamento muchísimo no haber actualizado las últimas semanas, pero a decir verdad, no me he sentido muy bien como para dedicarme a escribir (eso no significa que no lo he intentado, a lo contrario, todos los días trataba de escribir pero mi mente se quedaba en blanco y lo que lograba escribir no me gustaba como quedaba) Espero que me comprendan, es una situación muy frustrante:( Pero ya estoy de vuelta! Durante la semana subiré otro capítulo que sería la continuación de este.

 Voten, comenten y si gustan, compartan el fanfic. Se lo agradecería infinitamente <3

Another Road; MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora