Nacimiento

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       Todo comenzó en la madrugada a eso de las 3 am donde el portal entre mundos es abierto, solo tenia que salir de mi sueño, terminar de deambular por este lugar tan oscuro y húmedo que se me venia encima poco a poco. No recordaba a mis padres, ni al nombre de mi creador- un astuto creador eh de contar- No recuerdo nada; ¿Cómo se me ha de olvidar algo tan importante? Como lo es el nombre de ese ser celestial- tenia que recordar saber que pasaba- ¿Por qué no terminan de sacarme de este agujero, pensé, que cruel es este mundo no se que hacer esto de renacer no es nada fácil- estúpidos hombres- y lo peor aun nada que terminaba de salir de este agujero que no me dejaba ver y percatarme de todo a mi alrededor de lo que pasaba realmente.

     Rasgaba el camino hacia arriba me sofocaba el espacio donde me encontraba, húmedo, negro y con una peste a azufre como si del mismo infierno se tratase. Y no dejaba de pensar  – no tengo ya una vida ni una forma de ser ya, soy un barco a la deriva… ummm pero vamos ya me acerco a esa tentadora luz- me dije en silencio y segui rasgando con las manos lo que parecía barro lleno de sangre y entrañas.

       Al fin eh salido esta luz cegadora del sol, típico de los desiertos arábigos - ¿Qué es esto? Me encuentro donde aquellos hombres me mataron, desnuda e igual de indefensa; una irá inmensa comenzaba a embargarme y solo deseaba gritar hasta que se quebrase mi garganta, como podía renacer en esta forma sin libertad cuando fui interrumpida por una profunda voz, una voz celestial, que de solo escucharla te darían escalofríos, una voz de ultratumba

      -Mi dulce creación, mujer hermosa muerta a manos de tales canallas yo soy tu padre Ghoul demonio del desierto, amo de las tinieblas tu madre Manat me ah mandado ante ti al ver tal ultraje que te han hecho-

   Aun buscaba la voz que me hablaba un poco desconcertada cuando vi aquella hermosa cabeza de diamante (serpiente que habita los desiertos, sumamente rápida sigilosa y venenosa)

  -ttttu eres quien me habla- pensé, muda aun por el miedo de haber sentido la muerte y encontrarme en plenitud de mis acciones luego de horas? Días? Bah no lo se.

    -Si hija mia yo soy quien te habla ven a mi deja que te pruebe y te otorgue tu dote- me dijo acercándose a mi como hipnotizándome, dejándome barada donde estaba sin siquiera poder moverme, sin entender cómo podia estar en mi cabeza. Esa hermosa serpiente hinco sus dientes en mi me lleno de su veneno, que solo parecía llenarme de energía, de fuerza. Fue cambiando mi forma, mi vista, mi mente, me sentí llena poderosa, se me estaba siendo otorgado un gran poder y en un abrir y cerrar de ojos me converti en lo que hoy soy, en una hermosa mamba negra de escamas brillantes y porte erguido, tan poderosa como ninguna. Me asuste observándome en el reflejo de aquella diamante, mientras ella recitaba frente a mí.

     -Calmate hija mía no pasa nada esto es parte de el poder que te otorgo, abrazate con tu mente, ve tu hermosa figura de nuevo y veras que podras dominar a todos mis hijos del inframundo y a aquellos similares a vos-

     Y Asi lo hice atónita aún por todo lo que pasaba me visualice lentamente como decía "mi ahora padre" y me converti en una hermosa mujer de 1,70, muy similar a como era antes de morir, pelo lacio castaño hasta algo mas debajo de los hombros, ojos verde oliva tirando a cafes oscuro bien dotada, pero algo había combiado la mitad de mi rostro era negro azabache era escamoso era reptiliano -como la serpiente en la que ahora me había convertido- pensé y moví mis manos rápidamente tapando con ellas esa parte de mi rostro.

    No debes avergonzarte hija esa es la marca de el amor de tu madre y mio al salvarte del abismo, cúbrela pero no por vergüenza sino por protección para que así no vean el gran poder que se encuentra dentro de ti- dijo y se desvaneció lentamente en la arena con la honda del caluroso sol del desierto.

   Bien camine días por el desierto sedienta de venganza, en algunos momentos veía a lo lejos los reptiles del desierto hacerme pequeñas reverencias como si estuviesen a mi merced, creyendo que estaba loca seguía con buen pie, hasta que encontré aquellos hombres de la arena, ellos serian quienes me ayudaran a volver al pueblo, ellos serian mi transporte a matar a los culpables de mi deceso.

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