𝒀𝒖𝒔𝒉𝒊𝒏 𝑰𝒏𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒆. [SEVENTEEN ♡ JiHan]

12 📚

─¡Vamos de nuevo! ─gritó Seokmin por el altavoz─. ¡Quiero ver más pasión! ¡Jihoon pon más emoción!

─Emoción mis bolas, quiero irme a casa ─se quejó el bajito haciendo un pequeño berrinche.

Este año Seokmin había escrito la historia y el guión de la obra de primavera así que él sería el encargado de dirigirla. Era viernes y todo el instituto estaba revolucionado pues el lunes comenzaba toda la temporada de actividades escolares, duraba 1 semana entera y estaba llena de muchos eventos especiales.

El club de teatro estaba haciendo un trabajo genial y hasta Jihoon y Nahyun lo estaban haciendo, a pesar de que no eran actores fueron incluidos en el reparto ya que necesitaban personas que cantaran en algunas partes de la obra.

Mientras Seokmin los dirigía, detrás del telón estaban Joshua y Jeonghan pintando algunas cosas que usarían en la obra. Ya estaban libres de clase pero decidieron ayudar un poco porque debían preparar demasiadas cosas para la obra y el club de teatro estaba demasiado ocupado, recibieron ayuda de muchos lugares, por ejemplo, Minjae y Daehyeo ayudaron con el vestuario pues aprendieron técnicas de su madre.

Jeonghan y Joshua llevaban puesta una muda de ropa ligera que habían llevado para poder limpiar y pintar con total libertada, se encontraban dando brochazos en sus respectivas figuras, estaban juntos pero no revueltos.

─¿Qué tal las practicas con las animadoras? ─preguntó el chico levantando apenas la mirada.

─¡Genial! Ya estoy completamente preparada.

─Que bueno... ─susurró el joven─. Oye Hannie...yo...lo que dije el otro día...

─No tienes que disculparte ─dijo Jeonghan con una sonrisa─. Estoy bien y de hecho tus comentarios me impulsaron a darlo todo, me siento feliz en el club de cheerleaders.

Joshua levantó la mirada para ver a Hannie quien pintaba distraídamente, el americano sonrió con tranquilidad.

─Me alegra que te sientas bien allí ─dijo con sinceridad─. Sé que te lucirás estando en la cancha.

Jeonghan asintió frenéticamente mientras sonreía con felicidad, Joshua se sintió aliviado y completamente pleno al ver esa preciosa sonrisa.

─¡Hannie! ¡Tienes algo en la cara! ─exclamó el joven con cara de terror.

─¿¡Qué cosa!? ¿¡Donde!?

─¡Aquí! ─exclamó Joshua llenando la nariz del chico con pintura.

Jeonghan lo miró con indignación y pasó su brocha por la mejilla de Joshua, dejándole una gran marca de color violeta.

Entonces, comenzaron una pequeña batalla de pintura, se manchaban y reían mientras intentaban evitar que el otro lograra dejar una gran marca en ellos. En cierto punto terminaron de pie, huyendo del otro entre fuertes carcajadas.

Hasta que Joshua tomó a Hannie, acercando sus cuerpos, quedando a pocos centímetros de distancia. Jeonghan pensó que lo besaría, en serio lo creyó, hasta que sintió dos manos sobre sus nalgas.

─¡Joshua, no! ─exclamó empujándolo.

─He logrado mí cometido ─respondió el americano, mostrando sus dos manos llenas de pintura.

Jeonghan abrió ampliamente los ojos, dándose cuenta de lo que Joshua acababa de hacer. Ahora tenía dos enormes manos de pintura marcadas en sus glúteos. Quería ahogar al chico en el balde de pintura, pero eso no arreglaría nada y menos cuando él se reía tan gustosamente.

En un acto de completa madurez, Jeonghan le sacó la lengua al chico frete a él. Ahora debía estar lo que quedaba de día con el pantalón marcado de esa manera. Qué vergüenza.