──Fubuki, en el mundo Beyblade existen tres tipos de bladers; los que tienen un motivo por que seguir adelante, los que buscan uno por el cual aferrarse para seguir... ─hizo una pausa para ver directo los ojos carmesí de su aprendiz. ─Y también, los...
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Pov Valt Aoi;
—¡¿En serio!? —grite entusiasmado por la noticia que recibí. Estoy seguro que mi grito resonó por todo el edificio.
—Si y ya tengo pensando en el lugar ideal. —me aseguro Talia mientras ponía sus manos en sus oídos, creo que la deje algo aturdida.
Me emocioné de tan solo imaginar estar ahí y ella también lo estaba con la idea sin embargo quien nos acompañaba no compartía el mismo sentimiento que nosotros.
—Aoi apenas tiene un mes con su título de campeón mundial en el Beyblade ¿Y ya lo quieres exponer a perderlo en un torneo? —dijo con seriedad Boa.
El mejor entrenador de los Ralling Bulls, del famoso equipo de Estados Unidos, ese es el; Boa Alcazaba. Un chico de trece años, cabellera café oscura, ojos verdes y piel que delataba su origen mexicano, llevaba su clásica chaqueta y pantalón holgado púrpura con los costados color blanco.
El era alguien serio y estratega la mayor parte del tiempo, pocas veces llegaba a molestarse a menos que fuera por algo importante —como ahora.— pero no por eso, dejaba de ser una persona cortes.
—Me parece una excelente forma de mantener el rendimiento del equipo y darles más experiencia. —respondió firme Talia.— Además así pueden enfrentar a oponentes más fuertes.
—Chicos... —murmure preocupado, ellos dos no tenían la mejor relación del mundo aun así podían convivir con respeto.
—¿Piensas recrear el absurdo torneo de tu padre? —contestó frío el castaño.
Si. Ella es hija de Theodore Glass.
Talia Glass es la actual líder del equipo. El anterior dueño y jefe del equipo fue arrestado hace dos años atrás en su propio torneo por cargos de abusó de poder, maltrato infantil, entre otros. Por lo que, todo lo que le perteneció a él pasó a su familia.
—De tan solo recodarlo, siento escalofríos recorrer mi espalda.—pienso evitando hacer una mueca de disgusto por la sensación.
Ella es refinada, educada, inteligente y a vista de todos es linda y amable. Una chica de quince años, cabello largo y rubio, ojos azul intenso de piel clara. Siempre va arreglada y un poco maquillada, usando su camisa blanca, una falda negra ajustada y unos zapatos rojos, ella tenía problemas de visión así que usaba lentes.
—¿Pero que dices? Por supuesto que no. —aclaró la femenina, yo solo solté el aire que había retenido.— Haré algo mucho mejor.
