El padre es mejor (Enji x Deku)

🔥8 - Me gustas 🔥

Ya habían pasado varios meses desde que Midoriya acepta a Enji a su lado, 4 meses para ser precisos. Fue un poco complicado al comienzo iniciar su relación, puesto que el pro-héroe tenía su trabajo activo todo el tiempo y los exámenes en UA estaban sofocando a Midoriya, pero ahora que comenzaban las vacaciones de invierno ambos podían estar juntos más tiempo.

— ¿Tienes frío?— cuestiona el adulto cuando ve al más joven cerrar su chamarra.

— Un poco, no es la gran cosa — le responde el peliverde, con esa dulce sonrisa que derretiría la Antártida entera si fuera un quirk.

Ambos estaban sentados en el sillón de la casa, aquel en dónde una vez Izuku debió pasar un incómodo momento sentado en el regazo de Shoto Todoroki. Sin embargo, también era el mismo lugar donde Enji beso por tercera vez a Izuku, prometiéndole cuidarlo y valorarlo como Shoto no había podido hacerlo.

La calefacción no funcionaba correctamente por un experimento con hielo que Fuyumi hizo mal accidentalmente. Izuku lo solucionó con su chamarra escolar y apegándose un poco más a su amante, apoyándose contra su brazo para recibir un poco de su elevado calor corporal. Enji ríe por lo bajo y pasa su brazo por la cintura del estudiante, apegándolo más a su cuerpo antes de darle play a la película.

Realmente Enji no tenía ni idea de que se trataba la película, Izuku le explicó que era una película nueva de terror, pero ya ambos sabían que sería más cómica que espeluznante. El mundo cinematográfico de terror está en decadencia total, pensó Enji cuando vio la introducción de la película.

— Screamer — advierte Deku sin mucho interés, segundos antes de que apareciera de repente un bicho raro que a otro lo habría hecho saltar. Pero no a estos dos.

— Esa se muere primero — afirma Enji, cuando apareció una monja joven que ayudó a la niña que parecía ser la protagonista.

— Seguro — responde Deku. Un estornudo se le escapa y Enji lo mira — No me enfermé — asegura Izuku ante la mirada expectante del mayor.

Enji no dijo nada y lo tomó de la cintura, antes de jalarlo sobre su regazo. Deku no protestó, pero a juzgar por las rojas puntas de sus orejas Enji pudo decifrar que se había sonrojado. Sonrió de lado y dejó sus manos en la cadera marcada del estudiante.

— Te creía más miedoso para estas cosas — menciona en su oído, no intencionalmente, pero haber apoyado su mentón en el hombro del más bajo solo lo dejaba en esa posición.

— Estas películas solo te dan miedo cuando no sabes la estructura que tienen, así como te dan más miedo cuando son buenas... — Enji creyó que agregaría "No como esto que estamos viendo", pero con el pasar de los días aprendió que su pequeño estudiante era bien educado y reservado. Sonríe ante su silencio respetuoso y deposita un beso en su cuello, a lo que Deku suelta un leve quejido tembloroso.

— Me gustas, Izuku — susurra en su oído. Deku cierra los ojos con nervios, disfrutando del calor que emanó el aliento vaporoso del adulto.

— Tú también me gustas, Enji — respondió tímido, sintiendo las manos pesadas del héroe profesional cerrarse más en su cadera, a modo de aceptación cariñosa.

Con lentitud, se recuesta en el pecho fornido de su pareja, dejando que su cuerpo tiemble levemente ante la satisfactoria sensación de calidez que este desprendía. Enji suspiró con cariño, deslizando sus manos hacia el vientre del menor. Deku se estremeció levemente ante la caricia y ladea la cabeza en dirección del rostro del pelirrojo, sonriendo feliz cuando este une sus labios con los suyos.

Las manos de Endeavor presionaron suavemente su vientre, fortaleciendo la presión del trasero del menor contra su entrepierna semi despierta. Si algo había aprendido Deku en los últimos meses era que sus besos eran como un afrodisíaco para el adulto, no importaba que tan dulces y tranquilos fueran. Y tonto o no, eso lo hacía sentir feliz.