Una vez hubo alguien que te solía molestar mucho, una persona que no le importaba hacerle la vida imposible a alguien o ser su martyr. Esa persona es Satoru Gojo, desde que posees uso de razón ese tipo te ha estado molestando de las formas en que más podía. Pero algo empezó a ocurrir recientemente, pues resulta que él ha estado sintiendo cierto interés por tí después de un par de años.
Todavía recuerdas cómo sucedió todo esto, quisieras no tener ni las más mínima idea porque eso peligra la relación que tenías con tu padre, pero ahora mismo no hay razón para arrepentirse o sentirse mal, solo puedes echarte la culpa por ser tan inconsciente en su momento. Un día de repente simplemente tocaron el timbre de casa y al abrir la puerta tu madre se llevó tremenda sorpresa, luego fue tu padre al ver de quien se trataba, era Satoru Gojo, habían pasado años desde que no se veían estos dos y la alegría era de sobra.
Observabas a lo lejos a esa persona, te acordaste al rato quien era, se trataba de ese gran amigo de tu padre que era muy chistoso y infantil pero que aún así le caía bien a tu familia, recuerdas que te decían llamarle tío ya que era como un hermano para tu padre, y también te acordaste del sin fin de tonterías que te decía solo para molestarte un poco. Ese es Satoru Gojo. Desde aquella vez no volvieron a saber nada de él, desapareció de la faz de la tierra, y hoy se aparece de la nada.
Sin esperar más, lo dejaron pasar, te ordenaron servir un par de vasos con hielo y destapar una cerveza de la nevera para servirles a los tres, sin embargo Gojo no quería alcohol, no estaba para quedarse, solo vino de paso.
—Lo lamento pero no quiero.
—¿Porqué no?, ¡vamos, no seas agua fiestas!, ¡bebe un poco!—exclamó tu padre.
—No, no, no.—negó con sus manos también.—Solo vine para saludar, eso es todo.
—Bien.—pronuncio decepcionado.—Por lo menos dinos donde has estado.
—A eso iba.—sonrió.—He estado muy ocupado como profesor de una escuela de Japón. Ya sabes que soy de ahí y tenía mis ocupaciones.
—Pero te fuiste sin decir nada.
—Si, si, es que tenía prisa.—dijo despreocupado.—Ah, pero traje un regalo.—metió sus manos en sus bolsillos y busco, no encontro nada.—¿Eh?, oh, oh, creo que se me perdió.—se encogió de hombros.
—No me digas.—espetó incrédulo.—Pero está bien, no importa. Ahora sé que estas vivo, te daba por muerto.
—Supongo que dejaré de no decir dónde estaré. Es que pensé que a ustedes no les importaría.—rió un poco.
—¿Porqué no?, somos amigos después de todo.
—Si...—musito.—... Bueno, me tendré que marchar. Ah, y... ¿Dónde está __________?
—Encerrado en su habitación.—respondió para después chasquear los labios.—Lo único que hace es encerrarse ahí y olvidarse de todos, ese inútil.
—Cariño por favor.—espeto la madre.—Está en su habitación.
—Ok.—asintió.
Gojo entró a tu habitación, estabas acostado en la cama usando tu celular con audiculares puestos para olvidarte del mundo con un poco de música, o sino algún video de Dross que te entrega por más miedo que den. A Gojo se le ocurrió una idea, sin que te des cuenta el se acercó y te hizo cosquillas mientras hacía sonidos extraños y molestos.
—¡¿Qué-?!—viste que era él.—Ah, eres tú...
—¡Hola, __________. ¿Cómo has estado últimamente?
—T-todo bien.—tragaste salvia.—Hasta que me empezaste a hacer cosquillas.
Gojo rió a carcajadas. Rodaste los ojos, irritado.
—¿Y qué has hecho con tu vida?—preguntó mientras miraba la habitación.
—Lo normal, supongo.—respondiste penoso.
—¿A qué le llamás normal?
—A tí no por supuesto.—pensaste.—Estudiar, comer, dormir.
—Tu papá dice que estás de vago y te la pasas haciéndote pajas.
La declaración de Gojo hizo que te sonrojaras de la vergüenza, maldeciste a tu padre mentalmente por haberle contado tal cosa a este tipo. Al ver tu reacción, el peliblanco se sentó a tu lado, mientras reía.
—¡No te preocupes!, eso es lo que un adolescente normal hace, ¿sabes?
De forma imprevista, Gojo puso su mano en tu pierna, cosa que te extraño bastante, no supiste ni viste la necesidad de que hiciera eso, pero por más escalofríos que sentiste en ese momento no hiciste nada al respecto solo te levantaste al cabo de unos incómodos segundos.
—Si tú dices.—intentaste no tartamudear.
Gojo sonrió.
—Oye, _________, ¿porqué no vienes a Japón un día de estos?
Las palabras de tu tío, técnicamente tu tío se podría decir ya que es un amigo de tu padre en realidad, te sorprendieron por completo, hasta tus ojos brillaron por tal idea.
—Te gustará, la gente es tranquila, algo aburrida, pero es muy bonito el lugar. La comida es buena, los dulces; bueno, es Japón, se puede esperar lo que sea.
—¿E-enserio?—preguntaste sin creer ni una palabra.
—¡Pues claro que si!, ¡soy tu gran tío Gojo!, ¡puedo hacer lo que sea!—te guiño un ojo.
—¡Genial, vámonos!—exclamaste.—Pero... Espera, yo no sé japonés.
—Hm...—Gojo pensó por unos segundos, si es que tiene neuronas para eso.—¡No importa!, ¡todo con tal de salir de latinoamerica!
No sabías si reír o llorar porque no tenías la confirmación de saber si te vas o no. Pero Gojo siempre te hablaba de que estaba en una escuela en Japón, que trabaja ahí y que un día de estos lo llevaría a visitar Shibuya. Cosa que con el tiempo dejaste de creer y con lo sin vergüenza que es este hombre no te sorprendería si todo lo que dice son puras patrañas.
—Tío Gojo...
—Dios mio, me llamaste tío.—expresó entusiasmado.—Han pasado años desde que no lo haces.
—Por favor, Gojo, escuchame.—el mayor se puso serio.—Me gustaría ir a Japón, pero no se japonés. Segundo, tengo mucho sueño y realmente no estoy para tantas bromas.
—Entiendo.—sonrió y puso su mano en tu hombro.—__________, si el problema es el japonés, yo te puedo enseñar.
—...
—¡Puedo hacerlo!—exclamó al ver la forma tan incrédula en que lo miraste.—Es más, apunta mi numero de teléfono, estaremos en contacto. Yo te avisaré cuando tenemos que reunirnos para tus clases y serán completamente gratis.
—Mierda, eso si es tener suerte.—dijiste.—Esta bien, déjeme agregarlo. Pero no tengo pagar con... ¿Algo más o sí?
—Nah, será gratis.
—Ok, ya está.
—Espera mi mensaje, le diré a tu padre, de seguro estará de acuerdo.
—Eso espero.
Gojo acarició tu cabeza.
—Nos vemos después, ___________.
Luego de decir eso, salió de la habitación. Estabas un poco emocionado, sentías esa extraña sensación de que algo va a cambiar en tu vida después de esto, nunca te imaginarias tener este tipo de privilegio te dieron hasta ganas de llorar de alegría de alguna u otra forma.
—Ah, y usa toallas para limpiar tu semen.
Y ahora si, Gojo se fue.
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Neón. [Satoru Gojo x Male! reader]
Fiksi PenggemarTu historia de amor con Gojo Satoru. No sabes como sucedió, no entiendes el porqué debes de vivir esta situación, pero curiosamente el amigo de tu padre y tú estaban envueltos en una aventura amorosa. Satoru Gojo x Male! Reader. Historia corta. Juj...