Innocent -YoonTae.

Parte 1:

Después de ese día, TaeHyung y yo nos hicimos cercanos, afirme que él sí hablaba mucho, que era muy feliz y que mantenía la paz con todos.

Él siempre me mencionaba que era feliz con su familia y con sus amigos, así que por eso quería dar felicidad a los demás.

Pero las cosas comenzaron a cambiar a los pocos meses que ingresamos a nuestra primera mitad del segundo año, nos habíamos hecho tan cercanos, que junto a HoSeok nos habíamos metido al mismo grupo y compartíamos las mismas clases.

Las cosas cambiaron un poco en su vida, su familia, en especial su madre, comenzó a cambiar un tanto, tomando una actitud muy rara con él, además de que comenzó a sentirse confundido con la llegada de personas nuevas en su vida, personas que no eran muy amables que digamos, que no eran como las que lo rodeaban, que eran buenas y de gran corazón como él.

Tae se topó con la verdadera sociedad, la sociedad que yo conocía, la cruel sociedad.

Con el paso de los meses había cosas que TaeHyung simplemente no comprendía de las personas que lo rodeaban. De la sociedad.

Para él las cosas comenzaron a tornarse un tanto confusas, y me admitía no entenderlos.

Para cuando estábamos a tres meses de terminar el semestre, TaeHyung seguía con su confusión ante la sociedad, siempre me reprochaba no entenderlos y mencionaba que por más que pensaba y pensaba posibles opciones de sus frustraciones, no podía comprender nada.

Nunca están conformes. En eso logramos acordar.

Una tarde mientras hablamos en el techo de mi casa, como usualmente hacíamos después de un largo día de clases, el castaño me platico los dos casos que tuvo con la primera confusión que tuvo ante la sociedad.

—Lo digo en serio Hyung —me asintió el castaño mirándome. — No lo entiendo.

—La sociedad es una mierda, TaeTae —le respondí encogiéndome de hombros, como si aquello fuese la cosa más obvia y la respuesta ante todo.

—Es rara —me corrigió con una sonrisa.

TaeHyung era muy inocente, tenía algo de esperanza en esta sociedad de mierda.

Cosa que yo no.

—¿Y ahora por qué dices eso? —pregunte soltando un suspiro, sentándome mejor.

—Ayer, estaba hablando con JiMin, ¿lo recuerdas? —me cuestiono ladeando la cabeza, yo le asentí levemente. Tae seguía sin ser muy bueno en las matemáticas, por más que yo le explicaba algunos temas, no se le metían a la cabeza, así que ya se imaginaran lo difícil que era para él dicha material, no le quedaba de otra más que meterse a asesorías por las tardes dos veces a la semana, de ahí conocía a Park JiMin, un castaño con grandes mejillas y ojos que se hacían la rejilla de las alcancías cuando sonreía.

—Lo recuerdo —agregue.

—Bueno —asintió—, ¿recuerdas a Jackson? —me volvió a preguntar.

—¿El idiota que te dijo que eres muy ruidoso y que era mejor que te callaras en algunos momentos? —le cuestione esta vez sí mirándolo.

Me había molestado mucho cuando el menor había venido un tanto desanimado a mi casa y me había contado aquello. Comprendo que Tae puede cansar a simple vista, siempre sonriendo y estando de buen humor, pero hey, así es él, y no se mete con nadie, incluso sí tú no le hablabas él no lo hacía, no era hasta que conversabas con él y te agarraba confianza que ya conocías al verdadero TaeHyung. Así que cuando Tae me contó que aquel chico, Jackson, le había dicho que se perdiera con su buen humor a un lugar muy lejos y que dejase de ser tan hipócrita con esa sonrisa y ese sentido del humor, me enoje mucho, y sólo le había dicho a Tae que no le hiciera caso, que continuara siendo como acostumbra ser, que lo jodiera no haciéndole caso, porque él no era nadie para mandarle.

—Para mantener la paz con él —me aclaro con cuidado—, cuando llegaba a las asesorías y me adentraba al salón, no hablaba para nada, sólo me limitaba a contestarle a JiMin sus dudas o hacerle sabes a él las que yo tenía.

Mire a Tae de manera seria y él trago saliva nervioso, desviando su mirada de la mía.

Este mocoso... pensé y sí lo hubiera dicho en voz alta, lo habría hecho entre dientes y habría chasqueado la lengua.

—Y ayer, Jackson se acercó a mí y me dijo qué porqué no hablaba, sí yo antes no era así —aquello lo menciono con algo de reproche. Yo tome un respiro y recargue mejor mi espalda en el respaldo de mi silla de playa.

Completo idiota.

—¿Y el otro caso? —le cuestione tratando de cambiar de tema, sí continuábamos hablando de aquel chico, estaba más que seguro que me darían ganas de ir al día siguiente a las asesorías de Tae y darle una buena golpiza a ese tal Jackson.

Fui testigo del cambio de ánimo tan repentino que tuvo en un abrir y cerrar de ojos el castaño.

—El segundo caso fue con mi mamá —me respondió bajando su mirada.— Siempre que me pasa algo, voy y se lo cuento a mi mamá —me informo. Y lo sabía, cuando conocí a Tae éste me decía que con su madre era muy cercano, siempre estaba diciéndole cosas que le sucedían, incluso después de unos días de continuar hablando me dijo que ya le había hablado de mí a su madre, aquello me tomo un poco por sorpresa, pero decidí no prestarle atención.

—Bueno, hace unos días —comenzó—, cuando saque una buena calificación en el examen de matemáticas me emocione mucho y tú lo sabes —le asentí—, y se lo fui a decir a mi mamá, creo que sí me escucho, pero no estoy muy seguro ya que estaba en su celular y sólo me decía "sí, sí, sí" sin despegar su mirada —y me hizo una demostración que me hizo sonreír con diversión.

Estúpidamente tierno.

—Así que, no sé —se detuvo—, supuse que no tenía tiempo así que no le conté más y tampoco lo que me paso los días siguientes. Y también, justo ayer mientras me regañaba por no ayudarle a limpiar me reprocho ya no contarle nada y ser serio con ella.

Puff, Dios mío Señora. Me quejé aguantándome las ganas de rodear los ojos.

—TaeHyung —lo llame.

—¿Mmh? —me miro con ambas cejas alzadas y su boca en un triángulo caído.

—La sociedad es una mierda —lo resumí en eso.

Y él soltó una gran risa, sujetándose el estómago.

—Eres muy cruel, Hyung —me reprocho.

No, tú eres muy inocente.