Parte 2:

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La segunda confesión la hizo pasados unos días de la primera.

Me encontraba acostado en mi cama, lo más común que hacía un sábado por la tarde/noche era hablar con TaeHyung, pero no podía en esos momentos ya que me había dicho que en su casa habría una cena por la celebración del cumpleaños de su mamá, así que supuse que estaba muy ocupado en dicha fiesta y sería una falta total de respeto que por estar hablando conmigo se perdiera del tiempo en familia.

—Min YoonGi —me llamo mi madre, deje de mirar el techo de mi habitación para observar hacia la puerta, encontrándome con ella parada bajo el marco de la puerta—, TaeHyung está abajo esperándote.

—¿Qué? —le pregunte demostrándole mi confusión y mi sorpresa, ella sólo se encogió de hombros.

—No se ve muy bien —me admitió—, no lo hagas esperar, sí se van, me dices por favor. Te deje dinero en la barra, estaré en mi habitación —me aviso. Por mi parte asentí a la vez que caminaba a mi armario por mis tenis y me los ponía rápido.

—¿TaeHyung? —le llame asomándome a la puerta, lo encontré sentado en una de las mecedoras del porche. En un santiamén tuve la mirada triste de Tae sobre mí, lo observe a detalle y pude divisar sus ojos brillosos, sus labios temblando y su nariz roja—, ¿qué sucede? ¿Te paso algo? ¿Estás bien? —comencé a preguntarle a la vez que me acercaba a revisarlo, él soltó una risita ronca mientras me negaba con la cabeza, me acuclille frente a él y me observó, sus ojos ya estaban llenos de lágrimas y sus labios tiraban una "u" invertida.

No necesite más, me puse de pie y abrí mis brazos, por su parte él se puse de pie rápido y me abrazo por el torso, ocultando su rostro en la cobertura de mi cuello y comenzó a llorar fuertemente.

No le cuestioné nada, sólo me limite a acariciarle el cabello y su espalda, lo deje llorar todo lo que quisiera, fue mucho, mucho tiempo en donde respiraba con dificultad, en donde se quejaba en voz alta y me apretaba con fuerza.

Cuando se calmó le pregunté sí quería caminar a la casa sola que había en frente de la mía, el accedió y nos fuimos a sentar al porche, entre por un vaso de agua a mi casa antes de cruzar, el cual le di cuando ya nos encontrábamos sentados, le dio un sorbo mientras yo me sentaba y observaba al frente, todas las luces de mi casa estaban apagadas a excepción de las de la sala y las de la habitación de mis padres.

—¿Quieres decirme que sucedió? —cuestione con simpleza, sin mirarlo aún. Se aclaró la garganta y lo percibí asentir.

—Hyung —me llamo, yo le hizo un sonido de que continuará—, ¿alguna vez te has sentido raro con tus padres? —me pregunto.

—¿Raro cómo? —lo mire con una ceja alzada.

—Raro —simplemente respondió, con mi mirada le indique que fuese más específico, soltó un suspiro y luego respiro hondo. —Que simplemente algunas veces no les quieres hablar porque sabes que todo terminará en peleas y mejor te resignas a actuar con seriedad para que no tengan ninguna excusa para regañarte, porque sientes que están en tu contra ante todo, y que no importa sí hiciste todo lo posible por hacer las cosas bien, con un solo error que cometas basta para proclamar la 3era guerra mundial.

Le asentí comprendiendo a que se refería. Una que otra ocasión me había sucedido con mi papá, pero sólo bastaba con que ambos nos sentáramos en la sala o fuéramos a la habitación del otro y conversáramos para que las cosas se arreglarán.

—Bueno, justo así me siento yo ahora —se quejó dejando salir un sollozo y echando su cabeza hacia atrás, lleve mi mano a su espalda y la acaricie para que se tranquilizará, termine por pasar mi brazo por sus hombros y atraerlo a mí, dejándolo llorar de nuevo.

—Te juro que lo intente Hyung —me menciono en medio de sollozos—, trate de no tener este rencor hacia mamá, pero no pude, y ahora sí fui yo, por mi cuenta que me aleje de ella, y también que ya no le sonrió, todo esto porque me nace, porque quiero, porque ella hizo que así sucediera. Y ella lo notó, también notó que ya no hablo mucho y me encierro en mi cuarto.

Asentí levemente, sin verlo. Lo había notado, ya no hacía muchas cosas que le gustaban, y ahora ya sólo se limitaba a hablar de vez en cuando, conmigo sonreía como antes, como la primera vez que lo conocí, y aquello, al menos me daba un poco de felicidad.

—Ella sabe Hyung —acuso con la voz ronca por haber llorado y callado unos largos minutos—, ella sabe por qué me portó así con ella y con todos. Y cuando se lo digo ella dice que soy un exagerado, que debería agradecer lo que tengo y no estar llorando por tonterías, y eso me cansa, me cansa mucho y me enoja también escucharla decir eso —me confeso llorando levemente.

—Así que antes de que iniciara su estúpida fiesta me advirtió que quitará mi cara de amargado y que sonriera. Y eso hice, mantuve una sonrisa el tiempo que estuve en la fiesta, atendí a todos y mamá me llevo al baño y me dijo molesta que era un mal hijo, qué sólo me había pedido una cosa y que no creía que fuera tan estúpido para cumplir con dicha cosa, me pidió irme de la fiesta porque simplemente le estaba amargando la existencia con la sonrisa forzada que estaba dando.

—Ya no lo soporto Hyung, no la soporto a ella —me menciono con su labio temblando. —Ella lo sabe, ella sabe que no estoy bien y aun así no le importa, aun así me dice que tengo todo para estar bien, pero la verdad es que no tengo nada Hyung, no tengo lo que verdaderamente importa por su parte.

Me separé de él y lo hice mirarme, su cuerpo temblaba por los sollozos, se veía tan indefenso, que no pude aguantarme y me acerque a darle un beso en los labios.

Él correspondió.

Él correspondió

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Innocent -YoonTae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora