PRÓLOGO

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 La primera vez que lo vio fue en el campo de batalla. Era una auténtica máquina de matar tal como decían los rumores. Despiadado, sin escrúpulos, irrefrenable. No podía dejar de temblar mientras luchaba a su lado. El sonido de las balas la ensordecían, la herida de su pierna la enlentecía, la cercanía de la bestia la asustaba. Algunos lo llamaban Demonio, los más osados se referían a él como Leviatán, debido a su carácter destructor e irascible. Suspiró entrecortadamente al observar el centenar de cuerpos que dejaba a sus espaldas. Visualizó cómo se daba la vuelta, limpiándose con una mano los restos de sangre que se esparcían por su rostro. Sólo entonces, por unos brevísimos instantes pudo ver sus ojos, unos ojos muy diferentes a los que describían los rumores, llenos de odio y furia. Eran unos ojos apagados, unos ojos grises sin brillo, sin determinación, sin vibración. Sin vida.

Dejó de tener miedo.

A soul wrapped in darknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora