Capítulo 1

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Luna es una chica muy alegre, tiene padres que la adoran y apoyan en todo, está entusiasmada por empezar la universidad y su nerviosismo hace que quiera caminar en vez de tomarse el bus de todos los días que ya está acostumbrada a frecuentar, ya que la secundaria donde estudió queda a tan solo dos cuadras de su nueva universidad. Decidió caminar para poder despejar la mente y prepararse para su nueva vida, la vida de un universitario.. sabemos que es bastante estresante. 

Gonzalo es un abogado prestigioso en la ciudad de Córdoba y hasta fuera del país, durante ciertos meses suele viajar al extranjero por casos extremos que le llegan a su oficina. Pero aun que parezca que su vida es perfecta no todo es color de rosas, el perdió a su mejor amigo en un accidente aéreo y siente que la culpa fue de el. Insistió en que lo acompañe a una conferencia de prensa en New York. El sueño de Martín, quien era su mejor amigo fue conocer New York y justo dió la casualidad de la conferencia de Gonzalo, como el sabía cual era su deseo decidió invitarlo y regalarle una estadía en un hotel los días de la conferencia para que no sea tedioso para Martín tener que acompañarlo a todos lados. Su amigo no lo pensó dos veces y aceptó la sorpresa, tenía que pedir una licencia en el trabajo y eso le costaría unos días, por lo que Gonzalo le dijo que le dejaba un boleto de avión listo para el, que se vaya apenas termine de cuadrar su licencia porque iba a perder su vuelo y necesitaba llegar a su primer conferencia. Martín no tuvo problemas y accedió recibiendo el boleto, pero lo que el no sabía era que su sueño de poder conocer New York nunca se iba a cumplir.

A penas sube al avión le llega un mensaje de Gonzalo redactando que porfavor le avise cuando aterrice, no alcanzó a contestarle porque las azafatas les pidieron que apaguen los aparatos electrónicos, así que procedió a apagarlo porque serían unas horas de viaje y apenas pueda le mandaría un mensaje diciendo que lo espere en el aeropuerto, pero ese mensaje nunca llegó. Gonzalo procedió a bajar al restaurante y ordenar la cena, cuando se dió la vuelta para escuchar bien lo que decía el programa de noticias del cable del hotel, hasta del día de hoy no se olvida las palabras de aquella periodista: "Fuerte accidente de avión rumbo a New York, al fallar una de las turbinas el mismo colapsa y deja caerse. Son siete las personas sin vida encontradas y veintiséis los heridos de gravedad."

Sostenía una copa de soda que fue directo al suelo al escuchar esas palabras, la boca se le secó y el nudo en la garganta junto con las lagrimas le eran imposibles de controlar, se desbordó y rogó a Dios que su mejor amigo se haya retrasado o se haya dormido como siempre hacía cuando tenía algo importante que hacer. Pero este no fue el caso, tanto deseaba que se haya perdido ese vuelo porque las horas pasaban y su celular no tenía respuesta, tampoco la policía hacía su trabajo de poner una lista con los fallecidos y Gonzalo cada vez de impacientaba más. Al día siguiente tenía una conferencia muy importante para su carrera pero el no hacía nada más que rezar aún que no creyera en Dioses, no hacía nada más que dar vueltas y vueltas en la habitación esperando respuestas porque afuera no había nada mas que "Hay que esperar" pero llegó la maldita lista, y ahí estaba su nombre, " Nombres de las victimas fatales:

                                                                                               _ Martín Martínez"

Fue lo único que alcanzó a leer antes de descompensarse y ser llevado a urgencias. 

Mas calmado y ya despierto después de un sedante que le pusieron producto de su ataque de pánico en el hospital, volvió a la realidad y solo se sentó a llorar, a llorarlo a el. Sentía que toda la culpa era de el y siempre estaba el "que hubiese pasado si..." todos se atormentan con esa frase, nos persigue siempre, ¿Que hubiese pasado si se dormía en el aeropuerto? ¿Si su jefe le decía que no podía tomarse una licencia? ¿Si hubiese tomado otro vuelo?. Tantas preguntas le aparecían en su cabeza y ninguna tenía respuesta.

Pasó su funeral, pasaron los días, al instante de enterarse de la tragedia volvió a Córdoba y contuvo a la familia sin importarle la tan importante conferencia que hizo que Martín no esté más en este mundo, eso pensaba el. Y ya habían pasado cinco meses de aquella tragedia que dejó a Gonzalo con un cargo de conciencia tan grande que no lo dejaba dormir, ni trabajar bien. Había perdido dos juicios con sus clientes y estaba yendo al psicólogo pero además de eso consumía alcohol todos los días porque era la única forma de olvidarse por un rato lo que lo atormentaba. No tiene familia en que preocuparse, sus padres viven en Buenos Aires pero están muy ocupados con sus respectivas empresas para ir a ver como se encuentra su hijo.

Un día lluvioso se levanta mareado de la cama por haber consumido alcohol la noche anterior y lo primero que hace es darse un shot de tekila, lavarse la cara y salir a desayunar, seguía ebrio por la noche anterior pero mucho no le importó, mientras manejaba a gran velocidad le suena el celular, era la madre de Martín, el sorprendido lo agarra y cuando vuelve a mirar hacia adelante se le atraviesa una mujer cruzando la calle con el semáforo a su favor, no era nada mas y nada menos que Luna...

Mi Única RazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora