CAP. 3

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Es hora de la cena y me encuentro perdido en los recuerdos de está mañana, Un empujón en la costilla que atina a un moretón me hace jadear y caer al suelo regresando me a mi realidad. Ahí  está la señora Hanna  tratando de escurrir de su costoso vestido, el vino que le había derramado encima – eres un inútil Seokjin, por qué no te fijas – cuando menos lo espero ella ya vacío la copa sobre mi y a mi no me queda más que agachar la vista y dejar que mis lágrimas corran libres huyendo de mi. La humillación siendo la cobija de mi cuerpo.

Dirijo mi vista a la silla del lateral izquierdo y esta tan vacía como hace ya varios días, inevitablemente escondo mi rostro de la pareja presente, Ahora Madame ya no está para defenderme, pues recientemente su enfermedad aumento, como aumenta mi desgracia y ya no sale de la habitación, no me puedo ir, porque ella me necesita y yo prometí estar para ella como ella estuvo para mí. Tampoco es como que tuviera un lugar a dónde huir.
Me levanto del suelo haciendo reverencia y disculpándome innumerables veces, me apresuró a levantar los restos de las copa de cristal, algunas astillas se encajan en mis yemas pero lo csa
doro y con la otraqqqqqaaq mano tomo una servilleta de tela y limpio la mancha roja y espesa sobre el pis de madera.
-No tienes una idea de lo costoso que es este vestido y ese vino. - Alsa la voz Hanna
-Tranquila carino- responde Hechul - siéntate y come.
-odio que lo justifiques, es un inútil, hace tiempo debiste correrlo, mantenerlo solo porque tu madre lo quiere  - habla con ironía  y después grita frustrada - tú madre esta moribunda, poco falta para que la entierres - dejado y tengo mis pasos ante sus palabras.
Resuena el silencio y la silla de Hechul cuando este se pone de pie, mi piel se eriza y siento miedo, la
! Mmmm k. Ni tú,miro directamente notando que sus palabras fueron obra de su impulsividad, tiene miedo.
-¿Cómo te atreves?- cuestiona él en voz baja y me volteo rápido cuando veo la bofetada que le ha dado.
Hago oído sordo y me apresuro a la cocina... La noche se hace larga en servir, lavar y limpiar y al finalizar
Subo las escaleras y entro a la habitación de madame sin tocar, con mis lágrimas al borde y ella me observa recostada desde su cama y sonríe con amor, pero una profunda mezcla de emociones que nunca entiendo mientras me hace señas para indicarme que me acerque y así lo hago dejándome caer de rodillas y colocando mi cabeza en su regazo, llorando.

Hoy como todos los días me desmorono frente a ella, mi pecho duele y siento una sensación horrible, como un presentimiento, quizás sea el cansancio o lo hastiado que estoy de todo - Shhh… pequeño ya no llores.

-Madame... - susurro con pesar.
- Ay muchachito... Si tan solo supieras.- habla con frustración y de pronto se echa a llorar, siento que me acompaña en mi dolor – perdóname, está vieja se ha vuelto inútil e inservible - susurra.
me gustaría  verte llevado a otro lugar.

Yo la miro sin comprender -  Me pidio que cuidara de ti pero en cambio te he metido en un infierno. Esta maldita enfermedad acompañada de las vejes me está dejando sin fuerza
-Es solo pasajero Mándame- trato de aliviar pero ella niega
estoy incumpliendo la promesa que hice, el miedo de que te encontrarán me impidió cruzar estás puertas- me apresuro a limpiar sus lágrimas con mis manos. –

Ya no diga esas cosas por favor, usted me rescató de las calles, me dio techo, comida y...- ella niega, me mira y agacha la vista, hay vergüenza pintada en su rostro y no lo logro entender – yo sé que Hechul te lástima.
Sorpresa y vergüenza manchan mi rostro, me alejo y ella atrapa mi mano antes de que retroceda más.
-No me lo dices, siempre lo callas.
-yo... - estoy confuso y herido ni siquiera se que decir, me siento como un ratón siendo sorprendido por el gato.
- no necesitas decir nada, se que no es tu culpa, no soy ajena al maltrato que te dan. - trato de fingir que no pasa nada
Pero ella lo sabe.
–   Tu eres alguien más fuerte de lo que imaginas, tienes un mejor destino que esté... - yo niego en silencio y sonrió leve - tienes una salida, tose estrepitosamente y yo sobo su espalda con delicadeza...
-ha llegado la hora querido, de revelarte tantas cosas - estoy por hablar y ella me calla con sus manos pidiéndome paciencia - si no lo hago ahora, no lo haré nunca... - suspira mirando mi rostro, cómo si en el fuese a encontrar las palabras necesarias.

EN SUS GARRAS "NamJin"♥️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora