¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El bebé estaba sentado sobre la suave alfombra que adornaba la sala del lugar, rodeado de varios juguetes que lo mantenían distraído mientras su mami cocinaba el almuerzo y no tenía idea de donde estaba su papá. Estaba un poco aburrido ya, quería que su mami lo tomara en sus brazos para así poder acurrucarse en su pecho, llenandose de su olor materno, así que decidido soltó el juguete que estaba llevando a su boca en ese momento, necesitaba llegar donde mami Yuqi estaba.
"¿como puedo llegar hasta allá? Uhm, creo ya sé, hay que intentarlo"
El pequeño colocó las palmas de sus manos contra la superficie de la alfombra, primero una manita y una piernita, luego la otra, como papá le había explicado, no era tan fácil como parecía ser, pero no se rendiría, necesitaba llegar a donde mami estaba, todo se trataba de determinación.
Yuqi, que hasta ese momentos estaba inmersa en hacer el almuerzo sintió una sensación extraña al no oir los balbuceos de MinHo, y pues como muchos bien saben, cuando los bebés están en silencio es porque algo pasa o algo están tramando, así que no lo dudó ni por un segundo, caminando a paso rápido fuera de la cocina, curiosa por saber lo que el pequeño cachorro hacía, estando ya en la sala no estaba preparada para lo que presenció.
Estaba intentando gatear, su bebé estaba intentando dar sus primeras gateaditas.
–¡Bebé! – exclamó, exaltado al pobre cachorro que intentaba avanzar con algo de dificultad sus pasos fueron rápidos hasta llegar cerca de su pequeño– Tú puedes amor, ven con mamá.
"Uh, que bueno que llegaste, creo que no iba poder llegar"
Se colocó de cuclillas a una distancia un poco corta pero considerable, estando allí extendió sus brazos, lista para recibir al pequeño y llenarlo con un montón de besos, orgullosa de cuan inteligente era su bebé y lo rápido que estaba creciendo.
Claro que no contó con que el pequeño al verla decidiera sentarse, ya que ¿para que esforzarse si ya mami estaba aquí?
–hey, MinHo– llamó nuevamente su atención, chasqueando los dedos esperando que el ruido le atrayera –Ven bebé, mamá te quiere abrazar.
–Ma...– balbuceó, si lo quería abrazar era solo venir a hacerlo, ¿por qué no lo hacía?
"¿te quedaste pegada al suelo, mami?"
Yuqi suspiró, pensó en las cosas que tenía en la cocina y cálculo que no necesitaría de su vigilancia por unos cuantos minutos, pero MinHo no parecía querer complacer los deceos de su madre, distrayendose con un sonajero a su lado. La omega hizo un puchero, estaba segura de que iba a presenciar uno de los momentos más importantes de la corta vida de su cachorro.
Fue cuando pensó en una idea, la manipulación no debería ser la primera opción, pero en ese caso…
–Oh, que lástima que no quieras venir – intentó sonar lo más convincente posible –Porque estaba pensando en que ya es tu hora de comer.
El pequeño en ese momento no prestaba atención, las luces que emitía su sonajero eran más importantes, estaba intentando comerlas pero al parecer era imposible.
–Y que podrías tener tu preciada leche.
"¿leche dijiste?"
MinHo balbuceó y su mami pensó que era casi como si estuviera contento, entonces volvió a apoyar sus manitas sobre el suelo, porque vamos, cada vez obtenía menos leche, no podía rechazar una oferta de esas, así que con todo esfuerzo intentó de nuevo.
"Vamos, Minnie, tenemos que conseguir esa leche"
Su madre omega sonrió complacida, no podía creer como el pequeño había entendido a la perfección y estaba tratando de llegar hacia ella, no cabía duda de que había sacado su inteligencia.
–Ya estás cerca, bebé– animó Yuqi, aplaudiendo ya sentanda en el piso.
No era un ritmo constante pero estaba avanzando, estaba logrando el objetivo y aquélla omega en frente de él no podía estar más emocionada, aplaudiendo y alentando a su pequeño para que llegara a su meta. Ya estaba a nada, dos pasitos más y lo hizo, estaba tocando las manitas de su mamá.
–¡Lo hiciste!–celebró la mayor llenando su carita de besos al instante, haciéndole cosquillitas y felicitandolo –Papá estará tan feliz como yo, no puedo esperar a que llegue.
Yuqi se levantó del suelo, con el pequeñín en sus brazos, necesitaba atender la cocina así que lo sentó en su mecedora en cuanto revisaba que todo estuviera bien con su comida.
–Espera ahí, ya vuelvo, prepararé un delicioso puré de papas para ti.
"Y entonces... ¿la leche?"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
