Capítulo 2: Dulces

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Death Note es propiedad de Tsugumi Ohba y Takeshi Obata

Este fanfic es propiedad de cartafiloscurse

Enamorarme de ti

L Lawliet X Misa Amane

Capítulo 2: Dulces.

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El húmedo cuerpo de Misa le resultaba reconfortante a L.
No tenía idea de que abrazarla se sentiría de está manera. Es... extraño pero no me desagrada. Pensó para si mismo. Yo... no quiero dejarla ir. Entonces la apretó contra si mismo y aspiró el dulce aroma de sus cabellos, que al mismo tiempo era sedoso contra la piel de su rostro masculino. Dejándose llevar cerró los ojos, disfrutando del contacto.

Luego de poco más de una hora las cascadas que desbordaban de los ojos de ella lentamente comenzaban a convertirse en finos hilos.
El pecho del pelinegro era más macizo y grande de lo que parecía, sus brazos la sostenían pacientemente con una fuerza gentil.

Después de un rato, sonrojada se separó rápidamente de L, casi empujándolo. Sorprendido solo metió las manos a los bolsillos de su pantalón disimulando con su cara inexpresiva su decepción.
Near que los miraba desde lejos suspiró con pesadez.

Cada vez se hacía más y más oscuro, L se quitó la chamarra que traía en la cintura y se la dio a la rubia.
- Empieza a hacer frío, Amane.
Y así desapareció. Ella froto la tela contra sus labios mientras diferentes sentimientos la invadían.
- L nunca usa chamarras.
Susurró para sí misma.

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En la entrada de la aquella mansión, L miraba el cielo sin prestarle mucha atención pues estaba pensando en lo que acababa de pasar hace rato con el y Misa. Entonces Near se apareció frente a el y le dio una carta.
- Ábrela cuando estés con Misa Amane. - No quiero verla de nuevo en estos momentos.
- Como quieras.
Después de unos momentos que le parecieron eternos gracias a la ansiedad, ,el pelinegro suspiró y sin interés, leyó el contenido.
- ¡¿Amane?!

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A la mañana siguiente, L apilaba diferentes postres cerca de el en la larga y amplia mesa del comedor.
Near jugaba con una consola portátil.
Misa acababa de llegar, su cabello estaba suelto y a L le pareció sexy pero no iba a demostrarlo, así que tomo un macaroon y se lo metió en la boca masticándolo con rápidez.

- Ayer llegó una carta para ti y para L sobre un trabajo especial, piden que seas parte de la investigación y L tiene que tomar el caso. No está a discusión.
Soltó Near como si nada jugando aún y comiendo de vez en cuando.
L lo fulminó con la mirada y mordió una galleta.
- ¿Quieren que yo sea detective aquí en Londres? - Dijo Misa.
Su voz no sonaba sorprendida pero ella sí lo estaba.
L: Así es. Es una buena...
- Es una tontería. - Concluyó la rubia.

El pelinegro se irritó aún más.
- No lo es. Resultaste de ayuda eficiente al atrapar a ese hombre del grupo Yotsuba. Aunque fuiste descuidada con tu seguridad pero de no haberlo hecho así no habríamos podido tener evidencia para capturarlo. Eres bastante inteligente. Yo tampoco estoy de acuerdo en esto pero si no nos queda más opción, si trabajamos juntos...
Misa lo interrumpió de nuevo.
- Está bien. Colaboraré porque no tengo opción, así como no la tuve para venir a vivir aquí. No hay un juntos, trabajaré para el caso y eso será todo. No hay más, no hay menos. - Los dos hombres estaban perplejos, eso era lo más que ella había hablado en todo este tiempo y todas sus palabras eran frías y graves. - Con permiso. - Y así como llegó, se fue, sin probar un bocado de su comida.

- Near eres un idiota.
- Al contrario, yo no le di a entender que era mi último recurso.
L iba a replicar pero no lo hizo, y en su lugar, tomó una rebanada de pastel, una copa llena de galletas y macaroon, y salió corriendo tras la rubia.
El peliblanco se centro de nuevo en sus videojuegos. - Ay, el amor...

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El detective dobló una esquina y la encontró admirando un rosal que no había florecido aún.
- Amane...
Ella ni siquiera se giró en su dirección.
- Ya acepté. No hay nada más que hablar.
- No vengo a discutir ese tema. - Hizo una pequeña pausa y continuó. - No has desayunado nada.
- ¿El gran detective va a compartir sus preciados postres conmigo? Puedo tomarlos del comedor, gracias.
Aunque le agradaba escucharla más que de costumbre, no pasó desapercibido el tono de su voz.
- No se trata de eso, Amane. Te traje esto a manera de disculpa.
Entonces ella lo miró atónita, algo en su interior se conmovió.

- Además debes alimentarte apropiadamente.
- Los dulces no son precisamente la comida más adecuada para eso. - Soltó una risita casi imperceptible pero que, una vez más, él sí logró captar y que removió algo dentro de él.
- Lo son para el corazón.
- ... ¿Y sí no hay un corazón?
- Siempre lo hay, aún si lo ocultamos por el dolor.

Unas lágrimas resbalaron por sus mejillas. Estaba por irse pero L la detuvo por la muñeca.
- Es verdad que eres caprichosa e infantil. O al menos lo eras... Pero tienes una gran capacidad. Sí no te parece, hablaré con quién sea para que te remuevan del caso y puedas continuar tranquila aquí en la mansión. En todo caso, por favor, come.

Ella no dijo nada pero, después de un pequeño rato, tomó el plato de pastel y con la otra mano metió un bombón a la boca del peligro.
- Desayunemos entonces... colega. - El cuerpo de L quiso esbozar una pequeña sonrisa pero se contuvo.

Continuará

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⏰ Última actualización: May 05, 2023 ⏰

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