La atmósfera pesada que cubrió al Hall después de la huida de Jiang ShiHuang fue nuevamente cortada por los cultivadores que, al sentirse avergonzados por las palabras del muchacho, comenzaron a despotricar en su hombre.
-Increíble que aún exista gente estúpida que defienda al maldito de Wei Wuxian.
-Es solo un chico, su definición del bien y el mal es fácilmente moldeable
-Los chicos como él, sin criterio propio son fáciles de manipular. ¿Quién tiene la certeza que no se convertirá en el próximo patriarca de Yiling?
-La hierva mala debe cortarse hasta la raíz desde que comienza a brotar. Si se le permite seguir creciendo su tallo se volverá más fuerte y nada la impedirá expandirse hacía los brotes buenos.
- ¡Que cosas dices! No estarás sugiriendo qu...
Crack.
El sonido seco de un objeto cayendo sobre el piso, fue suficiente para atraer las miradas de todos los que anteriormente se encontraban al pendiente del intercambio de palabras de los cultivadores.
Nie HuaiSang sonrió.
Ante la atenta y nerviosa mirada de los presentes se agacho para recoger el abanico que descansaba solitario sobre el piso del Hall. Al tenerlo entre sus manos; se enderezó, abriendo con un grácil movimiento el abanico, para comenzar a soplar tranquilamente sobre su rostro.
Al alzar la mirada, sus ojos ignoraron al resto de las personas, enfocándose directamente en los cultivadores. La sonrisa amigable y despreocupada no concordaba con el siniestro filo de su mirada.
Nie HuaiSang —Lo siento, no quise interrumpir tan respetable platica. Adelante, prosigan. —Dicho eso, concentró su atención en los chicos a lado de él. Nie ShuFen trataba de mantenerse tranquilo, mientras controlaba su respiración furiosa. Lan MinSheng por el contrario lo miraba atentamente, cuando sus miradas se encontraron se enrollaron en una discusión silenciosa. Nie HuaiSang terminó por ceder y asintió resignado.
Lan MinSheng posó su mano sobre el hombro de Nie ShuFen antes de levantarse y desaparecer por el mismo pasillo por donde Jiang ShiHuang había salido.
Los cultivadores que se habían quedado perplejos ante la interrupción, volvieron a sus asientos ya sin ánimos de seguir hablando. Con la emoción del altercado habían ignorado por completo que el chico con él que discutieron usaba el uniforme de la secta QinqheNie.
Era sabido que Nie MingJue seleccionaba, supervisaba y entrenaba personalmente a sus discípulos, el simple hecho de insultar a un discípulo de una prestigiosa secta ya era un acto insolente, pero ellos habían sugerido aniquilar al muchacho justo en frente de su propio líder de secta. Atemorizados vigilaban por el rabillo del ojo la imponente figura de Nie MingJue.
Nie MingJue no les prestó atención. Su atenta mirada estaba centrada en Jiang Chen. Observó el semblante desconcertado de más joven mientras escuchaba la discusión. Cuando Jiang ShiHuang dejo el Hall, los ojos de Jiang Chen no se apartaron de él hasta que desapareció de su campo de visión.
La expresión pensativa que adoptó se fue distorsionando al escuchar las incesantes habladurías de los cultivadores ebrios, Nie MingJue estaba seguro que de no ser por la interrupción de HuaiSang, habría sacado a Zidian y los hubiera azotado hasta deshacerse de su furia.
Nie MingJue suspiro, si para él fue difícil de aceptar que el niño frente a él era hijo suyo, no quería imaginar del desastre que provocará Jiang Chen al descubrir que tenía un hijo con la persona que menos soportaba.
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El debut de la Triada del Desastre
De TodoTomar cualquier objeto extraño del estudio de Lan Qiren nunca es una buena opción. Tres jóvenes amos lo descubrirán muy pronto. Tendrán que lidiar con los dilemas sentimentales de sus inexpertos padres e impedir que se asesinen unos con otros todo e...