Celia Es..¿¡Una Bebe?!

Capitulo 2: ¿Maquina?

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— ¡Niños bajen a desayunar!

Eran las 7:00 de la mañana, la familia Blaze se estaba preparando para otro día más.

—Papá. ¿Si vas a ir a Hokkaido? —Interrogó Bailong con intriga.

—Mmm, Supongo que sí, Depende de lo que Jude diga.

— ¿Puedo ir?

— ¡No! —Respondieron todos en la familia.

— ¿Qué? ¿Por qué?

— ¡Para comenzar no quiero alargar el viaje! —Comentó Axel.

—Si te llevan a Hokkaido puedes escaparte como pasó en Osaka. —dijo Celia mirando a su hijo con desaprobación, quien sonrió nervioso al recordar ese suceso

—Además tenemos clases, no pensarás saltarte las clases.... —Mordió una hogaza de pan— ¿No?

su hermano rodó los ojos, mirando nuevamente a su madre, quien lo miraba ahora con cariño

— ¿Mamá?

—No hijo. ¿Qué les parece irnos a visitar a sus abusos a las playas el fin de semana mientras su padre está fuera?

—Me parece buena idea, tenemos tiempo sin ver al abuelo. —Comentó Víctor mientras terminaba de comer.

—Claro. —Susurro Bailong algo desanimado.

—Oye. —Axel llamó por lo bajo a su hijo— Los llevaré luego a Hokkaido y así ven a sus amigos, —Sonrió mientras revolvía el cabello del chico— Tienes que entender que eres un desastre andante.

—Si, sí. —Miro al suelo irritado— ¿Lo prometes verdad?

— ¿Cuándo les he faltado a mis promesas?

—Dijiste que habías prometido llevarte bien con el Padre de Roma. —añadió Víctor sonriente.

—Lo haré cuando tú te lleves bien con Roma. —Miró a su hijo, ambos sonrieron maliciosamente.

—Eres bueno. —Rio mientras se levantaba— Mamá ya me voy al colegio... —Se levantó, se acercó a Celia para besar su mejilla— Voy... avísale a Ade que ya nos vamos, voy por las mochilas. —Añadió el joven a lo que su hermano se atraganto con el pan.

— ¡Adiós Mamá! —Se acercó para besar su mejilla y tomar su vaso de leche— ¡Adiós papá! —Salió corriendo de la casa.

— ¿Lo vas a llevar en serio? —Interrogó Celia mirando a su esposo.

—Ya tenemos tiempo sin salir los cuatro juntos, —Sonrió mirando a su esposa— Y tienes tiempo sin visitar a tu prima de las nieves.

— ¡Ya deja de decirle así! —Rió divertida mientras Axel la miraba con una enorme sonrisa.

—Ya me voy. —Anunció Víctor mientras se asomaba al comedor— Adiós papá...

—Nos vemos en la tarde. —Se despidió mientras oía el sonido de la puerta al cerrarse— Creó que yo también me tengo que ir. —Se levantó para caminar hacia su mujer— ¿Quieres ir a cenar más tarde?

— ¿Solos? —Interrogó Celia-

—Aja. —Tomó su mano para besarla— Tengo que salir el sábado, y voy a tardar como mínimo una semana.

—Ya veo. —Miro al suelo algo desanimada.

—Mira el lado bueno... —La obligó a levantar la mirada— Vas a pasar el fin de semana donde tus padres, alégrate.

—Tienes razón, Pero no sería lo mismo, además que tienes que tener cuidado.

—Tranquila. —Sonrió— Voy a estar bien, Jude, aunque no lo quiera me va a cuidar.

—Eso ya es algo.

Axel se acercó a su esposa, la besó con dulzura mientras posaba sus manos en su rostro.

—Nos vemos más tarde, —Susurro con ternura— y les avisas a los niños, voy a mandar al chofer por ti.

—De acuerdo. —Sonrió con ternura haciendo sonrojar a su esposo, aun luego de tener 17 años de casados no podía con toda la ternura y belleza de su mujer, no pasaba un día en el que no diera las gracias por la familia que tenía en este momento.

—Creo que limpiaré un poco. —Sonrió— Comenzaré por el cuarto de los niños.

La joven caminó hasta los cuartos de sus gemelos, al intentar entrar en el de Víctor un brillo debajo de las puertas de Bailong llamó su atención, llena de curiosidad abrió las puertas de ese cuarto primero, el brillo venía debajo de la cama al agacharse para ver, sacó una pequeña máquina, una que por primera vez en su vida veía.

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— ¿Por eso vienes molesta? —Interrogó Bailong quien caminaba a su lado.

Jade había golpeado a su hermano en el estómago con su bolso por hacer un comentario que la habían hecho enojar, haciendo que el joven cayera en los brazos de Víctor quien se había quedado atrás tratando de que el moreno reaccionara siendo sus intentos en vano.

—Si. —Miro a otro lado para ignorarlo.

— ¿Pero tenías que golpearlo? —Tal comentario hizo molestar aún más a la morena quien rodó los ojos mientras soltaba una bocada de aire— ¿Eso es un sí? —Volvió a preguntar

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