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Un par de días más tarde, después de la intensa discusión entre los hermanos Tuan, Mark comenzó a empacar sus pertenencias lentamente, sumergiéndose en la nostalgia de los recuerdos vividos en los últimos 22 años. Cada rincón de la casa llevaba consigo historias y emociones que había moldeado su vida. Aquellas paredes habían sido testigos de su crecimiento, sus risas y peleas con sus hermanos, los momentos de alegría y los desafíos que había enfrentado a lo largo de los años. Ahora estaba presenciando los últimos días de su estancia allí, ya que pronto comenzaría una nueva etapa al mudarse con Jackson. La emoción y la anticipación llenaban su corazón.

Decir que estaba emocionado sería quedarse corto. Anhelaba el momento de tomar sus maletas y dirigirse a la casa de su novio lo más antes posible. Cada objeto que colocaba en su equipaje era una señal de los cambios y aventuras que les esperaban juntos. Aunque estaba lleno de entusiasmo, no podía evitar sentir una pizca de tristeza por dejar atrás el lugar que había sido su hogar durante toda su vida

Mientras Mark empacaba, notó que Jaebeom pasaba una y otra vez cerca de su habitación, su semblante mostrando una mezcla de tristeza y enojo. El hecho de que su hermano mayor aún se opusiera a su partida se había convertido en parte de la rutina diaria de Tuan. Pues Jaebeom continuaba siendo el único miembro de la familia que no apoyaba su decisión.

En medio de todo este trasiego, Youngjae se acercó a Jaebeom lo encontró parado frente a la puerta de la habitación del rubio. La expresión de Youngjae mostraba impaciencia por la tardanza de su amigo.

—Deja de mirar la habitación de Mark —le instó Youngjae, situándose a pocos pasos de él —Se suponía que tú y yo íbamos a salir ¿Por qué te quedas aquí parado? —Jaebeom suspiró y miró a Youngjae con pesar.

—Estoy seguro de que no lo comprenderías, Youngjae. Nadie en esta casa parece hacerlo.

Youngjae arqueó una ceja, esperando una explicación.

—¿Sigues molesto por la pronta partida de tu hermano? —preguntó Youngjae. El mayor de los Tuan asintió, sintiéndose frustrado. En realidad, el chico había esperado hablar de eso desde que Jaebeom lo llamó el día anterior —Esa es una decisión en la que no puedes intervenir. Mark quiere irse y lo hará sin importar lo que pienses —añadió, tomándolo del brazo para llevarlo escaleras abajo —En lugar de oponerte, deberías aceptarlo y comenzar a tratar a Jackson como se merece. No eres el mejor cuñado del mundo, si me permites ser honesto.

Jaebeom rodó los ojos, cansado de escuchar la misma advertencia una y otra vez. En silenció, siguió a Youngjae mientras salían de la casa y se dirigían al parque cercano, donde se encontraba una pequeña banca de picnic. Era en ese mágico lugar donde Jaebeom se había dado cuenta de su atracción hacía el chico, y ahora, en medio de la tensión familiar, buscaba un momento de paz y claridad.

Sentados en la banca, rodeados por la serenidad del parque, el silencio se hizo presente por un momento, como si ambos estuvieran sopesando sus propios pensamientos. Jaebeom rompió el silencio con un suspiro.

—Entiendo lo que dices, Youngjae. Sé que debería de aceptar la decisión de Mark y tratar mejor a Jackson. Pero es difícil para mí dejar ir a mi hermano menor, especialmente con alguien que conoció hace poco tiempo. Simplemente me preocupo por él, y siento que este paso es demasiado apresurado —Expresó Jaebeom, su voz cargada de frustración y molestia.

El de ojos rasgados clavó su mirada en Youngjae con una mezcla de impotencia y enojo, permitiendo que su lado más sensible saliera a la luz.

—¡¿Por qué tiene que ser así?! ¡¿Por qué no puede tomar en cuenta lo que yo pienso?! —exclamó Jaebeom, su voz ligeramente elevada por la intensidad de sus emociones. Youngjae solamente suspiró, comprendiendo la lucha interna de su amigo.

Don't Call Me | MarksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora