Don't Call Me | Markson

七

Un nudo doloroso se formó en su garganta, como si una mano invisible lo estrujara con fuerza. El corazón de Jinyoung latía con una mezcla abrumadora de emociones encontradas al presenciar aquella escena que le revolvía el alma. A pesar de que había transcurrido bastante tiempo desde su ruptura con Jackson, las heridas seguían latentes y los recuerdos eran una sombra constante en su mente.

Observar a su exnovio, Jackson, tan íntimo y cercano a aquel chico rubio, despertaba en Jinyoung una mezcla de envidia, tristeza y un deseo frustrado. Era como si estuviera atrapado en una paradoja emocional, deseando ser él quien compartiera esos momentos de cariño y complicidad con Wang. Los labios de Mark unidos a los del hongkonés eran como un puñal que le atravesaba el pecho. Observar cómo se entregaba a otro, era como una bofetada dolorosa. Las imágenes seguían pasando frente a sus ojos, como una película que no podía dejar de mirar a la distancia.

La dulzura en las caricias de Jackson, la manera en que sus miradas se encontraban y cómo parecían estar completamente sumergidos el uno en el otro, todo eso era un recordatorio tangible de lo que Jinyoung algún día había tenido.

El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos dorados y cálidos. Aunque el escenario frente a él era pintoresco, Jinyoung apenas lo percibía. Sus ojos, ahora húmedos, ardían con la mezcla de emociones que luchaban por salir.

Ese día se había aventurado a pasear sin rumbo, en busca de algo que lo distrajera de los pensamientos que lo atormentaban acerca de su madre y sobre Jackson, pero parecía que su mente estaba decidida a no dejarlo en paz. Suspiró y, tras unos minutos, decidió alejarse de la escena. El nudo en su garganta persistía, una dolorosa prueba de que no podía dejar ir tan fácilmente a Jackson de su vida.

Las lágrimas, antes amenazantes, finalmente cedieron a la corriente y comenzaron a brotar una tras otra, como un torrente de emociones reprimidas que encontraban un escape. Arrastrando sus pies, Jinyoung ingresó a su habitación de hotel, cerrando la puerta tras de sí. El espacio parecía encogerse a su alrededor mientras la tristeza y la frustración lo inundaban.

—¿Por qué no puedo ser yo? —susurró Park con un dejo de desesperación, su voz resonando en la intimidad de la habitación. Las lágrimas trazaban surcos en sus mejillas, una expresión de su profundo anhelo y dolor —Debería ser yo quien esté a su lado...

Sus palabras quedaron suspendidas en el aire, como un eco de su corazón herido. Jinyoung se dejó caer en la cama, sintiendo el peso abrumador de la realidad sobre sus hombros. Mientras sus lágrimas seguían su curso, una determinación silenciosa comenzó a arder en su interior.

Los pensamientos tumultuosos se agolpaban en la mente del surcoreano, un remolino de dudas y emociones ¿Cómo lograría que esos dos terminaran? ¿Jackson aun lo seguía amando, a pesar de su ruptura? ¿Existía la posibilidad de que algún día regresara a sus brazos? Cada pregunta era un puñal que se clavaba en su corazón, haciéndolo sentir perdido y vulnerable.

La imagen de Mark, el rubio por el que Jackson parecía haber encontrado una nueva pasión, era como una sombra que oscurecía sus pensamientos. Jinyoung luchaba contra la creciente sensación de inseguridad y celos. ¿Qué tenía Tuan que él no tenía? Pero incluso en medio de su miedos y resentimientos, Park sabía que no podía continuar así. Necesitaba respuestas, y su mente se aferraba a la promesa de Hyunjin.

Si alguien podía ayudarlo a averiguar más sobre la relación de Wang con Mark, era Hyunjin. Pero mientras tanto, estaba atrapado en un limbo de incertidumbre y anhelo, su deseo de recuperar al castaño era muy fuerte.

Con el compromiso de determinación y ansiedad, se obligó a dejar de dar vueltas a los mismos pensamientos. Respiró hondo y se concentró en lo que podía controlar en ese momento. Sabía que la espera por la respuesta de Hyunjin sería angustiosa, pero era su única opción para obtener alguna claridad. Su corazón anhelaba recuperar lo que había perdido.