Prólogo

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Salí corriendo para que los guardias no me atraparán, era la tercera advertencia que me habían dado pero nuevamente no obedecí.

Verán mi nombre es Haruno Sakura, tengo veintiuno años y vivo en la calle. ¿Por qué? Bueno es fácil, mis padres murieron en un accidente dejándome con muchas deudas, a causa de eso quede en la calle y tuve que vivir por mi cuenta durante todo este tiempo, es por eso que busco comida que este un poco... ¿Limpia? Si eso, en los basureros no hay comida al 100% limpia por lo cual siempre voy a los restaurantes lujosos donde la comida casi siempre está buena pero me echan como si fuera una rara sucia o una cucaracha, los vigilantes me han dicho muchas veces que deje de venir pero ¿Cómo hacer caso cuando tu cuerpo exije comida? Es por eso que cada vez que voy salgo corriendo antes de ser atrapada.

Después de haber obtenido lo que deseaba me fui al parque de siempre para comer tranquila y disfrutar del día, llevo mucho tiempo viviendo ahí que la gente ya me conoce y saben que no soy peligrosa, algunas veces los niños me dan comida en agradecimiento por cuidarlos de lejos otras mamas me dan ropa para tener al menos un cambio y no estar siempre con la misma ropa mugrosa de siempre.

Me gusta verlos jugar y reír, me recuerda cuando jugaba con mis amigos después de clases o cuando salíamos a comer después de un largo día de estudio, era muy agradable esa sensación.
Me preguntó ¿Cómo estarán mis amigos? ¿Qué estarán haciendo? ¿Se acordarán de mí? Esas preguntas no han sido respondidas.

— De un momento a otro se me ha ido el hambre — susurre al guardar lo que había conseguido, el recordar mi vida pasada el hambre se me va de inmediato.

—¡Oh aquí estás! — durante mi vida en la calle hice algunos amigos y Sasori es uno de ellos — hace días que no te veía ¿dónde te habías metido?

— Estuve recorriendo la ciudad en busca de una buena comida — sonreí — ¿Qué hay de ti?

— Encontré un lugar donde dormir el día de hoy, cerca de una mansión — estaba contento, Sasori perdió a sus padres en un asalto dejándolo al cuidado de su abuela y tío pero huyó de casa.

— Sasori — susurré — regresa con tu abuela.

El chico desvío la mirada y su sonrisa desapareció.

— Dentro de tres días habrá una feria y quiero que vengas conmigo, se que allá habrá buena comida y nos vamos a divertir. — intentaba cambiar el tema cada vez que le recordaba que aun tenia alguien que viera por el, Sasori solo tiene diecisiete años.

— Tarde o temprano estarás con tu abuela y esto solo será un triste recuerdo.

— No es triste para mí, aquí encontré buenos amigos que antes no tenía, aquí todos somos iguales y nos cuidamos entre nosotros, además que son muy graciosos.

Cada vez que veo a Sasori puedo ver que cada vez es más feliz viviendo aquí, yo intento ser feliz aquí pero nomas no puedo.

— ¿Cómo están todos? —pregunte dándole la comida que había logrado conseguir — anda come.

— ¡De verdad! ¿Puedo? — verlo feliz me ayuda a seguir adelante, es como un hermano para mi. — Deidara consiguió un empleo y bueno nos da comida cada noche.

—¿Enserió? Deidara trabajando, me pregunto como será.

— Trabaja limpiando oficinas en la noche, la gente no lo quiere ver en las mañanas por su mal aspecto pero el está contento por haber encontrado algo.

— Algo es algo y es muy bueno que Deidara tenga un trabajo, así podrá cuidar bien de ti en lo que yo encuentro algo.

— ¿Como va la venta de botellas y aluminio?

— No muy bien, no he ido a buscar en estos días.

—¡Andando! Hoy me tocara ayudarte a recolectar botellas — me tomo de la mano y me jalo para que me levantara del suelo y empezáramos a caminar en diferentes direcciones.

Sonreí, estando con Sasori me recuerda a mi vida anterior donde estaba rodeada de buenos amigos pero que me aleje de ellos cuando quede en la calle.
Me llevó por calles donde nunca había estado y que había muchas botellas en cada bote de basura. Eran calles de gente con dinero.

— Aquí vengo a encontrar buena comida y fue aquí donde Deidara encontró trabajo.

— Nunca había estado aquí, no que yo recuerde.

Me anime al ver la buena actitud de Sasori, pasamos un buen rato recolectando las botellas que vendo por kilos, así consigo un poco de dinero y compro comida para Sasori y para mi.

— ¡Solo falta un bote y es ese! — apunto contento y corrió hasta allá.

—¡Sasori cuidado! — corrí hacia el y lo abrace con fuerza — ¿Estas bien? — el asintió asustado — ¡Oye! Deberías tener cuidado por donde conduces.

Cuando Sasori salió corriendo un carro venia saliendo de una de las casas, se detuvo antes de golpearlo. Del coche salió un hombre alto y de cabello oscuro.

— Sasuke — susurré — deberias de tener más cuidado por donde vas, casi lastimas a Sasori.

— ¿Sakura? ¿Eres tú? — me vio de arriba a bajo, me recorrió todo lo que quiso con la mirada — hace tiempo que no veía tu cara.

— Ten cuidado la próxima vez Sasuke, vamonos Sasori.

Sasori camino a mi lado sin decir ninguna palabra, ver a Sasuke no fue nada bueno para mí y estoy segura que para el tampoco.

—¡No has cambiado nada, fastidiosa! — seguí caminando sin importar lo que dijera, Sasori me vio intentando descifrar mis emociones a través de mis expresiones faciales.

Decidimos vender todo lo que habíamos juntado esa tarde, conseguimos dinero y nos fuimos a comprar algo para cenar, Sasori dormiría conmigo esa noche para no dejarme sola, aunque estoy acostumbrada no es malo tener a alguien de vez en cuando.
Durante la noche no podía dormir, no podía dejar de pensar en Sasuke, encontrarnos después de cinco años y que siguiera teniendo ese concepto de mi "fastidiosa", me hace recordar a mis días de secundaria y de preparatoria.

—¿No puedes dormir, Sakura?

— Pensé que estabas dormido Sasori.

—¿Quién es ese chico? ¿Acaso lo conociste antes de vivir en la calle?

— Su nombre es Sasuke Uchiha, nos conocimos en secundaria. — al hablar de Sasuke no podía evitar sonrojarme al recordarlo — es mi primer amor y el único hasta el momento.

—¿Enserió? Quiero escuchar su historia.

— Bueno todo empezo en el segundo año de secundaria, tenía un mejor amigo, Naruto el nos presentó, siempre estábamos juntos los tres...

Sasori me veía atento y emocionado al escuchar mis historias, me sentía avergonzada de contarle todo lo que había hecho pero me sentía aliviada de poder sacarlo y hablarlo con alguien, después de todo mis recuerdos son lo único valioso que tengo y que nadie puede quitármelo.

La chica de la basura. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora