Friend Zone (Próximamente)

Prólogo {Flashback}

Junio de 2009...

Vicky

Todo iba a ser perfecto. El vestido azul se ajustaba perfectamente a mi pecho, cayendo en suaves ondas hasta mis rodillas, dándome un toque inocente y sensual a la vez. Había recogido mi pelo rubio en un sofisticado moño, obra de mi madre, y me había pintado un poco los labios y los ojos. Revisé de nuevo que todo estuviera en orden y confirmé que en mi bolso estaba todo lo necesario para esa noche. Ese día cambiaría mi vida. 

Llamaron al timbre, y bajé todo lo rápido que me lo permitieron mis tacones de diez centímetros, dirigiéndome hacia la puerta, para encontrarme al otro lado a mi perfecto novio. Su cabello negro caía sobre su frente, tapando ligeramente uno de sus intensos ojos azules, y el piercing en su labio le daba un toque de chico malo. El traje negro se ajustaba a sus definidas piernas y sus fuertes músculos, y la corbata negra contrastaba con el azul de sus ojos. Suspiré y me acerqué a él para darle un suave beso en esos labios con sabor a tabaco que tanto me gustaban. Pasó un brazo por mi cintura y me atrajo hacia él, profundizando el beso. 

Se oyó un carraspeo detrás mía, separándonos. Me giré rápidamente, encontrándome a mi madre con los brazos en sus caderas y una mirada extraña en su rostro. Detrás suya estaba mi padre, con un traje muy parecido al de Ethan, mi novio, que hacía juego con el vestido azul marino de mi madre. 

A mis padres nunca les había gustado Ethan; decían que era una mala influencia y que no debería estar saliendo con alguien como él, pero que si era feliz, no podían hacer nada para separnos. Al principio, Ethan tampoco me gustaba mucho, pero después de estar varios meses saliendo a dar paseos e ir al cine juntos como amigos, resultó ser un buen chico. 

Aún recuerdo cuando le vi entrar ese día a dentención con todos sus amigos. Yo estaba castigada por culpa de Harry, ya que al tirarme una bola de papel a la cabeza en mitad de la clase, me había obligado a chillar por el repentino golpe, y la profesora me mandó a detención. Bueno, lo que decía, que el día que conocí a Ethan inmediatamente le odié. Quiero decir, ¿por qué iba a gustarme a mí el chico malo del instituto? Seguramente a él lo único que le importaba era él mismo y las chicas con las que se acostaba cada sábado por la noche. 

Ahora pienso totalmente diferente. Después de contarme su precaria situación familiar debido a su padre drogadicto y su madre fallecida, le compadezco y entiendo su comportamiento rebelde. No digo que lo fomento, sólo que lo entiendo. 

Me acerqué a mis padres y les di un rápido abrazo, antes de acercarme a la puerta para ir al instituto. Ese día era nuestra graduación, y Ethan había alquilado una habitación en un hotel a las afueras del pueblo para celebrar esa noche. No estaba muy segura, pero sabía que le quería y que quería estar con él, costase lo que costase. 

Salimos de la casa y caminamos hacia su moto, montándome detrás suya y pasando mis delgados brazos alrededor de su estrecha cintura. Me presioné contra su espalda y aspiré su familiar olor, aquel que tanto me gustaba. Desde que empezamos a salir en enero, había tenido un fetiche con su fuerte aroma masculino, y estaba segura de que nada ni nadie lo cambiaría. 

Arrancó el motor y minutos más tarde, estábamos frente a las puertas del gigante instituto, lleno de estudiantes nerviosos perfectamente vestidos y rodeados de sus familias. Entramos al salón de actos, y a un lado vi a todos mis amigos discutiendo sobre quién iba más guapo de todos. Me reí al verlos a todos inclinados hacia delante, con sus ceños fruncidos y brazos cruzados. Le besé a Ethan suavemente en la mejilla e hice mi camino hacia ellos, mientras que él iba con sus respectivos amigos, los cuales nos observaban desde el centro de la sala con mala cara. En verdad, nunca nos habíamos llevado bien, y debo admitir, que la única vez que hablé con ellos, empezaron a meterse con mi ropa y con mi personalidad, y Ethan no hizo nada para defenderme, sólo reírse.