Capítulo 4 (Final)

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5 meses después

El tiempo pasó y si, tal como llegó a suponerlo, el tiempo se convirtió en su mejor aliado. Nakyum no lo buscó más y él tampoco lo hizo, no es como si pudiera ir a su casa con normalidad o pudiera espiarlo en el hospital todo el tiempo.

"Tiempo al tiempo" ¿No era ese el mejor consejo que solían dar las abuelas?

Seungho ya no tenía dudas, su vida centrada en su restaurante y en el hecho de fortalecer sus habilidades como chef, era lo mejor que podía hacer para seguir adelante y hacer todo casi de manera perfecta porque era así como le gustaba sobresalir.

A tan solo cinco meses de la apertura, su restaurante ya postulaba como uno de los mejores de la ciudad y de vez en cuando recibía clientes extranjeros que aparecían por ahí solo para conocer sus asombrosas preparaciones. A grandes rasgos todo iba genial, pero bastaba el mínimo detalle para venirse abajo otra vez.

Así como creía que el tiempo sería su mejor aliado, también descubría que el tiempo era su enemigo y en realidad no había superado en lo absoluto lo que sentía por Nakyum.

Se volvía a encontrar con él luego de cinco meses ¿Por qué ese día se le ocurrió ir de compras? ¿Por qué simplemente no envió a sus empleados como era costumbre?

Seungho se paralizó junto a la caja y se sumergió en sus pensamientos perdiendo segundos valiosos para colocar sus compras en la banda negra que se deslizaba hacia el espacio de cobro.

¡Nakyum estaba ahí! Nakyum era el cajero y llevaba puesto un tonto uniforme de playera roja con el logotipo del supermercado. Ambos se miraron con sorpresa, sin embargo ninguno habló.

—¿Tu tarjeta de socio?

—Ah... sí— torpemente, Seungho buscó la tarjeta y un roce peligroso entre manos les hizo a ambos evadir la mirada. La tensión era tan obvia que tal parecía que los dos trataban de escapar de aquel incomodo momento.

Seungho sintió algo de tristeza por ver a Nakyum de pie en esa caja revisando el costo de sus compras. No significaba que fuese un trabajo de poco valor ni mucho menos, pero los recuerdos del pasado le hicieron pensar en esos días que Nakyum le hablaba de su sueño de ser un arquitecto. Nakyum era genial a los 16 años, tenía habilidades artísticas y se le daba perfecto la planificación de estructuras y el orden de los espacios. Definitivamente hubiera podido conseguirlo de no haber estado en coma durante tanto tiempo.

Seungho sintió un terrible nudo en la garganta, todos esos sentimientos le hacían regresar de nuevo al punto de inicio, ese punto en el que no podía apartar la mirada de Nakyum y sólo deseaba protegerlo.

Debía ser un trabajo muy exigente, muchas horas de pie y un horario que seguro a penas le daba tiempo de alimentarse correctamente... además ¿Era bueno tanto agotamiento para alguien que aún estaba en rehabilitación? Esperen... ¿Seguiría yendo a rehabilitación?

Se sintió tan estúpido, ahora no sabía nada de él.

Nakyum tuvo que repetir varias veces la cantidad a pagar, Seungho estaba siendo nuevamente invadido y controlado por uno de esos impulsos que le venían de repente, no quería hacerlo sentir mal u ofenderlo, pero tenía que hacerlo. Podría explotar si no lo hacía.

—¿Por qué no vienes al restaurante? Estoy seguro que habría trabajo para ti. Horarios más flexibles y exigencias menores a las que quizá tienes por aquí.

Obtuvo como respuesta una mirada un tanto confusa. Luego Nakyum sonrió al regresarle el cambio y su tarjeta de socio.

—Gracias por la oferta. Lo pensaré.

Saltos temporales (Pintor Nocturno)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora