Capítulo 10

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El Comandante entró por la puerta haciéndome retroceder y cargar mis ojos con una mirada de odio.

-Tengo muchas cosas que explicarte- Dijo acercándose al cuarto y tocando la puerta. -Me imagino ya conoces a Nataniel- Él sabía sobre Nat? Nat también es un traidor al igual que el? Nat salió y miró al comandante con aprecio.

-¿Como estas Eldad? ¿Que ha ocurrido en el Reino?- pregunto ignorando mi cara de odio y rabia hacia él.

-Las cosas no están para nada bien. El Rey Queendales invadió completamente Naitzel. Pero por suerte logré convencerle de dejarme a cargo, y el regresó a su tierra-

-Eres un traidor- vociferé de mala gana y llena de ira, sentía como cada parte de mi cara se apretaba con fuerza para presentar el gran odio que me embarga a.

-Princesa Adahia, no soy un traidor, ni mucho menos. Esto estaba planeado desde hace años; que Nat esté aquí, ya estaba planeado, que nos iban a invadir, también lo sabíamos y cada persona reaccionó y cumplió con lo que juro hace años.- prosiguió Eldad -Existe una profecía muy antigua que anuncia la llegada de una heredera sumamente bella y pelirroja, la cuál salvaría para siempre a nuestro Reino de las garras del Reino Del Sur que han sido nuestros enemigos por generaciones. Al nacer tus padres se dieron inmediatamente cuenta que tu eras aquella que cumpliría la profecía-

-Yo? Pero como? No se hacer nada, no tengo idea de cómo gobernar un Reino.-

-Lo sé princesa- Dijo tranquilamente Eldad -Cuando tu naciste se les delegaron funciones a diferentes personas para ayudarte; Nat es tu protector y entrenador. Damarina es la bruja que te ayudará a tomar decisiones y te guiará por el camino correcto.
Figus e Ikeel vendrán pronto. Figus es el cocinero encargado de ti dieta para que estés fuerte. Ikeel es el guardia que los acompañará en esta misión. Yo, soy el encargado de que el Rey Queendales no te vea como una amenaza e intente a hacer algo contra ti. Todo esto fue planificado cuando naciste. Esto y mucho más que aún no puedo decirte. Por eso te saqué de esa prisión insoportable y te mande aquí haciéndoles creer que morirías de hambre y frío; pero Nat estaba aquí esperándote-.

-¿Cómo es que Nat llegó aquí? ¿Como es hijo de Nadia- dije con tristeza al recordar que no habia sido ella quien me habia traído al mundo - Y nunca lo conocí? - quise saber.

-Cuando tus padres se casaron, eras una bebé de meses, ellos ya sabian que cumplirias la profecia. Nat tenía 2 años y fue enviado lejos del Reino, oculto en una cueva, viviendo con Damarina que fue su nana y encargada de enseñarle todo para tu protección y ayuda. Ikeel fue su entrenador personal desde que era un niño.-
Me quedé sorprendida al ver como todos habían sacrificado todo por mi causa. Vaya, jamás me imaginé algo así.

-Nat es un chico fuerte, se hará cargo de ti y te protegerá-. Dijo finalmente Eldad.

-Así es- comentó Nat -Ya es momento de empezar a entrenarte y enseñarte todo lo que necesitas para enfrentar a Queendales-

-Es imposible, yo no puedo, no se que hacer, no tengo la menor idea de nada. Yo no puedo sola- Dije exasperada, estaba aterrada por la idea. -En que momento dije que me interesaba cumplir la profecía? Yo no soy fuerte, no puedo-. Las lágrimas de impotencia corrían por mis rojas mejillas.

- No estarás sola, estaremos contigo hasta el final. Tu Adahia eres valiente y una guerrera, sólo debes dejarte guiar y permitir que tus dotes salgan a la luz- Dijo Eldad saliendo por la puerta, dejándonos a mi y a Nat.

-Ada, escuchame. Lo mismo que dijiste tu lo dije yo cuando tenía 7 años, no entendía porque me habían separado de mi madre. Fue doloroso y triste. Sólo la veía 1 vez al mes o a 2 meses- sentí el dolor en su mirada, una tristeza profunda que me hizo sentir lo injusta que había sido con decir todo lo anterior. El se sacrificó por Naitzel, ahora me tocaba a mi.
-Eres fuerte Ada- continuó. -Tu puedes con esto, porque si no, no te hubiesen elegido a ti. Si te eligieron es porque tu lograrás tu cometido y de la mejor manera- Me dijo clavando su mirada en mí haciéndome sentir como una niña pequeña cuando la regañan,  pero con amor y serenidad.

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Las clases y los entrenamientos comenzaron. Los libros que habían en la habitación eran justos para instruirme a ser una buena líder, técnicas de guerra, planos, mapas, etc. Ahora tocaba entrenamiento físico y estaba aterrada, siempre había sido mala en este aspecto, papá algunas veces me entrenaba pero siempre terminaba herida y cansada después de 2 minutos de entrenamiento.

-Anda ven- Me dijo Nat. Estaba sin camiseta y sólo llevaba un pantalón de combate y unas medias de entrenamiento. Era un chico realmente apuesto, no me cansaba de verle. Mi mirada se clavó en su pecho y abdomen; no tenía un cuerpo tan definido para exagerar, pero estaba en forma. Tenía un torso bello,  que me dejó embobada.

-¿Que miras?- Me dijo burlón.

-Nada, colecciono caras de idiotas y me faltaba la tuya-

- Que graciosa, se bastante bien que me mirabas porque soy hermoso- Dijo arrogante.

-Nat ¿ves eso amarillo grande y brillante que está en el cielo? ¿Que es?-

-El sol Belleza. Que más?-

-Pues, el mundo gira alrededor de él, no de ti. Tarado-

-Eso no significa que deje de ser bello- Dijo con una sonrisa ladina que me hizo sentir extraña.

-A los idiotas dementes siempre se les da la razón, a ver si se callan- susurre bajo para que el me escuchara -Vamos a entrenar-.

Empezamos el entrenamiento cuerpo a cuerpo y debo decir que me fue fácil aprender las técnicas con Nat, pero de vez en cuando sus labios me desconectaban.

Espera ¿Qué?

Qué dije eaeaeaeea.... Obvien eso, yo no lo dije.

Carajo.

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El cap fue algo largo. Disculpen jeje. De ahora en adelante algunos capítulos serán más largos por el espeso contenido que viene.

Me gustaría saber qué van pensando de la historia hasta ahora. Y que teorías tienen acerca de ella.




Una Belleza En PrisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora